Los domingos siempre fueron los favoritos de Second. Omitiendo el hecho de que era un día de descanso pleno, también podía disfrutarlo sin sentirse presionado y con la compañía de Yellow.
En realidad, para estos momentos, Second ni siquiera sabía en qué día estaba y tampoco se había tomado la molestia de mirar un calendario o siquiera preguntarle a alguien. Sin embargo supo que era domingo cuando, al tercer día, despertó gracias a unos suaves golpes contra su cuerpo y constantes sacudidas bruscas en sus hombros. Realmente estaba molesto por la forma tan tosca con la que lo habían despertado, pero antes de que pudiera quejarse, el responsable atropelló sus palabras.
— Apúrate, Blue se irá toda la mañana. Podemos jugar ahora, luego fingir que no y volver a jugar en la tarde — soltó entre risas el mayor.
— Mierda Yellow. Déjame dormir — se quejó en voz baja, tapándose los oídos y enredándose entre las sábanas tras reconocer la voz.
— Es una idea millonaria, tarado. Colabora — sin importarle siquiera lo que Second dijo, tomó las sábanas y lo destapó. El menor se quedó aún acostado, sin ganas de levantarse — Anda — insistió.
— Juega con Green — murmuró como pudo.
— Él es un asco en videojuegos — torció los ojos y lo agarró de una pierna. Second se aferró como pudo de una almohada, pero al final terminó en el suelo y con Yellow torciendo una sonrisa entre sus labios.
— Mi pierna, malnacido — gruñó adolorido mientras pasaba una de sus manos hacia su rodilla, comenzando a hacer una suave presión a la extremidad.
— Ya, ya, perdón — se disculpó sin muchos ánimos el rubio, esperó unos segundos y volvió a hablar — ¿Entonces...?
— Dame unos minutos, me cambiaré y bajaré — rezongó sin ánimos el cobrizo.
— Dale, pero apura. Iré conectando la laptop al televisor — y dando unos saltitos, abandonó a una velocidad impresionante la habitación.
Second sonrió; no podía negarse a alguna petición de Yellow cuando andaba tan alegre y casi infantil.
Se apoyó sobre sus rodillas con pesar, sintiendo punzadas en su pierna y un dolor leve empezando a extenderse por su espalda.
Palpó el bolsillo de su pantalón, torció un gesto de confusión al no sentir las pastillas que, hasta donde él recordaba, estaban el día de ayer. Aún confundido, abrió el último cajón del mueble al lado de su cama, sacando el envase de píldoras y levantándolo. Lo destapó sin mucho trabajo y vertió su interior en su palma.Tres píldoras cayeron de seco, dejando al cobrizo algo confundido. No entendía muy bien lo que había pasado, y mucho menos comprendía el por qué las pastillas habían vuelto al envase sin que él las hubiera puesto ahí. Pudo haberse quedado absorto en aquella idea, pero el fuerte llamado de Yellow en la sala lo obligó a alejarse de aquellos pensamientos.
— Ya voy, pesado — respondió en voz alta, mientras dejaba las pastillas sobre la mesa y cerraba fuertemente el cajón.
Dejó la cama desordenada y se cambió rápidamente de ropa, guardó las pastillas en su pantalón y con paso rápido, abandonó su propia habitación encaminandose hacia la sala. Bajó las escaleras con cierta lentitud, cuidando siempre su pierna herida. Una vez llegó, se tiró en uno de los sofás y se quedó mirando a Yellow, quien tenía la vista fija en su laptop.
— Oye, ¿No vamos a desayunar? — preguntó Second, cuando el silencio que inundó el lugar fue insoportable.
— Meh, corre ve a traerte una fruta si gustas — respondió sin interés alguno Yellow, su mirada seguía fija en la pantalla.
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narcolepsy | 𝗮𝗹𝗮𝗻 𝗯𝗲𝗰𝗸𝗲𝗿 | 🔞
Fanfiction[ pinche mrd toda fumada | completa ] Maldita y jodida narcolpesia; era como la describía Second. Él detestaba el tener que tomar pastillas para regular sus horas de sueño; y, tambien odiaba hallar un dulce...