1. El Encuentro

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Chiara subía las escaleras de su nuevo edificio con dos cajas entre sus brazos. La medio inglesa caminaba lenta, evitando pisar donde no debía, cuando una voz llamó su atención.

- ¿Necesitas ayuda? - dijo la voz delante suyo.

La morena movió su cabeza hacia su izquierda, tratando de ver a la persona que estaba ofreciéndole ayuda, sin éxito. Chiara notó como el chico cogía una de las cajas, quitándole la mitad del peso a la joven.

-Gracias. -dijo Chiara sin verle todavía la cara.

-¿A qué piso vas? -preguntó el chico.

-Al quinto. -respondió soltando un suspiro.- Voy por el segundo, ¿verdad?

-Sí. ¿Necesitas una pausa?

-Tal vez una pequeña. -respondió Chiara.- Es que encima no funciona el ascensor.

La joven dejó la caja en el suelo viendo por fin el rostro de la persona que se había ofrecido a ayudarla.

-Sé que no queda tanto, es que con el peso y yo sola... -dijo Chiara arreglándose el pelo.- Me iba a ayudar mi amiga Ruslana, que vive aquí también... bueno aquí aquí no, aquí en Madrid. Pero bueno, que no podía, tenía clase, y luego mi amigo Martin... -Chiara dejó de hablar, mirando al chico.- Perdón, estoy contando demasiado, siempre me pasa.

-Tranquila. -le respondió riéndose.- Soy Alex.

-Yo Chiara.

-¿Y qué te trae por aquí, Chiara? -dijo Alex.

-Soy artista... o bueno, lo intento. -respondió.- Soy de Menorca y medio inglesa, pero estoy aquí porque mi amiga, la que te he dicho antes, me consiguió un pequeño trabajo para cantar en un bar de un conocido suyo. Y bueno, para probar suerte, la verdad.

-Pues seguro que te va genial. -dijo el chico.- Si quieres ya me dirás el nombre del bar, a ver si me puedo pasar alguna vez y llevo a unos amigos.

-Claro, lo tengo que mirar en el móvil, pero yo súper encantada. -dijo agachándose a coger una de las cajas.- Ya estoy descansada. No hace falta que me ayudes, si no quieres.

-No me cuesta nada. -dijo Alex cogiendo la otra caja.- ¿Cuántas te quedan?

-Dos. -respondió Chiara.- Pero si no quieres da igual.

-Venga, subimos estas y te ayudo con las últimas. Entre dos es más rápido.

El chico comenzó a subir las escaleras seguido por Chiara, que buscaba un hueco para mirar por donde pisaba.

-¿Tú vives aquí? -preguntó la morena.

-No, había venido a dejarle una cosa a una amiga. -le dijo Alex.- De hecho, vive en tu piso.

-¿Si? Cool. -dijo Chiara.- Espero caerle bien entonces.

-Seguro que si. -respondió Alex.- Se llama Violeta, es así pelirroja... Ah bueno, y si ves alguien con gafas de sol es ella, ha nacido con ellas.

-¿Cómo? -dijo Chiara confundida.

-Nada. -respondió Alex entre risas.- Que siempre lleva gafas de sol, para cualquier ocasión.

-¿Y si es de noche?

-También. -dijo el chico frenándose al llegar a la planta.- Ya estamos.

-Muchas gracias. -dijo Chiara dejando la caja en el suelo.

-Mete si quieres estas y voy subiendo las otras. -le comentó Alex, mirando hacia donde se dirigía la morena.

Chiara asintió caminando hacia la puerta de su nueva casa y sacando las llaves.

Pared con Pared | KiViDonde viven las historias. Descúbrelo ahora