IX.- Nada a cambio

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Nolan estaba muriéndose de la vergüenza, tan rojo que hasta sus orejas lo estaban, sintiendo la respiración y aliento del prototipo en su cara, viendo cómo sus labios se movían, estando a centímetros de juntarse y perder el juicio completamente.

-Si de verdad piensas eso, entonces...- Le tomó del mentón. -Eres muy ingenuo, Nolan...

Un paso más, sólo un paso más.

Y...

Y nada.

Se volvió a escuchar un llanto.

El mismo llanto.

En el mismo callejón.

Proviniendo de la misma chica.

El muñeco perfecto resopló al volver a escuchar a esa voz familiar, apartando al bicolor de un tosco empujón y acercándose lentamente a aquel llanto molesto.

Para sorpresa de ninguno y como era de esperarse, en el mismo callejón de antes se encontró a la dulce e indefensa muñeca de pelo azul y ondulado. Se acercó hasta ella y la miró con indiferencia.

-¿Vas a callarte en algún punto de tu vida? Estaba en algo importante y tú me has interrumpido, imbécil.

La peli azul tan solo le miró, con ojos de dolor y llorosos.

De alguna forma, se podía sentir a través de sus ojos el remordimiento que sentía, se podía viajar en ellos todo por lo que vivió hasta llegar aquí. Era extraño y curioso.

-....No puedo creer que vaya a hacer esto pero...- Miró a otro lado, intentando formular su frase final para no tener que arrepentirse antes de hacerlo. -¿Te callarás si... Te escucho?

Ella tan solo asintió tímidamente.
Lou se sentó en el bordillo, al lado de la contraria y la miró, apoyando su cara en su puño para tratar de prestarla atención.

Su historia no era nada del otro mundo, ella y su pareja no se entendieron, no pasa nada, las parejas tienen problemas, los problemas tienen soluciones.

El único problema sin solución es la mala comunicación...

Ella estaba arrepentida, se le notaba en su voz, que temblaba cual cordero en un matadero, mientras recordaba lo irresponsable que fue.

Le gritó, le hirió sus sentimientos, no quiso entenderlo. Solo miró por ella misma. Y estaba arrepentida. Estaba arrepentida de decir cosas que no sentía. De decir cosas que no pensaba. De actuar por impulso y rabia. Tenía miedo de perderlo... Y acabó alejándolo por completo. Que irónico.

-¿De verdad estás así por un noviete? Dios mío...

-Él se marchó... No tengo a nadie aquí...

El de ojos azules paró en seco.

La miró seriamente. Se había identificado con eso.

¿A qué le recordaba?

¿A toda su existencia, tal vez?

-Eso... Lo siento...

Una lágrima se escapó de sus hermosos ojos. Miró al suelo, recordando su vida y recordando lo que le contó la chica. ¿Acaso esto es ponerse en el lugar de los demás? ¿De verdad existían muñecos que habían experimentado algo parecido a lo que él vivió?

"Él se marchó", "No tengo a nadie aquí"; Lou sabía lo que era eso. Él sabía lo doloroso que era ver cómo la gente se va de tu lado, cómo no tienes a nadie, y cómo lamentas tú existencia.

Colocó tímidamente una mano en el hombro de la chica y la miró, en sus ojos se podía ver claramente que la querían decir "Te entiendo", cosa que hizo que la chica riera levemente mientras se limpiaba las lágrimas.

-Nadie te espera en el otro mundo porque ya no sois pareja... Y no hay nadie que te espere aquí, porque la única persona que amabas se ha ido. Se lo que es eso.

Miró al cielo.

-Somos dos ermitaños, cariño.- Siguió hablando. -Solo que tú sí puedes encontrar a alguien más. Así que deja ya de llorar por memeces, pareces una iguana pariendo cuando lloras.

La chica rió. Se secó por completo sus lágrimas con las mangas de su uniforme y se levantó del bordillo.

-Gracias...- dijo, con una sonrisa.

Sin más, desapareció.

Lou tan solo se quedó reflexionando en aquél rincón.

Unos minutos después llegó Nolan, el cual se sentó al lado del rubio.

-Entonces, ¿qué tal? ¿Aún piensas que nadie merece tu ayuda?

El de ojos claros rió levemente, mientras sonreía a Nolan.

Tal vez..,

Tal vez eso se ayudar...

Sea divertido después de todo.

¿Puede que no recibas nada a cambio? Por supuesto.

Nadie tiene por qué darte algo a cambio, no están obligados.

Pero... ¿Es verdad que no recibes nada a cambio?

Pues no.

Esa muñeca tenía una sonrisa hermosa mientras agradecía a Lou.

Tal vez... Tal vez sí había obtenido algo a cambio...

La satisfacción de haber conseguido hacer feliz a alguien miserable.

Y la felicidad de enterarse que hay gente que puede entender cómo se siente él por dentro.

Cuando ayudas a alguien sin esperar nada a cambio, lo que recibes son las sonrisas de otros, y eso vale muchísimo más que cualquier cosa.

.
.
.

-¿Crees que esté avanzando, alcalde? Él nunca había hecho algo así...

El uglydoll verde y de apariencia de conejo puso una mano en la espalda de Mandy, dándole unas cuantas palmaditas mientras observaban desde lejos todo lo que había sucedido.

Ox no se había creído nada de lo que Lou le había mostrado ni dicho, así que junto con Mandy lo siguieron.

Sí, vieron como escuchó a esa muñeca de pelo azul.

Y sí, también vieron como Lou y Nolan casi se besan.

Eso fue bastante extraño.

-Te dije que él puede cambiar, pero se necesita tiempo.

Ya era tarde, los dos muñecos se sonrieron y decidieron marchar juntos hacia sus casas, pues el crepúsculo ya estaba dejando paso a la noche y su amiga la Luna menguante.

-El cambio necesita tiempo, Mandy, se paciente.








¡Gracias por leer! ¡AYPS!

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⏰ Última actualización: May 22 ⏰

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¡Eres Imperfecto, y Punto! /{Lou x Nolan}/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora