Nuevo comienzo

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Después del programa regresé a mi vida como desempleado. Tal vez no era fue tan malo, tuve muchísimo más tiempo para mí mismo. Bien, ¿a quién quiero engañar? joder que sí fue una mierda. Me fue muy mal.

Pero todo cambió cuando conseguí un nuevo empleo. Esta vez era como policía, algo muy nuevo para mí, pero definitivamente me agradaba la idea y daría todo mi esfuerzo en ello.
Ahora estaba en una nueva ciudad con un nuevo empleo. Bien, pues quería nuevos inicios, ¿vale? Y sentía que en esa vieja ciudad ya no había nada para mí. Pero ahora estoy muy bien en mi nuevo trabajo.

Todo era maravilloso. La ciudad tenía su encanto, o al menos eso creo. Mi nuevo trabajo iba de maravilla. Estaba muy cómodo con el nuevo Tom que era ahora, todo estaba en su lugar.

Miento. No sé a quien trato de engañar.

Jake. Jake. Jake. No paraba de estar en mi mente todo este tiempo. Ya había pasado un año desde que nos vimos, y también ha sido un año de llamadas de él que claramente he rechazado.

Sé que prometí iniciar de nuevo como amigos, pero de verdad no pude. No sabía que hacer ni que decir. Me moría de la vergüenza. Al menos con el tiempo me di cuenta que ya no tenía ojos para él. Ahora era una nue a persona que... Mierda. Debo de dejar quedar bien conmigo mismo.

Quiero verlo.

Hace ya un mes que no tengo ni una sola llamada de él. ¿Se quedó sin saldo? O tal vez se cansó de buscarme, yo lo estaría. Era un cobarde, pero de verdad no podía. Pero no dejaba de pensar en él, en lo lindísimo que era. En su largo y lindo cabello. En sus redondos y negros ojos. En esos labios tan suaves que sin duda encajaban perfectamente con los míos. Mierda, se me puso dura.

En fin. Tal vez un día de estos sea yo quien lo llame. Mi situación con él era lo único que me mataba la cabeza día y noche. Era lo único en mi vida que no estaba en su lugar. Pero pensaría en ello depués.

Me levanté de la cama y me pegué una ducha con agua fría. Helada. Cuando salí, me cambié por otro, literalmente. El uniforme de policía me marcaba un culo que te mueres. En fin. Salí de mi departamento y conduje al trabajo. Era una rutina aburrida, pero me gustaba.

Ya ahí tomé asiento en mi sitio, sin embargo una voz femenina me detuvo.

—¿Qué crees que haces, Tom? —Julia—. Hoy te tocaba a ti traer el café, ¿lo olvidaste?

—Mierda, es cierto —balbuceé un poco—. Quiero decir. Creo que lo he olvidado en mi carro. Ahora vuelvo.

—Sí, claro —Susurró Julia mientras yo me alejaba rápidamente. Me subí a la patrulla y manejé a la cafetería más cercana.

Obvio no había comprado nada, lo olvide. Claro que en la estación había café, pero eso no era café, Dios. Más bien parecía mierda líquida... Chorro. Yo que sé. Iba manejando por ahí cuando vi un pequeño establecimiento con una gran cartel que decía "Cafetería". Espero que sea una cafetería. Entré rápidamente y no lo creerán. Dios Santo. Tal vez estaba alucinando a falta de afecto, o yo que sé. No sabía cómo sentirme, ¿vi un ángel o al mismo Satanás? No lo sé. Me sentía de ambas formas.

—Bienvenido, ¿qué desea to—me miró de arriba a abajo tratando de analizar lo que pasaba. Yo igual—. No mames.

—¡Jake! ¿Qué quedamos de las palabrotas en el trabajo—Se escuchó una voz anciana saliendo de la puerta detrás de Jake. Depués me miró—. Holy Shit. Los dejo solos.

Dicho esto. Míriam regresó de donde había salido, dejándome solo con Jake. Si antes era lindísimo ahora era lindisisisísimo. ¿Dejó crecer su cabello? Vaya que lo había hecho.

—Tom —Fue lo único que dijo. Se me paró. Dios Santo, parecía un adolescente.

—Jake... Eh, ¿cómo has estado? —Fue lo único que pudo salir de mi boca. Dios. No podía pensar bien, ¿ok? Había un jodido ángel frente mío, y no olviden que la tenía dura. Me quiero matar.

—¿Bromeas? —habló, perdiendo toda la serenidad que antes tenía—. ¿Por qué no mier- Espera. ¿Desde cuando vives aquí?

—Oh. Llegué aquí hace un mes. Nada nuevo. Ahora tengo un nuevo trabajo —Dije señalando mi uniforme. Debía adivinarlo.

—¿Policia? Jodidamente Sexy—. ¿Disculpa?

—¿Disculpa?

—¡Qui-Quiero decir que te ves bien! - Habló casi gritando de los nervios con la cara roja. Dios santo, se veía tan lindo, por favor hazlo de nuevo y nunca te dejaré ir. Aunque era fácil decirlo. No. Debo hacer las cosas bien. Él ya no me gusta. Solo quiero que no hayan mal entendidos entre nosotros.

—Gracias. Jake, ¿estaras libre esta tarde? —pregunté con una voz más tranquila que nuestra anterior conversación—. Quiero decir. Me gustaría hablar contigo para hacer las paces —El asintió.

—¿Qué deseas tomar? —¿Qué? Oh, cierto. Estoy en una cafetería.

—Dame 5 americanos y un café con leche de soya y vainilla. Por favor— Anotó en una pequeña nota—. Y quiero 6 muffins de chocolate. Por favor —Siguió anotando.

—¿A nombre de quien?

—Tom

—Bien, Tom. Espere en alguna mesa, por favor. Le llamaremos cuando esté listo su pedido—Y eso hice. Me fuí a una mesa a separar mientras él atendía a un cliente que recién llegaba. Se miraba tan lindo con es delantal lleno de harina. Le quiero tomar una foto. No. Él es solo un conocido. No me gusta. ¿Ok? Sí.
Depués de unos minutos escuché su voz

—Tom —Me acercó a él y me da una bolsa junto a un ticket engrapado a la Bolsa. ¿Cuando pagué? Es que con él yo no le prestaba atención a cosas sin importancia. ¿Pueden juzgarme? No. Somos amigos. Ni siquiera eso.

—Gracias —Di la vuelta y me fuí.

Cuando llegué a la estación de nuevo me fuí a mi lugar. Empecé a sacar todo de la bolsa y empecé a entregarle a mis compañeros sus pedidos. Cuando iba a revisar el ticket para cobrarles vi que estaba marcado con pluma azul algo.

XXX XXX XXXX
Llámame tú ahora, baboso.
- Jake

Dios Santo. Casi se me para, pero no. Rápido guardé el ticket dentro de la funda de mi celular. Cosa que Erik, mi compañero, notó.

—¿Qué pasa, Tom? ¿Cuánto te debemos? - preguntó mientras acomodaba su melena rubia.

—Nada. Yo invito.

Mierda, Jake. Me vas a dejar pobre por esto.

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Mi Lugar Correcto [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora