capitulo 34

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Yurielkys
Nueva York

-¿Ella te ha pedido comida? Sara sonrió.

-Lo se, es bastante confuso, pensé que no iba a pedirme nada pero me llego ese mensaje luego y la verdad aunque se trate de una broma no puedo dejarlo pasar.

Había sido la corta conversación que mi amiga y yo mantuvimos acerca del tema.

Y por cinco días envié su cena, había seleccionado comida rápida desde hot dogs famosos, hamburguesas y hasta pretzels. Y aunque había intentado por mensajes convencerla de dar un tour por la ciudad ella se negó y solo agradecía por la cena.

El fin de semana estaba cansada de no tener algún avance con ella, así que me arriesgue a llevar un desayuno para ambas, de forma personal.

Y ahí estaba detrás de la puerta, indecisa si debía tocar y dejar la canasta o esperar para entregarla en sus manos. Finalmente toqué y espere nerviosa.

Para mi fortuna fue su amiga quién abrió. Me recibió con una enorme sonrisa.

-Ey mi chica favorita. Dijo entusiasmada haciéndome reir confundida. Tomó la comida de mis manos y gritó a Valeria.

-¡La ojiverde está aquil Sientate Yurielkys, ella sale en un rato, queríamos ir a alguna cafeteria, es nuestro primer fin de semana libre, pero has caldo del cielo. Asenti y me senté en el primer sofá un poco tensa.

¿ojiverde? Me rel en silencio.

-¿Que dijiste?

Se escucharon unos pasos y Valeria apareció. Me miró sorprendida y miré hacia abajo. Mierda. Pude evitarlo pero observar sus piernas libres de ropa, llevando encima solo una playera blanca suficiente para cubrir su culo y los muslos.

Estaba realmente hermosa. Aclaré mi garganta.

-Buenos días Valeria.

Ella se quejó en silencio.

-Hola. Simplemente dijo. No fue más que el pequeño empujón de su amiga lo que me hizo caminar al comedor donde la chica había colocado el desayuno y servido en tres platos. La cafetera sonó enseguida y nos sirvió.

-No seas timida Yurielkys. Me senté a su lado.

-Diablos, debo agradecer las deliciosas cenas de la semana, ya avise a Valeria que si ella no te
quiere, yo voy a aprovecharme de ti. Me guiñó de forma sensual.

Bebi un poco de café pero terminé escupiendo
una buena parte al escuchar a la chica rubia pronunciar esas palabras y una tos espantosa me obligó a inclinarme a un lado de la mesa. Samilu como se llamaba comenzó a reír y me pasó una servilleta. Valeria miraba terriblemente mal a su amiga.

Ambas se encogieron de hombros y tomaron el primer bocado mientras yo limpiaba lo que derrame sobre la mesa. Mierda. Moria de pena. Esa chica era un caso.

-Debo aclarar que fue Samilu quién escribió ese mensaje sobre las cenas.

Dijo Valeria. Aclaré mi garganta.

-Espero que les gustarán.

Comimos en silencio y entre miradas sospechosas de Samilu hacía nosotras dos. Tenía razón en sospechar que de trataba de una broma. Pero en fin, ya lo había hecho.

-¿Ya pasearon por la ciudad?

-Solo un poco Yurielkys, calles cercanas y visitamos algunas cafeterías. Samilu contestó con una sonrisa disimulada.

-Quisiera...puedo darles un paseo hoy ¿Que
dicen?

Samilu asintió sin pensarlo y a regañadientes por la presión de su amiga, Valeria acepto. Bien logré algo al menos.

30 minutos después salimos del edificio y
subimos a un taxi, que por supuesto nos dejo en medio de las avenidas principales en la ciudad. paseamos por las tiendas y ellas tomaron las fotos suficientes como para compartir el resto del año. Valeria se mantenía todavia distante a mi y aunque Samilu intentaba darnos el espacio para hablar, ella no lo hacía. Me sentla ya cansada y un poco frustrada cuando llegamos a Central Park.

Caminamos demasiado y solo nos detuvimos para escuchar a un grupo callejero tocar un poco de Jazz.

-Suena increible ¿Les molesta si voy a por un algodón de azúcar?

Samilu interrumpió entre el ruido. Yo negué. Dimos algunos pasos lejos del grupo y Valeria la miró reprochando.

-No tardo.

La chica se fue y nos dejo a solas.

Yo ubiqué una banca libre, cerca y me quedé ahi para descansar, ella no tardo en igualarme. De todas formas el silencio seguía. Aclaré mi garganta y decidi mirarla después de esas horas, esperaba que ella no lo tomara a mal.

-¿Estás tan molesta? Solté sin pensarlo, pero es que la frustración no era buena amiga mía.

-Es obvio que si Yurielkys. Fue lo que dijo durante ese rato, Samilu caminó hacía nosotras.

La oportunidad de hablar un poco más estaba perdida, pero no se me ocurría algo más para convencerla de hablar y poder solucionar. Cerré los ojos y mejor me alejé lo suficiente, Samilu estaba de regreso en pocos minutos, con golosinas y cosas para compartir.

Aprecie el perfil de Valeria. La forma en que luchaba por mantener su cabello tras la oreja y como miraba alrededor, buscando algo más bello, dios.

Si que era imposible ¿A caso no iba a poder alejarla de mis pensamientos?

Moría de ganas por acercarme sin importar nada y besar sus mejillas, o mejor. Dejar un beso en sus labios y tomarla por la cintura. Pero claro que ni de chiste ella permitiría algo así.

Su amiga me dió un guiño y después compartió lo que tenía en las manos.

Mi móvil comenzó a sonar interrumpiendo lo que ahora pasaba. Ella había logrado mirarme por segundos.

Sólo Tú y Yo - YuleriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora