⁰¹ Matina

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"No sé cuál sea su magia, pero a través de su sonrisa se puede ver el universo"
-J. Wailen.







La calidad de muchas personas es de alguna manera la cura del alma, para Matias esa noche se quedaría guardada a flor de piel

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La calidad de muchas personas es de alguna manera la cura del alma, para Matias esa noche se quedaría guardada a flor de piel.

El sol arribó y una sonrisa débil, se dibujó en su rostro cuando el pequeño rayo de luz acarició su piel ¿El motivo? Un recuerdo perezoso de cada bendita risa que compartió con Enzo. Motivado como pocas veces lo había hecho, se dirigió a la pieza del baño. Quito la única prenda que lo cubría, prendiendo la llave caliente.

En cuanto termino, tomo una camisa a cuadros, jeans a juego y sus botines de siempre, combinaban con casi cualquier cosa; Sus favoritos por mucho.

". . ."

Algunos ya estaban sentados, si todo iba tal cual lo planeado, saldrían del hotel a eso de las 3:00 de la tarde. Pero ahora lo que importaba era el desayuno, esa parte tenia vistas hermosas, algunos ventanales grandes con vista al cúmulo de mantañas que rodeaba; No al completo, el hotel.

Y al primero que vio fue a Fran, tenía su plato lleno de algunas hojas verdes. La rigurosa dieta que algunos tenían que llevar, incluido Matías. Decir que era difícil sería mentira tampoco necesitaban que todos estuvieran demacrados y en general, para él esta carga no era tan grande.

—¡Franni! Amigo— El mencionado, apartó la vista del plato. Levantando la mano en forma de saludo en cuanto pudo ver de quién se trataba, se hicieron buenos amigos desde el comienzo.

—Mati, sentate acá— Palmeó el respaldo de la silla, todas las mesas tenían cuatro lugares. Afortunadamente no estaba tan lleno.

—Apártame, voy por el plato y vuelvo— Con eso dicho se acercó a la barra de comida, el aroma que entró a su nariz. Dios hubiera adorado poder tomar algún bollo, pero se sirvió dos huevos, lechuga y tomo alguna fruta.

Se acercó a la mesa, dejó el plato y tomó asiento. Comenzaron con algún tema, en algún momento llegaron a la parte de esa noche. Fran estaba en aquel lugar, los vio salir a ambos; Bueno uno siguiendo al otro en cuanto notó su ausencia.

—Fran sos un argüendero— Dijo entre risas, mientras el tenedor jugaba con la comida, estaba demasiado absorto en lo que decía.

—Dame bola, la mirada que puso. Te estaba buscando no se igual ideas mías, pero se re notaba— Algunos golpecitos leves en la mesa, le emocionaba esto, por alguna razón.

—No, no. Solo estaba jodiendo— Hizo una pausa masticando el bocado que se llevó a la boca —Pero me pidió compartir pucho—.

—Amigo dale— Se pudo morir de ternura en ese momento, en algún momento el primero que vio Matías en llegar fue a Enzo, si aquel día su mirada parecía casi enganchada. —Me muero, tenes que intentarlo dale—.

—Fran, no. Me re gustan las pibas, córtala me lleva ocho años, ocho— En un instante Fran lo señaló, emocionado.

—Lo consideraste, dale ya está— Nuevamente algunas risas salieron; En el fondo, en ese caso esa idea tomaría algún sentido.

". . ."

La mañana transcurrió más tranquila, otra vez algunos ensayos antes de irse a la montaña. Ya eran dos veces que habían llegado, estar arriba era sofocante, las ráfagas de viento eran casi dolorosas al chocar con la piel, todos estaban bien abrigados.

El viaje comenzaba con el teleférico, no existía un cierto orden en el que debieran de subir. Y ese día solo quedaron 2 al último, maldito destino pensó Matías en cuanto entró a la cabina seguido por Enzo. La plática de Fran realmente hizo que pensara más allá de verlo como su compañero o un amigo si así pudiera llamarlo.

En principio no intercambiaron palabras, solo miradas rápidas el uno al otro, que terminaban desviadas por alguna de las partes.

—¿No me conoces ahora?— La voz ronca invadió ese pequeño espacio en el que estaban, no era irrespetuoso; De alguna forma Matías solo quería aclararse, pensar en todo lo que le había dicho a Fran.

—Que decís gil, tú no hablas— La distorsión del lado en el que se encontraba Enzo, le dijo que lo estaba mirando. Muchas veces se detuvo de hacerlo, pero buscando fuerzas de donde no las tenía clavó la mirada en los ojos contrarios.

—Vos tampoco— Matías respondió con un suspiro, para Enzo era más que relevante hablar con los demás. Poniendo hincapié en Matías, era callado solo con el. —¿Descansaste?—.

—Un poco, me incomoda el frío ¿tú?— Tendría que apartar lo que pensaba, si no el trayecto sería una tortura silenciosa.

—Mira, que estoy igual. Las frazadas no dan—

—Mi madre me achucha, cuando hace frío.— La extrañaba, vivía con ella. Solo por que así se lo pidió y la quiere, es su todo ahora.

—¿Me estás invitando? Wachi— Se quedó en su posición, eso había sonado más como una invitación.

—No córtala, che era un recuerdo— Sus mejillas las principales traicionaras se tiñeron de rojo, el contrario solo se reía ante la voz casi desesperada que puso el otro.

—Ahora me tenes en tu pieza regresando, mira tu donde me mandes a la mierda—

—Bayona nos re caga, que no le regalaron las piezas eh—










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¿Qué tal? Fue una alegría inmensa escribir el primer capítulo, hablando sobre otro tema. Las actualizaciones no tienen fecha exacta, pero en cuento el capítulo esté listo puede salir. Esto no dura más de 3 días, pero era importante aclarar este punto.

Con eso dicho, espero que hayan disfruto este primer capítulo y el prólogo.

From The Start (Matias x Enzo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora