Capítulo 27

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JungKook POV

Ser homosexual estaba mal, que te gustara alguien de tu mismo sexo era algo antinatural.

Crecí con ese pensamiento, mis padres jamás fueron de mente muy abierta y las personas a mi alrededor no solían hablar mucho de eso a menos que fuera para lanzar uno que otro comentario no muy agradable.

En la escuela, los gays eran objeto de burla y en la universidad tan sólo el primer día de entrenamiento fui recibido con una advertencia.

─No te acerques tanto a Yoongi ─. Me había susurrado Jin después de que nos haya visto juntos.

─¿Por qué? ─. Fruncí el ceño.

─¿No lo sabes? Es gay─. Dijo con una mueca de desagrado.

─Oh, en serio─. Miré a Yoongi sin entender pues él lucía normal─. No tenía idea.

─Ten cuidado o podría enamorarse de ti ─Me advirtió otro de los jugadores.

Todos estábamos estirando en una ronda menos Yoongi que lo hacía aparte y sólo ahí me percaté de que eso no era su elección. Nadie lo quería tener demasiado cerca.

Aunque yo claramente no era como él ni mucho menos tenía sus gustos, tampoco era tan perverso como para dejarlo de lado.

─¡Ey, Yoongi! ─Llamé la atención del pelinegro─. Ven aquí, te guardé un lugar.

Palmeé el piso y él hundió sus cejas confundido, pero de inmediato cambió su expresión por una sonrisa y tomó asiento junto a mí.

Mientras que mis compañeros imponían distancia entre Yoongi y ellos durante el entrenamiento, pensaba que él era muy fuerte pues yo jamás aceptaría ser el objeto de burla de nadie.

Suficiente era la discriminación que sufría por mi bajo estatus económico y no deseaba que la popularidad que había creado a pesar de aquello se viera afectada.

Pero no importaba porque a mi no me gustaban los chicos, ¿no?

Eso intentaba hacerme creer mientras observaba a JiMin limpiarse el sudor de su torso descubierto con la camiseta del equipo.

Tragué en seco y no pude evitar observarlo de arriba abajo. Su piel trigueña brillaba por el sudor y se veía tan suave como la recordaba, tanto que mis dedos picaban por sentirla.

Justo en ese momento sentí un balonazo en la cabeza y recordé que estaba delante de la fila que formaban los jugadores para lanzar tiros a la canasta.

Me disculpé y me posicioné en la fila seguido de Yoongi. Como continuaba con mi vista fija en JiMin, visualicé como tomaba una toalla de las que estaban apiladas y se acercaba a ambos.

Mi corazón se descolocó de su lugar y retumbó contra mi pecho.

Él era tan dulce, siempre se preocupaba por mí.

Extendí mi mano, pero fue Yoongi a quien entregó la toalla. Al instante, oculté mi brazo avergonzado y me sentí algo... decepcionado.

Joder, ¿por qué me sentía de esa forma?

Debería estar bailando de alegría. Ayer JiMin me confesó que ya no gustaba de mí, pero que de igual forma me ayudaría con el asunto del departamento y de mi beca.

No pudo haberme sucedido algo mejor.

¿Y entonces por qué me sentía tan mal?

Yoongi le agradeció con una pequeña reverencia y una sonrisa antes de tomarla entre sus manos.

¿Por qué se sonreían tanto? ¿Acaso no se dan cuenta que las personas los miraban raro? No los juzgaba, ver a dos gays juntos se creía que era igual a posible pareja.

Acaricié el interior de mi mejilla con mi lengua y me crucé de brazos. La misma sensación amarga que sentí cuando ví a JiMin con ese idiota en su sofá me invadió de repente.

Quería que JiMin sólo se acercara a mí, que me tratara bien a mí.

─¿Puedo ponerme detrás de ti? ─JiMin le preguntó a Yoongi.

Cuando Yoongi iba a dar una respuesta afirmativa, me adelanté:

─Lo siento, debes respetar el orden de la fila ─Señalé hacía atrás.

─¿Quién lo dice? ─Yoongi me miró extrañado.

─El capitán ─Determiné con dureza.

─Es sólo un entrenamiento, no exageres─. Yoongi negó con la cabeza sonriente y le permitió a JiMin colocarse entre ambos

A pesar de que me molestaba en demasía que JiMin sea tan próximo a Yoongi, apreciaba el hecho de tenerlo a mi lado.

El aroma de su colonia masculina deleitaba a la sensibilidad de mi olfato y me fascinaba.

Estaba seguro de que lograría sentirlo mejor al tenerlo sobre mí.

Un calor se extendió por mis mejillas al imaginarlo y me recordé que no estaba bien pensar así de otro hombre. Debería causarme repulsión.

Sí, debería.

─¿Has estado yendo al gimnasio? ─Mi oído captó enseguida la voz de JiMin, aquella que podría escuchar hasta derretirme.

¡Odiaba que fuera tan sexy!

─No, de hecho he estado entrenando en casa ─Presumí.

El gimnasio era demasiado costoso, pero yo siempre encontraba una solución.

Subí la manga de mi camiseta y dejé al descubierto mi brazo, ya saben para provocar a JiMin un poco.

Yoongi me miró como si tuviera dos dedos de frente y sólo ahí me percaté de que la pregunta de JiMin fue para él.

De inmediato, bajé mi manga avergonzado nuevamente y escuché la rutina que realizaba Yoongi.

─También me he estado esforzando en la zona de mi pecho─. Yoongi indicó sus pectorales que estaban más marcados.

Esperaba que su pecho no se volviera más grande que el mío porque confiaba en que podría ser lo único que aún le atrajera a JiMin de mí y no quería perderlo.

─Se nota─. JiMin asintió conforme─. Es genial.

JiMin no me había mirado ni un sólo segundo desde que entró al gimnasio y joder, yo también quería un poco de su atención.

─No más que el mío ─. Refunfuñé.

Seguidamente, llevé la mano de JiMin a mi pecho para que pudiera manosearlo a su antojo, sin embargo, él se limitó a tocarlo y bajar la mano.

─También es genial─Sonrío y volteó hacía Yoongi que le seguía hablando.

Gruñí por lo bajo. Me sentí malhumorado de repente y sin explicación.

Yoongi lanzó diez tiros y acertó siete de diez como el genio que era. Pero el ganador fue JiMin, ya que cuando su turno llegó completo diez de quince tiros rompiendo su propio récord.

─¡Muy bien, JiMin! ─Lo felicité dando saltitos.

Me sentí orgulloso como un buen capitán y levanté mis manos para chocarlas con las suyas, pero JiMin estaba muy ocupado recibiendo felicitaciones de los demás y ayudando a aquellos que le pedían consejos sobre puntería.

Bajé mis manos y yo también decidí ignorarlo.

¿Diez tiros de quince? Já, hasta una ancianita anotaría más que eso.

Haciendo alarde de mis habilidades, arrojé el balon que fue caer en la cara de una de las animadoras.

─¡Lo siento! ─Exclamé y me hice el desentendido dejándole practicar a Jin.

Cuando volteé, me quedé embobado observando a JiMin sonreír mientras se acomodaba su banda en la cabeza y hablaba sobre sus canciones favoritas para entrenar.

Se veía tan deslumbrante, tan seguro de sí mismo.

Y me di cuenta de que tal vez sí me afectaba que JiMin no gustara de mí.















boobs › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora