"Me gustaría volver al tiempo donde éramos desconocidos queriéndonos conocer".
-Emiliano Escalante.
La obvia respuesta fue un "Sí" aún que nada es perfecto, aquello para Matías era algo más significativo. Ese poco tiempo que tuvo para pensar, esa investigación interna que al final terminó por declarar que no lo veía como su compañero. Y para él más alto de los dos, esto solo tenía una manera de verse dos amigos compartiendo espacio.Las frazadas cubrían el cuerpo de ambos, oh el ambiente más allá de ser tenso era la nota perfecta para esas última noche. De haberse imaginado que esto cambiaría el rumbo de muchas cosas, la respuesta más certera hubiera sido irse cada quien por su camino.
El revoltijo de emociones que Matías sentía le oprimían el pecho, las capacidades de reaccionar, su respiración y el corazón amenazante queriendo salir de su lugar. Enzo solo quería dormir, descansar después de esa noche que el único que se le cruzó por la cabeza fue Matías.
Paso su brazo por debajo de su cabeza, acomodándolo tan cerca que casi al instante pudo sentir ese aire, chocando con su piel. La mano de Matías terminó arriba del pecho contrario y todo a su alrededor se desvaneció, ambos cuerpos intercambian cada parte nivelando la temperatura. Era como estar en casa, llegar recordando como todo eso es tuyo, es más que un lugar seguro, ese aroma a que lo conoces, que ahí es donde descansas, comes y en algún momento de tu vida es sobre todas las cosas algo importante; No por lo material, si no lo que alguna vez construiste.
—Ehmm... Linda noche— La última luz se fue y Matías solo lanzaba pequeños suspiros. Se había quedado dormido, en tan poco tiempo.
Esa sospecha de que algo no estaba del todo bien, dejó a Enzo planteándose en que se decidió meter. Cada acción que hizo, parecía que lo estaba cortejando, que sus intenciones con el pibe dormido en su pecho eran otras completamente distintas. Quizá eran pocos días para que alguien generara un sentir, un aprecio. Pero y si aquello solo estaba tapado, era negado esto se le salió de las manos.
". . ."
Matías fue el primero en despertar, ninguno cambió de lugar. Sus párpados estaban pesados, no se despertó durante la noche, siquiera notó el frío como si lo hacía antes.
Fue una buena noche y un buen despertar. Pero un teléfono sonó, sacando a Enzo en ese estado en el que se encontraba. Parecía un zombie buscándolo entre su ropa, hasta que lo tuvo en las manos.
—Aitana, buenos días— Su voz cansada al decir aquello. Olvidó por completo donde estaba y cuando se dio cuenta de que la mirada de Matías estaba sobre el, hizo un ademán, que le diera tiempo pudo entender Matías.
—Te desperté, no perdóname. Es que te levantas más temprano. Se me hizo raro que no llamaras, ya vez se invirtieron los papeles— Tan fuera de lugar, que ahora parecía ajeno a esto.
No se quedaría escuchando, solo se cambió el pantalón de dormir. Su abrigo y salió de ahí, de su propia pieza. Con un mal sabor de boca no encontraba cómo reaccionar, bueno era lógico pero vamos eso parecía que ellos dos ya estaban saliendo. Un tornado de pensamiento arrasó con la tranquilidad que tanto trabajo le costó lograr, una de las preguntas salieron rápidamente fue "¿Estás sintiendo celos?" Pero no ganaría nada sacando conclusiones, solo tumbó su peso sobre la pared arrastrándose hasta quedar sentado a un lado de la puerta.
Los minutos pasaban y esa punzada en su pecho comenzaba a doler, fue un boludo al crearse ideas equivocadas por bajar la guardia. No era fortuna que Enzo decidiera salir, encontrándose con Matías sentado, con la vista clavada a algún punto del pasillo. Pero el sonido de la puerta, después ver el cuerpo de Enzo saliendo le dio suficiente para levantar y entrar, quería cerrarle la puerta en la cara, lo intentó pero fue en vano.
Enzo muy en el fondo creía saber qué pasaría, pero tampoco dimensionó en qué estado se encontraba Matías. Al momento en que la puerta arremetiera contra su cuerpo, logró detenerla con el brazo, desconcertado entró a la habitación cerrando la puerta tras su espalda.
—¿Qué haces?—
—Ándate de acá, ándate— Trono los dedos tratando de llegar a la manija cosa que Enzo se lo impidió, su altura comparada a la de Matías le facilitó hacerlo.
—No me grites, Mati— Buscaba maneras de calmarlo, trato de tomar sus manos cosa que no fue buena idea, las aparto y continuó.
—¿Qué me tocas? Pelotudo— Su voz no bajaba de tono, seguía igual o peor.
—Matias, cálmate— Al contrario seguía tratando de entender que mierda había pasado. —¿Me decís que te pasa?—
—Eso te interesa gil, ni un buenos días me merezco. Me dejas afuera de mi pieza !¿te parece poco a vos?¡—
Por el simple miedo de que alguien los escuchara, si no es que lo habían hecho ya. Puso su mano en su boca, no apretó para no lastimarlo. Llevándolo hasta la pared misma en la que finalmente Matías no se movería, lo acorraló.
—¿Sos un nene para que estés haciendo esto? Utiliza la cabeza, te tranquilizas— Esto parecía tan irreal, no podía creer esto. Y cuando sintió que el contrario se destensaba, quitó la mano pero no se movió, se quedó mirándolo esperando una respuesta prudente.
—Ándate Enzo— Vaya si eso no le dolió, pero tampoco iba a rebajarse de esa manera. Si no entendía tampoco lo obligaría, un par de malas decisiones y solo por una llamada de pone así. Imaginarse si continúa le daban dolores de cabeza, solo se vistió eh hizo lo que pidió.
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From The Start (Matias x Enzo)
Fiksi PenggemarEl sol arribó y una sonrisa débil, se dibujó en su rostro cuando el pequeño rayo de luz acarició su piel ¿El motivo? Un recuerdo perezoso de cada bendita risa que compartió con Enzo.