Chiara no había vuelto a ver a Violeta desde la conversación que habían tenido en el bar hacía una semana. A pesar de eso, allí estaba ella, delante de las oficinas de la pelirroja esperando a que saliera en su búsqueda para la pequeña reunión de celebración que su jefe había insistido en organizar. El día anterior, la granadina había escrito a Chiara para preguntarle si estaba libre por la mañana y, hacía un par de horas, le había vuelto a mandar un mensaje, en esta ocasión enviándole el enlace a su entrevista con un simple "Aquí la tienes". Y Chiara sabía que no podía molestarse por la frialdad del mensaje. Lo sabía porque era consciente de que todo aquello se había desencadenado por su culpa.
No lo podía evitar, en ese momento, Chiara estaba nerviosa por volver a ver a la pelirroja. Aunque el encuentro se iba a dar en un ambiente profesional, no sabía cómo iba a ser la reacción de Violeta, ni siquiera sabía cuál iba a ser la suya propia.
La cosa no terminaba ahí, esa noche iban a volver a juntarse el grupo de Violeta con Chiara y sus amigos para salir de fiesta y celebrar la publicación de la revista.
"Tal vez debería haber dicho que no", pensó Chiara cuando se había levantado por la mañana.
Y ya no era solo por la última conversación que habían tenido, sino también por el contexto en el que se iban a volver a encontrar, y más teniendo en cuenta lo que sucedía cada vez que tomaba alcohol estando con la pelirroja.
Chiara giraba nerviosa uno de sus anillos cuando vio salir a Violeta por la puerta, acompañada de un hombre que no conocía, y que supuso que era el jefe de la pelirroja. La morena se quedó estática, sin mover ni un músculo, esperando a que ambos se dirigieran hacia ella.
-Chiara Oliver. -dijo el hombre con una sonrisa, tendiéndole la mano.- Manu Guix, encantado.
-Un placer. -respondió la menorquina correspondiéndole el saludo.
La medio inglesa dirigió su mirada a la pelirroja, que le hizo un gesto rápido con la cabeza, a modo de saludo.
-¿Violeta te ha pasado la entrevista ya? -preguntó Manu directamente a la menorquina.
-Si, pero no he tenido tiempo de mirarla. -mintió Chiara.
La realidad era que la medio inglesa se había pegado una hora de reloj mirando el enlace que le había mandado la pelirroja y finalmente había descartado el meterse a leerla: por miedo, por vergüenza y por Violeta.
-Ha quedado increíble. -añadió el hombre.- Se nota que os habéis entendido a la perfección.
-Si, lo hemos hecho. -respondió Violeta con un cierto sarcasmo que solo la morena captó.
En otro contexto, Chiara sabía que Violeta le habría dedicado una mirada acompañada de una ligera sonrisa, indicando un doble sentido en sus palabras, pero en este momento, el tono de sus palabras mostraba todo lo contrario.
-Me alegro, va a ser un éxito. -respondió Manu haciendo un gesto con la mano.- ¿Pasamos? Así te enseñamos la revista en físico. El reportaje de las fotos una maravilla.
Chiara asintió con la cabeza y comenzó a caminar, colocándose al lado de Violeta y llegando hasta la misma sala en la que había estado un tiempo atrás con la pelirroja. Tomó asiento donde le indicaron, quedando frente a la granadina y su jefe, sintiendo algo de presión. Manu sacó una pequeña pila de revistas y las colocó sobre la mesa.
-Aquí están. -dijo el hombre tendiéndole una a Chiara.- Eres nuestra portada de julio.
-Wow. -contestó la morena mirando la portada y leyendo lo que ponía en ella: "Chiara Oliver: La auténtica definición de música"
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Pared con Pared | KiVi
Fiksi PenggemarChiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en una revista como entrevistadora. Chiara es nueva en el edificio. Violeta vive en el piso de al lado...