Una tranquila y apacible calma antes de que la tormenta estalle; aquellas serían las palabras que usaría Second para describir la situación en la que se hallaba, o al menos esa era la sensación que le transmitía.
Se despertó, sin saber cómo, sentado sobre su cama tendida y pulcra, con las cortinas abiertas, permitiendo que una acogedora luz de mediodía inundara la habitación. El reloj sobre su mesa de noche le confirmó la hora. Eran exactamente las 12:36, y para entonces, Second ya estaba acostumbrado a sentir el delicioso aroma de la comida que Blue solía preparar mientras él descansaba en casa.
Pero aquel día era diferente a los anteriores. Frente a sus ojos se desplegaba una calma tan plena y perfecta que le erizaba la piel. Sus dedos apretaron suavemente sus rodillas mientras se inclinaba hacia adelante, tratando de encontrar algo falso en aquel entorno agradable para poder saber a qué se enfrentaba.
Y fue entonces, con sus ojos fisgoneando por el lugar, que cayó en cuenta de las figuras frente a él.
Se miró, perplejo, así mismo sentado en el suelo. Tenía las piernas cruzadas y vestía una ropa holgada, como un día casual, y mantenía sus pupilas clavadas en un tablero de ajedrez frente a su cuerpo. Ligeramente encorvado hacia adelante mientras analizaba la partida que se desarrollaba, con sus cejas enarcadas mientras parecía someter a su cerebro a un proceso complejo y duro.
Una tranquila voz se expandió en la habitación.
—Te va a salir humo del cerebro —bromeó su adversario. Una sonrisa algo burlona dibujándose en sus delgados belfos—. Deja de pensarlo mucho, igual perderás.
—Eres un...
Second sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando escuchó su propia voz. Una extraña sensación de adormecimiento atacó su pecho, llevando una de sus manos sobre su cuerpo, palpando lentamente sobre sus costillas mientras seguía con su mirada fija en la partida desarrollándose frente a él.
—Yellow me enseñó el movimiento máximo para acabar con todos en el ajedrez —alardeó con mayor afán al notar el gesto ensombrecido del moreno frente a él—. Voy a destrozarte, amigo.
—Ya, ya, como digas —se quejó molesto Second, finalmente enrollando sus dedos en su único alfil y deslizándolo hasta una esquina del tablero, para después soltarlo con desgana—. Seguiré siendo mejor en videojuegos.
—Naah, Yellow te humilla.
Ambos compartieron una tranquila carcajada.
Second seguía mirándolos en silencio, su cuerpo parecía repeler la emoción que inundaba el ambiente de la pieza. Se inclinó suavemente para observar mejor, y esta vez se fijó en Red. Su rostro carmesí destilaba la misma tranquilidad que siempre, en sus ojos no había rastro de algún mal guardado, y la pequeña sonrisa victoriosa que se retorcía en su labios mostraba la propia confianza en sí mismo.
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narcolepsy | 𝗮𝗹𝗮𝗻 𝗯𝗲𝗰𝗸𝗲𝗿 | 🔞
Fiksi Penggemar[ pinche mrd toda fumada | completa ] Maldita y jodida narcolpesia; era como la describía Second. Él detestaba el tener que tomar pastillas para regular sus horas de sueño; y, tambien odiaba hallar un dulce...