𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐈𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎 - 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐂𝐈𝐃𝐀𝐃 𝐘 𝐀𝐌𝐄𝐍𝐀𝐙𝐀

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⸺YEJI⸺  

— ¿Quieres decir que Hwang Geng y Hwang Roseanne fueron tus verdaderos padres? — preguntó mientras me miraba con los ojos muy abiertos y le lancé una mirada extraña antes de asentir.

— ¿Sí? ¿Los conocías?

Le pregunté pero él no respondió. Parecía estar perdido en sus pensamientos durante mucho tiempo cuando alguien llamó a nuestra puerta. Me levanté de la cama y caminé hacia ella antes de abrirla y revelar a Jin sin aliento con un bote de helado de chocolate.

Le sonreí antes de quitarle el helado.

— Gracias Jinnie. Y perdón por molestarte en este momento. — Le lancé una sonrisa de disculpa.

— Está bien señora. Que tenga una buena noche. — dijo antes de alejarse y cerré la puerta sonriéndole al helado.

— Rose. Pero... tú... . Joder.— Jungkook murmuró para sí mismo mientras se pasaba los dedos por el cabello con frustración y caminaba por la habitación.

Me senté en la cama y de repente Jungkook me abrazó con fuerza..

— Rose...— susurró mientras me abrazaba con más fuerza. — Rose.. — Siguió diciendo y me congelé antes de darle unas palmaditas en la espalda. — Pensé que... te había perdido. — Murmuró en mi cuello y pude sentir sus lágrimas, confundiéndome aún más.

— Jungkook, estoy aquí. Contigo. ¿Qué quieres decir con que pensaste que me habías perdido? Lo dices como si... como si me estuvieras viendo después de décadas.— dije mientras lo rodeaba con mis brazos antes.

Le di un suave beso en el costado de la cabeza mientras él me abrazaba con fuerza como si fuera a desaparecer en cualquier momento.

Se apartó después de un minuto y tomé su cara con la palma de mi mano.

— Te extrañé Rose. Te extrañé mucho. Todo este tiempo estuviste conmigo, frente a mis ojos y ni siquiera te reconocí. -—dijo con tanto arrepentimiento y culpa que me confundió aún más.

— ¿De qué estás hablando? — Le pregunté mientras me alejaba de él y él frunció el ceño.

— Rose, soy yo, Kooki. Tu Jungkooki. — Dijo y entrecerré los ojos.

— ¿Estas borracho? — Él gimió.

— Rose, no es momento de bromear.

¡Por el amor de Dios, deja de llamarme Rose! Me molesta. Prefiero quedarme con mi antiguo nombre.— Le fruncí el ceño.

De repente se levantó como si acabara de darse cuenta de algo y salió corriendo de la habitación antes de decirme que regresaría en una hora. Jungkook me volverá loca un día de estos.

Comí mi helado y me fui a dormir porque era demasiado tarde y estaba demasiado cansada para esperar a mí precioso.

¿Mi precioso? ¿Es en serio Yeji?

Llegó alrededor de las 2 de la mañana y se metió en la cama antes de rodearme con sus brazos y depositar un beso en mi cuello.

— ¿Dónde estabas? Pensé que habías dicho que volverías en una hora. — dije con voz ronca y somnolienta mientras giraba la cabeza hacia atrás para mirarlo y él soltó una suave risa antes de tocar mis labios.

— Duerme. Te lo diré por la mañana. — dijo y yo asentí antes de inclinarme hacia su calidez.

— Rose...

Susurró haciéndome querer replicarle sobre cómo le dije que no me llamara así otra vez, pero estaba demasiado cansada, así que lo dejé para la mañana antes de quedarme dormida.

𝐌𝐘 𝐘𝐎𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora