Imagina Con Jennie

¿Te sientes bien?

—¿Estás lista? Llegaremos tarde si no nos apuramos —Jennie frunció el ceño al acercarse.

Era más que obvio el sudor en mi cabeza, sin mencionar que mi piel se ponía cada vez más pálida.
Vi su rostro de preocupación, y rápidamente puso su mano en mi frente.
No me sentía con fiebre pero al parecer mi temperatura estaba alta.

—Deberíamos quedarnos en casa... —Murmuró acariciando mi rostro. —Te siento más calentita de lo normal y no te ves muy bien

—¡Estoy bien! —Dije rápidamente, ella frunció el ceño. —Bien, tal vez me duele un poquito el estómago

Ella negó y buscó su teléfono. —Llamaré a Lisa y le diré que no iremos, ellas van a entender

—¡No! Jennie, por favor, no lo hagas —Tomé su mano y entrelacé nuestros dedos. —De seguro solo es el hambre, no debes cancelar, llevan tiempo esperando está salida y vas a ver que estaré bien

—¿Y si no?

—Entonces te lo diré

Ella dejó salir un largo suspiro y asintió. —Bien, pero más te vale cumplir con lo que acabas de decir

Besó mi mano un par de veces.
Yo sonreí, sintiendo mi corazón latir rápidamente.
Tomó las llaves del auto y salimos juntas de la casa.

Me recosté en el asiento, esperando que se pase el malestar.
No dije como tal una mentira porque de verdad esperaba que comer algo me ayudara.
En el momento, eso era lo único que me molestaba.
No me sentía con fiebre o algo, así que supuse que un poco de comida ayudaría.

Pero al entrar al restaurante, me di cuenta que ese no sería el caso...

Es uno de mis lugares favoritos.
Jennie y yo venimos en las noches de citas.
Es elegante pero cómodo.
Silencioso y agradable.
Así que era el lugar perfecto para venir con las chicas.

Una cena para conversar lo que ha pasado, ya que llevamos un tiempo sin vernos porque cada una ha estado haciendo sus cosas.
Están libres estos días así que hay que aprovechar antes de que sus agendas estén apretadas de nuevo.

Entonces eso sería esta noche, una cena para pasar el rato... y no quiero arruinar eso.

Pero el olor de la comida no era el de siempre.
No se me hacia agua la boca.
Usualmente me encanta sentarme para ver el menú y antojarme.

Pero hoy la sensación en mi boca es por el malestar.
El olor me está revolviendo el estómago.
Me sentía ahogada entre tantos aromas a mi alrededor.

—Ahí está Jisoo unnie —Jennie dijo animada y me tomó de la mano para llevarme.

Chilló como una niña pequeña y se tiró a abrazar a las chicas.
Jisoo fue la primera en acercarse a mi pero se detuvo al verme.

—¿Te sientes bien, enana?

Jennie se giró al escuchar la voz de Jisoo.
Atenta a lo que yo fuera a decir.

—Estoy bien, unnie —Puse mi mejor sonrisa falsa y abracé a las demás para sentarnos, justo antes de que mis rodillas se debilitaran.

Jennie se sentó junto a mi y pronto se puso a conversar con Rosé.
Lisa y Jisoo hablaban conmigo, preguntando con curiosidad por mi vida.
Ellas miraban el menú mientras conversaban, pero yo me negaba a abrir el mío.

Sin embargo, lo hice para no preocupar a mi novia...

Me dispuse a mirar y encontré lo ideal.
Era algo pequeño y ligero.
De seguro sería perfecto y fácil de comer.