ֶָ֢FuKaze Week 2024 ֶָ֢ (Esp / Eng)

3.- 𓂏 Mordidas

Resumen: Kazemaru se encuentra algo confundido por los sentimientos que empieza a tener, lo que provoca que esté distraído y Fudou decide que las mordidas son buenas para llamar su atención.

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En una tarde soleada en el campo de fútbol, Kazemaru y Fudou se encontraron entrenando solos, ya que el resto de los integrantes del equipo había tenido visita de sus padres. La tensión que había comenzado a surgir entre ambos jugadores era palpable, cargada de emociones no expresadas. Sin aviso alguno, Fudou se acercó a Kazemaru, con un gesto repentino, le dio una mordida suave en el hombro, dejando a Kazemaru sin aliento y más confundido de lo que ya estaba.

— Estás muy distraído, espero que con esto reacciones. — murmuró Fudou, con una sonrisa traviesa, mientras observaba la reacción de Kazemaru, cuya cara se había puesto roja ante el movimiento del mediocampista y había hecho que el corazón de Kazemaru latiera con fuerza; su mente luchaba por comprender las emociones que le provocaba. Sin embargo, antes de que pudiera responder, algunos jugadores empezaron a llegar, interrumpiendo el momento.

Esa noche habían decidido ir a la habitación de Kazemaru. Como era viernes, podrían jugar un poco antes de dormir. El mediocampista estaba tranquilo acostado sobre la cama del defensa, jugando con una pequeña pelota y lanzandola hacia el techo, mientras que el dueño de la habitación estaba costado a su lado con las ideas aún confusas respecto a sus sentimientos por su amigo; el silencio estaba cargado de tensión. Fudou, con un destello de valentía, se giró para ver al ex miembro de Raimon; en otro acto totalmente cargado de valentía, se movió lo suficiente para acercar su rostro y dejar una mordida suave en el cuello de Kazemaru, sorprendiéndolo por completo y sacándolo de sus pensamientos.

— Tierra llamando a Kaze, repito tierra llamando a Kaze — dijo el castaño con burla, pero con una mirada intensa que buscaba respuestas en los ojos avellana, y aunque no lo quisiera admitir, estaba un poco preocupado por la actitud del de cabellos largos; quería pensar que el chico no se había dado cuenta de sus sentimientos hacia él y que esa no era la razón por la que estaba distraído.

El silencio volvió a reinar; el castaño esperaba alguna respuesta o alguna acción de parte del peli celeste. Kazemaru no sabía qué hacer, así que tomó la mano de su compañero y la jaló hacia su boca para morderlo, para acto seguido reír satisfecho ante la cara de confusión del contrario.

— Lo siento, últimamente no sé qué me pasa, tengo la cabeza por las nubes... — dijo después de parar de reír, acercándose al castaño y acurrucándose contra su pecho, escondiendo su rostro rojo por el mismo atrevimiento que había tenido y que aún no podía entender cómo lo había hecho.

A medida que la noche avanzó Kazemaru y Fudou se adentraban en un juego de mordidas y risas, marcando la piel del otro con marcas que no les importaban en ese momento, haciendo que el vínculo que los unía se hiciera más en un torbellino de sentimientos y alegría. Dejando a ambos con ganas de probar los labios del otro, pero sin ninguno atreverse por miedo a romper el momento tan íntimo.

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