NUEVE

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Después de esa tarde la terraza se convirtió en el lugar preferido de ambos para pasar sus tardes. Chila había conseguido que Danilo dejara las drogas completamente y a pesar de que seguía tomando cerveza no era una adicción en sí.

Una tarde de muchas, Nataly y su novio subieron al techo y se sentaron en el borde, dejando sus piernas en el vacío. Danilo la miró con un brillo en los ojos que ella no había visto nunca antes.

Preocupada por lo que podía llegar a decir o hacer se puso en estado de alerta y le agarró la mano tratamdo de quedarse calma.

— Volví a Linier' —la sonrisa se les esbozó en ambos. — Me retomaron.

— Estoy re feliz, mi amor. —ella le dió un apretón suavecito en la mano. — Ahora te voy a tener que devolver tu camiseta.

— No, no, cachorra. La casaca e' tuya, me van a da' otra.

Ella le sonrió nuevamente y miró para abajo, notando que Hernán estaba dando vueltas por el barrio. Pronto le tocó el hombro a Danilo para que lo mirase. Alertado se arrodilló y al ver que no portaba un arma se relajó un poco.

— ¿Qué querrá? ¿No le basta con que le pegues un corchazo?

— Parece que no, igual tranqui, ya se debe haber rescatado.

Ella miró una última vez para abajo antes de mirarlo a él, que ya la estaba mirando desde hacía rato. Con una sonrisa le alborotó el pelo y se mordió el labio con ternura.

— ¿Qué se sentirá garchar acá arriba? —preguntó Danilo—.

— No sé ni vamos a saber.

Él la agarró por la cintura y los llevó para atrás mientras reía y le hacía cosquillas. Poco a poco se fue dejando a la tentación de besarla.

(...)

Nataly miró hacia los costados antes de cruzar y se acercó al tío Chito que, como de costumbre, estaba tomando una birrita fría. Ella lo saludó con un beso en el cachete y se sentó en la silla al frente de él.

Chito le sirvió un poco de gaseosa y levantó una ceja. — ¿Y pescada? ¿Qué me tenía' que decir?

Ella dudó un poco antes de hablar pero suspiró después de darle un trago a la coca. Sus ojos viraron y se relamió los labios antes de hablar.

— Tengo miedo. —Chito preguntó el por qué, ella prosiguió. — Con Danilo no nos estuvimos cuidando.

— Pero pedazo de pescada como que no. —medio enojado pero sorprendido trató de quedarse tranquilo. — Bueno tipita, tené' dieciocho, ¿Cuánto tiene este chiquito?

— Diecisiete.

— Ah, no 'tá tan mal.

Ella rodó los ojos y dejó el vaso en la mesa. — Tío, si llega a ser le voy a cagar la vida. No quiero eso.

— Paper. —el hombre dejó la botella al costado y se apoyó sobre sus codos. — No e' responsabilidad tuya sola.

Nati bajó la cabeza, pensativa, pero siguió escuchando a su tío. Danilo tenía una vida por delante, los dos la tenían, no quería hacerlo sentir mal o perderlo. Chito se levantó a abrazarla y le revolvió el pelo, causándole una risa.

— Gracias tío.

Ambos se quedaron un rato poniendose al tanto de lo que sucedió en los anteriores días hasta que cayó la noche y obviamente Nataly debía volver.

Al llegar la casa estaba en completo silencio, Carlos estaba sentado mirando la tele, supuso que el resto estaría durmiendo.

El de rulos la saludó y ella se sentó al lado suyo.

— ¿Y? ¿Cómo van las cosas? —preguntó Carlitos—.

— Bien Charly, soy muy feliz con él. —con un suspiro largo se recostó en las piernas de Carlos. — Yo te voy a contar algo pero vos te callas.

— ¿Cuándo dije yo algo?

— Creo que estoy embarazada.

Carlos la miró anonadado, esperando que le dijera más información. Al contrario que con Chito ella se veía más feliz de darle la noticia. Si bien no era segura, era una posibilidad muy grande.

— ¿Tenés síntomas? —él le tocó el vientre y sonrió—.

— Algunos, pero no hay nada seguro. Capaz es una cagadera y yo acá ilusionandote.

— Ay callate asquerosa.

Nataly se rió y se giró a ver la televisión antes de cerrar los ojos de manera automática haciendo que Carlos la samarreara para que se fuera a acostar.

Durmiendo en la cama de ellos estaba Danilo, que ahora era más común verlos dormir juntos, así que fue directo a su lado como cada noche.

Él sintió la presencia y sus brazos la envolvieron, dándole pleno calor al instante. Ella sonrió y se abrazó, escondiendo su cabeza en su pecho.

— Te extraño mucho, Jacqueline.

Los ojos de Nati se abrieron enormemente, aunque decidió no sobrepensar y cerrarlos enseguida para poder quedarse dormida y olvidarse del nombre que acababa de escuchar. El tono triste en la voz de Danilo le indicaba nostalgia, no quería saber más nada así que trató de dormir.

(N/A)

Si ven esto, pls lean Amor, Amor
juro q le estoy poniendo toda la onda, pero al tener poco apoyo no sé si seguirla, diganme que opinan 💋

DANILO  𝑓𝑡  danilo sanchez/matias recaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora