IX. Pianista | Final

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DOS AÑOS DESPUÉS

Se veía un buen día.

Siendo las ocho y media de la mañana de un lunes, Seúl se adentraba en un día primaveral con un sol asomado en lo alto de las montañas. Aun así, el característico frío de cada mañana permanecía a pocos días de haber entrado en un primavera.

Pero el frío no dejaba descansar a la gente, menos en Seúl. Capital de la gran Corea del Sur y ciudad global, por lo tanto era normal ver una gran tráfico tan temprano en la mañana. Girar el rostro y encontrarse con estudiantes y sus uniformes, jóvenes con café en sus manos y una que otra persona corriendo para cruzar a tiempo el paso peatonal. Un caos urbano.

Es incluso, chistoso y tedioso para Chou Tzuyu. Chistoso porque le gustaba presenciar el caos y escuchar comentarios de gente extraña por las calles de Seúl. Las conversaciones en la espera de los semáforos son realmente interesantes, por lo que suele bajar la ventanilla de su renovado auto de vez en cuando. Tedioso por tener que lidiar con el tráfico de las calles principales y uno que otro Improperio de un conductor que no entiende la educación vial. Sin sumarle, los molestos ruidos que suele realizar su compañera de viaje cada mañana.

—¿Tú crees que a Somi le guste el anillo de parejas que compré?

—No.

—¿Por qué?–la pregunta y el tono de Jihyo era serio, pero sinceramente, Tzuyu quería irse.

—La buscaste por más de un año

y cuando por fin la tienes ¿Piensas en espantarla con un anillo a juego? Ella pensará que le querrás pedir matrimonio.

—Esa era la idea.

—¡Estás demente, Jihyo!

—¡Estoy segura de que ella querría casarse conmigo! -gritó de vuelta la aludida.

—Pobre Somi...–murmuró Tzuyu para sí misma. Jihyo de todas formas escuchó y antes de acomodarse correctamente en el asiento de copiloto, golpeó con furia el brazo izquierdo de Tzuyu.

—¡Yah! ¡Hyo!–gritó molesta– ¡No golpees a la pianista!

—Lo siento, olvido que hoy es tu primer concierto, –Jihyo acaricia el área afectada, profesando culpa y tristeza, Cuando Tzuyu le sonríe vuelve a golpearla por segunda vez, Mentira, no lo olvido, pero te lo mereces por siempre tratarme de loca cuando se trata de Somi.

—Déjame recordarte que gracias a ti ya no le apetece mucho el jjamjjamyeon.

Jihyo bufa molesta y cruzándose de brazos, se acomoda correctamente en el asiento.

Tzuyu vuelve a concentrarse en el atochamiento del que desea salir lo más rápido posible, pero no puede pedir mucho, no viviendo en Seúl.

Ella espera apaciblemente a que el semáforo le indique que pueda virar a su derecha y cuando eso sucede, siento un alivio al divisar a tan solo cien metros de su posición la academia de baile de Jihyo. Ella estaciona y pulsa rápidamente el botón de emergencia para no entorpecer el tránsito de los otros vehículos.

—Gracias por traerme Chuwi. ¡Nos vemos más tarde en tu conciertol.–grita lo último a la vez que cierra la puerta del auto de Tzuyu.

Pianist || SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora