⁰⁴ Crecer

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Cuando es la persona pero no el momento, esperas. Esperas lo que haga falta.
-Laia Gairí











Se tomó su tiempo tratando de entender, habían regresado a Montevideo y estaban igual que como comenzaron

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Se tomó su tiempo tratando de entender, habían regresado a Montevideo y estaban igual que como comenzaron. Una regresión que más allá de ser solo un respiro, transformó su amistad en eso que le quitaba el aire.

2 semanas, solo los ensayos eran la única manera de que estuvieran juntos. Enzo fue el que intentó razonar, solo hablarlo pero lo ignoraba pocas veces escuchaba y para entonces se habría levantado marchándose. Llegó a pensar que era mejor estar como Matías impuso a la fuerza, pero Paula fue parte importante en que no se rindiera.

Nunca llegó a cruzar esa parte del hotel hasta ese día; Hizo memoria recordando que se dirigía a la pieza de Estaban, llevaba mucho tiempo caminando de arriba abajo sin señales de él por ningún lado. Solo quedó un lugar y razones tenía pocas para ir, Estaban rara vez llegó a quedarse tanto tiempo ahí, el encanto de ese comedor lo tenía muerto. Pero unas habitaciones antes, una puerta cerrándose la hizo pegarse un buen susto y lo que continuó era para más.

—¿Cómo vas con Mati?— Estaban en grabación algunos, ellos solo estaban viendo y la plática salió sola.

—Igual, no me da bola. Me deja a mitad de lo que le explico— Tenían que hablar en bajo, de igual forma no estaban tan cerca pero vale más hacerlo.

—Frann me dice que la pasa mal, dale espacio. Entenderá— Le ofreció su ayuda dos semanas antes, Frann bueno tiraba más a tratar de cuidar a Matías.

—Es una tontería Paula, me deja así por una llamada— No quitaba esa mentalidad y ella misma la compartía, fue tonto pero él piensa así.

—Tienes que aceptar que no fue la llamada, estaba tratando de ver que era lo que sentía por vos— Llegaron a esa conclusión con tanta dificultad, puesto que Enzo se negó una y otra vez a aceptarla. Hasta ese momento seguía siendo algo que no podía considerar del todo.

—¿Dónde voy yo? Lo aprecio, pero es todo— Algunas pequeñas risas irónicas salieron de Paula.

—Enzo, cariño. Te moris por que te deja hablando solo y hasta donde me decís, lo confundiste. Cuando quizá el que no tiene las cosas claras, eres tú— Primera vez que llego a dudar de sí mismo, esas palabras se quedaron en Enzo mismo que trato de darles sentido en segundos pero no lo logró.

—Dale Paula, es un nene comparado conmigo.— Jamás entendería cuál fue su intención, pero quizá protegerlo. De muchas cosas, de él mismo.

—No es un nene, lo sabes. Vos menos, solo explícale que sientes. Quizá eso quiere oír, piénsalo ¿si?—

". . ."

Esa misma tarde una vez los dejaron libres, Enzo con los nervios de punta y esas ganas de dar media vuelta, perderse en su pieza. Pero estaba ahí, después de haber tocado la puerta, no esperaba que le abriera, después de todo si se levantaba de la mesa con solo estar el que esperaba al hacer eso.

—Otra vez ¿Que queres?—

—¿Me dejas pasar?— Fue lo más directo que podía, las otras veces solo enredaba las cosas. Pero se lo permitió, haciéndose a un lado. Y las cosas tal como Paula le había dicho quizá no iban a bien, el lugar olía horrible a tabaco, su cama no estaba hecha, su valija abierta con un desorden horrible y otras cosas. —Mati, veni.—

Esa voz después del vistazo rápido a su pieza, le dolía de sobre manera pensar que parte de eso era su culpa. Aún no lo entendía, costaba un montón tratar de idealizar eso, peor fue a lo simple, una vez la puerta se cerró y aún que por un momento quiso apartarlo, no pudo. Los brazos de Enzo se cerraron en su espalda, su cabeza se recargó en la contraria encontrando algo de paz. El cuerpo de Matías se sentía tan frágil como si de alguna forma ese abrazo lo pudiera romper, cabía perfecto entre sus brazos y aún que el tabaco le dificultaba las cosas, su cabello fuera de eso era algo adictivo.

—Mira, es mi culpa esto. Me lance de la forma equivocada— El aire se sentía más pesado cada vez que hablaba —Me importas, más de lo que creo. Y no sé bien si tiene un significado, un impulso si lo queres ver así.—

—No, cállate— Le costaba tanto no sonar roto, él también se sentía igual de perdido. Y no quería orillarlo a algo que ni siquiera él tenía la fuerza de decir.

—Tenes que esperarme, darme tiempo. Que igual me moves algo, pero no quiero tomar una decisión que te lastime— Pensaba más a futuro, Matías tenía una vida entera por disfrutar y no quería ser la causa de que fuera infeliz.

Matías finalmente respondió al abrazo, por ahora no estaba preparado para todo lo que dijo. Mezclo en ese lugar solo, que de alguna manera Enzo sería la solución. Miles de cosas pasaron la primera vez que lo vio, quería olvidarse de su vida que se estaba yendo de entre sus dedos.

Esa tarde, pasaron un buen tiempo arreglando en silencio absoluto la pieza. La última luz del día los dejó seguido de Enzo, que antes de irse solo le dio un pequeño beso en su frente, sonriendo antes de salir de ese lugar. El también necesitaba crecer tanto como lo vio mientras sin decir una palabra, ofreció su tiempo cada parte de su ayuda sin que él lo pidiera y lo más significativo fue por mucho haberlo dejado solo, sin ese mal sabor de boca que antes lo azotaba ahora solo quedaba limpiar ese desorden que era su mente preparándose para cualquier camino que tomara Enzo, lo conocía tomaría el mejor para ambos.

From The Start (Matias x Enzo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora