- ¡Y Igor me dijo que las hormigas se volverían gigantes si las metíamos a la piscina! Pero me mintió... - Bufó Kevin, cruzándose de brazos. Brian rió.
- Seguro Igor tampoco tenía idea de que las hormigas no iban a crecer si se arrojaban a la piscina. - Articuló Brian, con la vista fija en la carretera.
- Igor siempre me miente... pero lo amo... es mi mejor amigo.. - Empezó a balbucear el castaño, soltando pequeñas risas. Pero Brian, no te pongas celoso. Yo también te amo a ti.
Brianno dijo nada, pues su vergüenza no le dejaba.
- Es ahora cuando me dices que tú también me amas, Brian. - Le recordó Kevin, sonriendo ampliamente, pero sin mostrar sus dientes. Ante aquella mirada de cachorro, Brian simplemente no pudo negarse.
- Yo también te amo. Murmuró, sonriendo avergonzado.
Kevin se calló en ese momento y los que siguieron después, y Brian lo agradecía, pues no quería morir de la vergüenza por otras cosas que se le pudiesen salir a Kevin en ese estado de ebriedad, donde parecía no tener filtro alguno a la hora de hablar.
Un par de minutos después, ambos estaban frente a la casa de Brian, quien hace tan solo un par de meses vivía solo con su hermano mayor, Luis, quien le había recibido con los brazos abiertos cuando volvió del intercambio estudiantil en Estados Unidos.
Sus padres le habían pedido que volviese a Uruguay, pero Brianprefirió vivir con su hermano en México y, después de conocer personas tan fantásticas como las que eran sus nuevos amigos, no se arrepiente de su decisión.
Salió del auto, pensando que tendría que abrirle la puerta a Kevin y llevarlo él mismo hasta el interior de la casa, pero se sorprendió en cuanto el mayor abrió la puerta y salió por su cuenta, caminando entre tropezones hacia la entrada. Brian le siguió rápidamente, posicionándose a su lado.
- ¡hermanoo! - Gritó Kevin, deteniéndose unos metros antes de llegar a la puerta.
- Kevin, tu hermano no se encuentra aquí, esta es mi casa. - Le hizo saber Brian, parándose frente a Kevin, quien le miró con el ceño fruncido.
- ¿Por qué me trajiste a tu casa, Brian? - Preguntó Kevin, enarcando una ceja.
- No tenías donde dormir, Kevin. Yo me ofrecí a darte hospitalidad porque sé que mi hermano no pasará aquí la noche, además, a él no le molestará. - Le explicó Brian, esperando que Kevin le entendiese.
Ese sonrió.
- Si querías que durmiera contigo no tenías que inventar una excusa.. - Kevin hipó. - Yo hubiese venido.. si era contigo.... sin importar nada..
Brian sintió calientes sus orejas.
- No, Kevin.. yo.. y-yo..
Kevin abrazó a Brian, acercando en demasía su rostro al del menor.
- Silencio, Brian. Despertarás a mi hermano.. - Susurró Kevin, mirando fijamente a los labios de Brian, quien empezó a entrar en pánico de inmediato. ¿Y si Kevin lo besaba? ¿Qué se supone que debería hacer si Kevin lo besa? ¿Apartarlo? ¿Y si se sentía rechazado?
Pero no tuvo tiempo de pensar mucho más, pues Kevin le besó en la nariz y se apartó, tambaleándose hasta la puerta, donde empezó a golpear aparatosamente, sin cuidado alguno. Brian tuvo que respirar más de tres veces, contando hasta diez.
Brian caminó hacia él y lo apartó levemente de la puerta, dándole tiempo para mirar con una sonrisa boba y abrazarlo por la espalda, trepando en su cuerpo como un pequeño koala.
El menor sonrió y abrió la puerta, luchando por no caer hacia atrás y herir a Kevin. Cerró la puerta de su hogar una vez ambos estuvieron adentro. Kevin enredo sus brazos en el cuello de Brian y apoyó su mejilla en el hombro del menor, suspirando pesadamente.
ESTÁS LEYENDO
𝐅𝐚𝐥𝐨𝐟𝐢𝐥𝐢𝐚
Romance𝑫𝒐́𝒏𝒅𝒆 𝒅𝒊𝒆𝒄𝒊𝒔𝒊𝒆𝒕𝒆 𝒄𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒆𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒏𝒐 𝒔𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒇𝒊𝒄𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔. 𝑳𝒂 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒕𝒆𝒏𝒆𝒄𝒆,𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒓𝒆𝒄𝒉𝒐𝒔 𝒂 𝒔𝒖 𝒂𝒖𝒕𝒐𝒓 𝒐𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 {𝒕𝒉𝒆𝒃𝒖𝒏𝒏𝒚𝒔𝒉𝒊𝒕𝒆𝒖} 『Kev...