Te pienso, luego existo

Capitulo 8: Dinero, dinero y más dinero

Un miércoles por la tarde y Luego de una jornada de trabajo, el señor García aprovecha para llegar al súper mercado que le quedaba de paso camino a casa.

Mientras se encontraba colocando en su canasta algunas frutas y verduras, este escucha como un cliente de la tienda discute en frente de una cajera y con el gerente del súper mercado.

—Vamos Don, ¿cómo es posible que por una pequeñísima cantidad de dinero que me falta no me permita llevarme mis compras?

—Ya se lo dije señor, solo deje alguno de los productos que tiene en la bolsa y listo, no habrá problema —responde el gerente.

—¡Pero todo lo que he comprado es realmente necesario!, no puedo dejar nada, además solo son unas cuantas monedas, ¿¡Cuál es el problema!?.

—El problema es que el pago de sus compras es insuficiente, y no puedo permitirle que se lleve los productos si no paga todo completo.

—¿Pero es en serio?, ¿Por una milésima cantidad de dinero? —se queja el cliente.

—Es así como funciona el mundo señor, lo siento —menciona el gerente mientras alza sus hombros.

El señor García al escuchar aquella discusión queda algo pensativo...

Jueves por la mañana, el chico ya se encuentra en la universidad como es de costumbre asistiendo a su primera clase del dia. Tomy no ha dejado de pensar desde esa clase del martes en lo extraño que ha sido todo lo ocurrido. el nunca imaginó que esa chica fuera a estar en una clase coincidida con él. La cabeza de Tomy no hace más que darle vueltas al asunto y mantenerlo pensativo el resto de la mañana, incluso dentro de sus clases, dónde se le veía con una mirada perdida pensando en ese extraño encuentro. Un remolino de emociones atormentaba al jóven, puesto que no sabía realmente cómo sentirse. Sí bien ahora podía verla todas las veces que había de asistir a las clases del maestro García, estaba obligado a verla junto a alguien más... ¿Y peor aún? Junto a un patán.

El chico asiste al resto de sus clases hasta que finalmente llega la hora de la última asignatura del día.

Tomy entra al salón y lo primero que ve es como un grupo de chicos y chicas estaban rodeando a Dania mientras hablaban con ella, demostrando ser alguien muy popular en esa clase con tan poco tiempo de estar allí. El joven solo camina hacia su lugar como si nada pasara, pero a lo que pasa cerca de ellos logra escuchar algunas que otras palabras de los chicos.

—¿Entonces el maestro García es tu padre?, ¿Cómo se siente que tu propio padre también sea tu maestro?

—¿También te da clases en casa?

—Emm no, no necesariamente, para empezar esta clase no es mi principal vocación, yo soy estudiante de derecho —responde Dania siendo muy amable.

—¿Y entonces por qué estás aquí? —pregunta otro chico.

—Bueno, mi padre quería que asistiera a sus clases, solo es eso —responde nuevamente la jóven.

—¿Y que hay de tu cabello?, ¿Es natural?, ¡de verdad que es muy lindo y exótico! —pregunta una de las chicas.

—¡Siiii!, realmente lo es! —comenta otra chica.

Tomy sentado en su asiento solo ve y escucha como Dania recibía halagos y preguntas de sus compañeros.

—Y cuéntanos, ¿Cómo conociste a Leo?, vaya que es afortunado ese tonto —dice uno de los amigos de Leo.

—Amm bueno...

Justo cuando Dania estaba por empezar a relatar su historia con Leo, llega el rey de roma.

—¡Mi vida, por fin llegaste! —decía Dania mientras corría a los brazos de su novio con gran regocijo.