Capítulo 1: Primer Día

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Harry Clayton

Me levante temprano ya que hoy es el día en el que me voy de casa de nuevo, mi facultad tiene dormitorios así que me tengo que mudar para allá y digo de nuevo porque en mi antigua facultad en California tuve que hacer lo mismo. Ayer preparé mis maletas y las cosas que me llevaría de mi habitación así que solo me di un baño, me arreglé y comencé a revisar que no olvidará nada cuando escuche un grito que provenía del piso de abajo.

-¡Harry, ya está el desayuno!- dijo mi madre para que bajara a desayunar.

Cuando me llamó, tomé mis maletas y mi mochila y bajé en seguida. Ella me había preparado unos deliciosos hot cakes con miel y mantequilla en la parte de arriba. En verdad que extrañaré esto, mi madre cocina muy bien pero tengo que irme. Mientras ella lavaba los platos, yo pregunté.

- ¿Es necesario irme? Me siento mejor estando en casa, no quiero compartir cuarto con nadie, prefiero estar aquí y tener mi privacidad- dije un poco serio, desde que me dijeron que compartiría cuarto con otro chico, no me agrado para nada la idea.

-Yo tampoco quiero que te vayas pero es para que te hagas más independiente y puedas vivir por ti mismo, lamentablemente o afortunadamente, tu padre y yo no estaremos toda la vida para cuidarte- dijo ella con un tono serio y a la vez nostálgico mientras secaba los platos para guardarlos en su lugar.

-Bien, me da igual - respondí restándole importancia, de cualquier forma ya no podía hacer nada al respecto.

En ese momento, miré el reloj que estaba en la cocina y vi que solo me quedaban veinte minutos para poder llegar a la facultad. Comí el último bocado de mis Hot Cakes y tomé mis maletas con mi mochila para poder meterlas en la cajuela de mí auto, le di un beso a mi madre en la mejilla y abracé a mi padre como despedida.

Entré a mi auto y comencé a conducir hasta la facultad, no quedaba muy lejos así que llegaría dentro del tiempo de entrada. Observé un poco la ciudad y me di cuenta que era muy grande, no se comparaba con California o Nueva York pero en realidad había demasiados edificio altos, es muy linda.

Cuando menos vi, ya estaba frente a la facultad, bajé de mi auto y la miré por fuera abriendo mis ojos de par en par; en verdad es muy grande, no me imaginé que fuera de esta inmensidad, en ese momento me giré para ver un poco la otra facultad y ví a un chico que llamó mi atención, no estaba muy lejos así que pude verlo un poco, aunque noté un aura un poco tímida de parte de el pero honestamente le resté importancia a su actitud.

Bajé mis maletas y caminé hacia la entrada; en cuanto puse un pie dentro de ella, los chicos y chicas que estaban a mi alrededor, me miraron, al parecer ya les había llegado el rumor de que un chico lindo se había transferido. La escuela es muy bonita por dentro, es un edificio de planta baja más dos pisos en forma de cuadro y en el centro se encuentran varias bancas con jardineras detrás de ellas.

Me dirigí a la dirección ya que no sabía cuál era mi dormitorio y tampoco tenía mi horario. Toqué la puerta y me abrió una señorita de aproximadamente... yo que sé, menos de treinta años, tal vez.

-Buenos días, bienvenido, eres el chico transferido ¿Cierto?- dijo la señorita con una sonrisa en su rostro, mientras acomodaba su ropa discretamente.

-Buenos días, si, lo soy- dije contestando con una sonrisa de igual manera. No me quise imaginar lo que había pasado aquí antes de que llegara.

-Adelante, el director te está esperando- dijo la señorita que ahora supuse que era la secretaria del director.

-Gracias- respondí de manera amable y me adentré en la dirección.

Caminé hasta el escritorio y vi al director, en realidad se veía muy joven para ser el director de esta facultad. Estaba sentado en su escritorio acomodando unos papeles.

Un Amor ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora