Príncipe del inframundo (Percy Jackson)

Capítulo 37

[Pov tercera persona]

Thalia saltó directamente al aire y sobrealimentó su lanza con electricidad. Cuando aterrizó en medio de los esqueletos, empaló su lanza en el suelo creando una pequeña ola de electricidad. Lo que terminó destruyendo los esqueletos que la rodeaban.

Algunos lograron bloquearlo con su escudo y fueron cargando hacia ella con su escudo levantado y en una formación, como si fuera un ataque coordinado.

Debido a su naturaleza y figura esquelética, el escudo de Aegis que Thalia empuñaba no los intimidó como se suponía que debía, y se apresuró a atacar.

Thalia bloqueó algunos de los golpes de espada que se le acercaban, pero no todos, algunos todavía lograron invadir su defensa y golpearla, pero debido a su instinto se las arregló para moverse a tiempo y solo se rascó.

Thalia empujó su lanza frente a ella ensartando el cráneo de tres esqueletos que estaban espalda con espalda. Un esqueleto intenta cortarla de lado, pero Thalia logró bloquearla con su escudo. Thalia cargó su lanza con electricidad de nuevo antes de balancearla y liberar la electricidad dentro de ella.

Mientras tanto, Annabeth usó uno de los escudos de los esqueletos como punto de apoyo y saltó al aire donde lanzó su daga a sus cráneos.

Aterrizó con un rollo y cogió sus dagas que reaparecieron de su lado y les quitaron las piernas. Uno de ellos se las arregló para cortarle la mejilla mientras los lanzaba, apuntaba a sus piernas para tirarlos e ir a matar.

Mientras iba a repetir su acción, uno de ellos la pateó, arrojándolo hacia atrás haciéndola gruñir de dolor.

Poco a poco, todos comenzaron a disminuir su fuerza, pero no sin venir ilesos, todos sufrieron múltiples cortes y moretones, incluso Grover no fue la excepción.

En lugar de ver constantemente a sus amigos lastimarse sin hacer nada, hizo el grifo que estaba montando de antemano fuera hacia todos y trató de ayudar, a pesar de que estaba temblando en sus pesos.

¡Soy su protector! Grover siguió recordándose a sí mismo mientras avanzaba a través del ejército de esqueletos.

...

Lucian, que respiraba un poco, se movió hacia atrás y comenzó a usar su magia de rastreo, donde procedió a invocar múltiples cuchillos y espadas, todos hechos de bronce celestial.

Lucian los controlaba y los dirigía hacia los espíritus frente a él; algunos trataron de pararlos, pero Lucian simplemente los manipuló para que los rodearan y los apuñalaran por la espalda o a su costado.

Algunos espíritus tendrían múltiples cuchillos y espadas dentro de ellos antes de ser asesinados una vez más.

Lucian hizo una mueca de dolor en la herida de su hombro: "Eso es lo que obtengo por usar guerreros experimentados como compañero de entrenamiento", pensó con una expresión cansada.

Al ver que solo quedaban unos pocos y que sería tedioso limpiarlos, Lucian decidió usar sus sombras.

"¡Surjan!" Exigió, haciendo que las sombras de todos los que él y sus amigos mataron cobraran vida y las terminaran todas.

Los esqueletos con huesos hechos de sombras y Mahkai con sus armas hechas de sombras en la mano se levantaron y se volvieron hacia sus uno camaradas y, sin dudarlo, se volvieron contra ellos.

Tomó un tiempo, pero cuando todos terminaron, se acostaron al lado de cada uno respirando pesadamente,

Annabeth se volvió hacia Lucian y preguntó: "¿Por qué estás tan herido?"