Capítulo 24: El infierno estando en la Tierra

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Soy del tipo de persona que piensa que la gente puede cambiar y no precisamente para mal, sino para bien. Confiaba plenamente en que podía ser así, después de tanta mierda, juraba que la gente podía ser mejor pero ya me di cuenta de que eso no es así, de que yo me metí en una mentira, que solo son palabras vacías y nada más.

Justin lanzó mi celular sin importar que le pasara y se acercó a mi con pasos pequeños. Mi movimiento involuntario fue comenzar a retroceder al mismo tiempo que el avanzaba hacia mí. En algún momento se me tenía que acabar el piso y me di cuenta de que fue así cuando choque con uno de los sillones de la sala de estar. Justin se detuvo y me miró de cabeza a pies.

-Panquecito, ¿Cuantas veces te he dicho que no me gusta que hables con Harry?- dijo mientras tomaba uno de mis brazos y me jalaba para pegarme a él.

-So-solo fue una llamada para saber dónde estaba su hija, ya te lo había explicado- dije con la voz temblorosa.

-Te di muchas oportunidades, manzanita- dijo y sentí como mi corazón se salió de un movimiento. El... De dónde... Porque sabía ese apodo...

No me dio tiempo de seguir pensando cuando tiró fuerte del brazo del que me estaba tomando y me lanzó hacia el piso de manera brusca. Justin era poco más alto, era más robusto y eso implicaba que tenía más fuerza que yo por lo que intenté poner resistencia cuando ya estando en el piso me agarró de las muñecas pero fue en vano, Justin me miró fijamente por lo que yo hice lo mismo. Su semblante era diferente, no era como las demás veces que había intentado tocarme sin que yo se lo permitiera. Sus ojos me transmitían tristeza pero a la misma vez, la fuerza que aplicaba sobre mis muñecas me transmitía coraje. Justin estaba enojado pero sus ojos me mantenían confundido. No sabía que pasaría después, no supe si debía esperarme un golpe o si debía esperar que bajara mi ropa hasta despojarme de toda ella y dejar que hiciera el uso que quisiera con mi cuerpo como antes ya lo había hecho.

Yo solo cerré los ojos de manera fuerte mientras sentía como unas cuantas lágrimas bajaban por mis mejillas, en ese momento ya no sabía que esperar pero estaba seguro de que estaba esperando algo, sin embargo, cuando volví a abrir los ojos, Justin ya no estaba ahí, solo pude alcanzar a ver cómo tomaba sus llaves y su chaqueta para que después, saliera de mi departamento. Estaba tan inmerso en mis pensamientos que ni siquiera sentí cuando sus manos soltaron mis muñecas y se levantó sin ponerme una sola mano encima para desquitarse como veces pasadas.

Levanté mi torso del piso y sentí un pequeño mareo que probablemente fue a causa del golpe que recibió mi cabeza hace no más de cinco minutos con una de las sillas del comedor cuando Justin tiro de mi con fuerza.

Pude haberme pegado en otro lado, ¿Por qué precisamente en el lado de donde tuve más impacto en el accidente hace unos años?

Y casualmente también fue culpa de Justin, ¿No es así?

¡Justin está loco enserio!

¿Enserio apenas te das cuenta?

Intenté levantarme pero al momento de querer hacer un esfuerzo para recargarme sobre la mesa sentí una punzada en el mismo lugar, lo que hizo que regresara al suelo sin aviso previo, entonces, toqué la zona.

Oh no, oh no...

Desde el momento en que puse un dedo sobre mi cabeza supe que algo no estaba bien, tenía el cabello húmedo y la zona tenía la temperatura un poco elevada. Miré mi mano enseguida y estaba llena de un líquido rojo.

Esto no podía estar pasando, no de nuevo.

Busqué mi celular con la mirada y lo vi tirado en frente a la mesa de centro de la sala de estar; intenté levantarme de nuevo pero el dolor aumentaba cada vez más, la vista se me comenzó a borrar. Quería llamar a alguien, quería pedir ayuda.

Un Amor ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora