Imagina Con Jennie

Sin respiración

Pequeña advertencia: En este capítulo se hablará de un ataque de pánico y trastorno de bipolaridad. Si es un tema delicado para ti, te invito a que no leas este capítulo y, si deseas, leas mis demás libros o los demás capítulos.

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Vi como Jennie golpeaba la mesa con sus manos y arrojaba todo al suelo.
Fuertes sonidos se escuchaban cada que un objeto golpeaba el suelo.

—¡Ahg~!

Pasaba sus dedos por su cabello llena de rabia.
Mi respiración se detuvo cuando hicimos contacto visual.
Mi corazón palpitaba con fuerza, quería irme de allí pero el miedo no me dejaba.

—¡No puedo soportarte a veces!

Con cada palabra que salía de sus labios, caminaba hacia mi.
Traté de mantenerme fuerte pero tenía mucho miedo.
Jennie ha tenido muchos episodios de bipolaridad últimamente y no sé qué pueda hacer.
Nunca me ha lastimado en medio de uno ellos, pero temo que eso pueda cambiar.

Pronto, estaba solo a centímetros de mi rostro; su mirada era inexpresiva.
Estaba mirando directamente mis ojos, en los suyos solo podía ver furia.

Se había enojado por algo un poco absurdo.
Le dije que saldría con mis amigas y regresaría antes de media noche.
Pero una de ellas estaba tan borracha que tuve que llevarla hasta su casa.

Desafortunadamente, llegué a las 3:00 a nuestro departamento, solo para encontrarme con un demonio.
Diría que es solo un poco de molestia, pero ella en serio está enojada.

—Jennie--

—¡Cállate!

—¡Yo no sabía que se iba a emborrachar! —Hablé molesta por como me estaba tratando.

—¡Debiste dejarla ahí!

—¿En serio pensaste que dejaría a mi amiga tirada en un bar lleno de peligros?

—¡Si!

—¿Es en serio, Ruby Jane? —Me crucé de brazos.

—¿Te parece que bromeo?

—¡No puedo creer lo que dices!

—¿Sabes qué? —Me dio la espalda de repente. —Esto fue un error

—¿Q-qué cosa?

—Conocerte, amarte, todo entre nosotras —Habló de mala gana. —Te veo y solo me da rabia

Traté de contener el llanto, pero no pude.
Jennie me odiaba.
El amor de mi vida dice odiarme...

—No lo dices en serio, por favor...

Rodó los ojos, alejándose.
Sentía mi corazón palpitar en todo mi cuerpo.
Mi respiración se aceleró a pesar de lo mucho que traté de contenerla.
Era como si algo no me dejara.
Al sentir el temblor en mi cuerpo, supe lo que se aproximaba.

—Amor...

—¡No me digas así! —Gritó con fuerza.

Me sostuve del escritorio al sentir que perdía el equilibrio.
Puse mi mano en el pecho, tratando de regular mi respiración.

—J-jennie... —Le supliqué.

—¿Ahora que-- —Se dio media vuelta y su rostro cambió por completo.

La miré tratando de explicarle.
Ella rápidamente se dio cuenta y en tan solo un segundo, su rabia pasó a ser preocupación.
Se acercó, pero yo ya estaba en el suelo.

—M-me estás asustando —Me abrazó, tratando de levantarme.

—N-no me odies, p-por favor —Sollocé y ella me abrazó más fuerte.

Sentía que mi corazón iba cada vez más rápido.
Jennie solo trataba de calmarme.

—Solo debemos respirar, como lo practicamos...

—Jennie, por favor, no me dejes —Hablé rápidamente entre sollozos.

—No te dejaré... —Se veía arrepentida por lo que dijo. —Solo fue la rabia hablando, lamento haberte puesto así... —Dejaba suaves caricias en mi rostro. —Yo te amo

Nos quedamos un rato en silencio.
Respirando juntas.
Ella no dejaba de acariciarme.

—Nunca te voy a odiar, ¿si? —Besó mi mejilla. —Por favor, perdóname tú a mi porque tienes una novia con serios problemas... —Bromeó para aligerar el ambiente.

—Eres el problema que más me gusta

—Te amo —Por su tono de voz, supe que ya se había calmado, ahora estaba en brazos de mi esposa y no de aquella chica enojada. Ella solo me sostenía con fuerza.

—También te amo, Jennie...