Premura prematura

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Las alarmas se dispararon en su cabeza. Fue un instante en que el hechizo de seguimiento resonó fuerte entre su cráneo.

Soltó la pluma y la varilla agitadora, no podía por su vida recordar cómo pausar la poción que estaba preparando. Simplemente apagó el fuego y salió corriendo sin importarle si arruinaba 6 horas de preparación. No recuerda si le gritó a Claire o Ermic algo sobre una emergencia.

El ruido no se disipó mientras se acercaba, el corazón le latía a mil y la varita en la mano ya estaba lista para lanzar lo que fuese necesario.

La habitación privada estaba repleta de ruido y gritos, la gente corría y había alguien recostado gimiendo contra una pared.

Jura por los dioses antiguos que les va a volar la cabeza a todos estos inoficiosos, chismosos y descerebrados. –Todo personal que no sea aportante, afuera ahora mismo– ordena mientras se acerca a la cabecera de la incubadora. –Yelisa, ¿qué sucedió?– pide a la sanadora de respaldo una actualización.

Mientras se engrana en el ritmo de comprobar el estado hemodinámico de la bebé. Esteriliza sus manos, y se mete de lleno.

Registra en su cabeza los signos vitales iniciales, las condiciones y lo que le narran. Nunca deja de mover sus manos, ni lanzar hechizos.

Recita mentalmente la guía de reanimación neonatal que prácticamente ya tiene grabada a sangre, detrás de sus ojos pone a funcionar cada pequeño engranaje de su cerebro. Visualiza tiempos, posibilidades y tiene en secuencia cuál será su siguiente paso, aunque esté asustado hasta el punto de que podría vomitar hasta la torta de su primer cumpleaños, no lo demuestra pues sabe que tiene que ser la cabeza. Entiende que debe desligar sus emociones para no alterar su raciocinio.

Alguien sigue gritando en el fondo y está a 2 segundos de mostrarles a todos, porque simplemente es una mala idea cruzarse detrás de su varita.

Por las barbas mojadas de Merlín reanimar entre los muggles es como 100 veces mejor. Este nivel de ansiedad colectiva lo va a encanecer prematuramente.

Sabe por el reloj en su muñeca que la secuencia no está siendo efectiva.

Respira profundo y cambia de enfoque el hechizo de restablecer el ritmo cardiaco y expandir los pulmones no funciona, entonces tendrá que encontrar algo que si funcione.

–Alguien, empieza a anotar las horas y todo lo que hacemos. Vas a decir en voz alta la hora cada 2 minutos– lanza al aire esperando el contacto visual y confirmación verbal de quien acata la orden.

–Yelisa, deja de lanzar el encantamiento de incipit pulsatio, algo está dispersando la magia, si fuera a ser efectivo ya su corazón hubiera reiniciado en el tercer o quinto intento. Así que párate a la izquierda ambos pulgares sobre el pecho a nivel del esternón debajo de la línea mamaría levemente hacia la ubicación cardíaca vas a presionar con fuerza que el pecho alcance a hundirse, de manera continua y rítmica. Vas a ser el corazón de esta niña, no paras, no dudas, no me cuestionas y si me cuestionas igual continuas dando compresiones hasta se defina que es una pérdida de tiempo y te puedas retirar. Si te cansas avisas. Si no te sientes preparada para hacer algo sin entrenamiento dilo ya– relata mientras sigue entretejiendo su magia.

Las posiciones varían levemente para acomodar su orden. –Entendido sanador Malfoy. ¿Así está bien?– indaga mientras inicia las compresiones.

–Aumenta el ritmo, deja que el tórax se expanda al final. Piensa en la mecánica del corazón de un bebé de su edad. Tiene que ser constante y rítmico– corrige mientras continúa.

–Lewis eres hijo de muggles. Espero que hayas pasado por un hospital. Vas a sacar del bolsillo de mi bata una caja pequeña, regrésala a su tamaño original necesito que me prepares varias cosas que están allí. Necesito un medicamento. Vas a leer los nombres hasta que encuentres epinefrina una pequeña cosita de vidrio, envasa una jeringa la más pequeña con toda la ampolla es una dosis pediátrica. Además hay un compartimento especial tiene una bala de metal marcada como oxígeno, ya está conectado a un sistema de manguera verde, busca una bolsa azul marcado como AMBU y sácalo. Por favor dime qué entendiste la mitad- ordenó intentado ser lo más claro posible.

El dragón de LilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora