Capitulo 35

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Narrador omnisciente
Hiccup y Mérida

El castaño miraba con desafío a la pelinegra.

Mientras que la pelinegra lo veía con furia y enojo.

Estaba claro el objetivo de aquellos dos.

Uno quería eliminar al otro.

El otro quería vencerla y así poder revertir el cambio drástico que había sufrido.

Ambos compartían sentimientos tan diferentes e iguales a la vez.

Amor.

Odio.

Cada uno tenia diferentes motivos e iguales a la vez, pero lo único que era seguro era que los dos tenían el mismo objetivo:

Vencer.

Las miradas penetrantes que tenían ambos eran nada menos que un verde esmeralda que demostraba confianza, amor, estabilidad, libertad, liderazgo, lealtad.

Mientras que un gris oscuro casi negro, demostraba venganza, dolor, sufrimiento, ira y resentimiento.

Ambas miradas tan distintas y similares a la vez.

El ruido de la llovizna comenzó a sonar por todo el bosque.

El rugido de un animal que protegería a su jinete a cualquier costo.

Un jinete con armadura, que lo hacia ver imponente.

Una chica con un arco en manos, y un collar que la mantenía presa.

Solo uno de ellos ganaría.

Dos motivos diferentes, un mismo objetivo.

Vencer.

El castaño volteo frenéticamente con la espada en mano, amenazando a la pelinegra.

H -No te acerques. Dijo amenazadoramente.

M -Tu no me dices que hacer. Desafió.

El castaño apretó los dientes, el rugido de advertencia de un furia negra lo respaldo.

M -Yo creo que a tu reptil con alas no le agrado.

H -Oh creeme, no le agradas.

El furia negra se coloco alado se su jinete.

M -Pues que crees...

La pelinegra desapareció de la vista de ambos.

M -A mi tampoco.

Detrás del castaño se encontraba la pelinegra, quien lanzo un golpe dejándolo aturdido.

M -Upss!!!

El castaño se recupero rápidamente de aquel golpe.

El furia negra al ver esto quiso atacarla, pero la señal de su jinete lo detuvo.

H -Tranquilo amigo, esto es entre ella y yo.

La pelinegra comenzó a reír.

M -Vamos. Le reto.

H -No peleo con mujeres, y menos con mujeres que amo.

La pelinegra fue sorprendida por aquella respuesta.

Aunque el castaño tenia un pequeño deseo de pelear con ella, descarto rápidamente la idea, no podía, no solamente por el echo de que era mujer, si no también por juro amarla y protegerla.

Pero la pelinegra soltó otro golpe en el estomago del castaño, haciendo que este se retorciera de dolor, pero aun así no hizo nada.

La pelinegra comenzó a desesperarse, otro golpe en los costillas.

"The Big Four"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora