4.- ʚɞ Cuento de hadas AU

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Resumen: Kazemaru está estresado por la presión de los partidos y los exámenes próximos, ya que el nivel del instituto es más alto que el de Raimon, y se exige aún más en sus estudios. Esto lo lleva a tener problemas para dormir, y Fudou decide ayudarlo contándole un cuento.

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Era sábado y Kazemaru tenía problemas para dormir, debido al estrés al que se estaba sometiendo con el estudio y los entrenamientos. Incluso dormir entre los brazos de Fudou no le proporcionaba descanso. Daba vueltas entre sus brazos, buscando la posición más cómoda. Al ver esto, Fudou decide inventar un cuento de hadas para relajarlo.

- Había una vez, hace mucho tiempo, en un lejano reino, que a pesar de estar apartado del resto, tenía abundancia en cosechas y animales. Este reino estaba ayudado por hadas con poderes inimaginables. El rey, un señor grande y bonachón, tenía una reina muy hermosa con cabellos celestes, tan claros como el agua de ese reino. El príncipe, al igual que su madre, tenía un bello cabello azul como el cielo y ojos avellana tan claros que todo se podía reflejar en ellos... - Los dedos de Fudou acariciaban el suave cabello celeste de Kazemaru, tratando de relajarlo y adormecerlo, lo cual estaba logrando, poco a poco fue cayendo en un sueño mientras escucha la historia.

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Era un día soleado y todos en el reino se encontraban en la plaza, pues era el día en que el príncipe sería presentado ante la corte real de las hadas, un rito que cada príncipe debía hacer al cumplir 13 primaveras. El príncipe estaba nervioso, pues era la primera vez que veía a la reina de las hadas y a su familia. Todos sabían que en la familia real de las hadas también tenían un hijo de su edad, lo que lo ponía aún más nervioso.

- No tienes que preocuparte, sé que todo saldrá bien. - le decía Elliot, un joven sirviente que siempre lo acompañaba. - Tienes un don que te hace imposible fallar, príncipe.

- No tienes que llamarme príncipe cuando estemos solos, y lo sabes... - Decía el príncipe mientras acomodaba su traje azul marino frente al espejo, tratando de verse aún mejor de lo que ya lo hacía. - Sabes que para mí eres como un hermano, y dudo que entre hermanos se usen títulos. - Acomodó su cabello, aunque ya estaba perfectamente peinado, el nerviosismo le jugaba en contra, pensando que había algún defecto que no podía encontrar.

- Claro, pero... - La voz del joven sirviente fue interrumpida por unas campanas que indicaban que el rito comenzaría pronto. La puerta fue golpeada por uno de los soldados que lo guiaría hasta el salón principal, donde se reuniría con sus padres y después saldrían a la plaza a esperar la llegada de las hadas.

El camino fue agonizantemente corto para su gusto, sentía que todo avanzaba muy rápido y que no podía llevar el ritmo necesario. Llegó hasta el salón principal; sus padres lo recibieron con cariñosas sonrisas, y su madre lo jalaba para ponerlo en medio de los dos en el lugar correspondiente a la unión que ambas familias se habían hecho y de la cual él era fruto. Su madre apretó cariñosamente su mano, transmitiéndole confianza. Las trompetas sonaron, y la puerta se abrió, dejando ver el hermoso cielo azul y la plaza con su piso gris y a todo su pueblo en ella. Con un lento caminar, salieron del castillo hasta situarse en medio de la multitud. Casi como si todo hubiera sido ensayado, un punto de luz brillante, apenas visible, se materializó frente a la familia real.

Toda la plaza quedó en absoluto silencio mientras veía cómo el punto dorado empezaba a hacerse más grande, y de él tres figuras, dos femeninas y una masculina, esta última parecía tener la edad de un niño de 13 años. Cuando las tres figuras estuvieron fuera, la luz brillante se desvaneció tanto del aro que se había creado como de sus cuerpos, mostrando así a las dos reinas y a su príncipe justo en medio de ellas.

ֶָ֢FuKaze Week 2024 ֶָ֢ (Esp / Eng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora