Extra O2

663 89 4
                                    

Jungkook POV

─Jimin, ya para de tocarme ─Le di un empujón cuando intentó besar mi cuello─. Nos puede ver tu padre.

─Sólo será un besito.

Jimin hizo un pico con sus labios y volvió a abalanzarse sobre mí justo en el momento en que su padre apareció nuevamente en el comedor. Golpeé a Jimin con mi codo y me acomodé mejor en la mesa.

Vamos, Jungkook, no todo está perdido. Aún puedes ser parte de esta familia.

Formé una sonrisa, sin embargo, la misma se vino abajo cuando noté que Seojoon traía consigo mi platillo menos favorito: sushi.

Maldije en mi mente. Habiendo tantas comidas deliciosas, ¿por qué eligió esa?

─Espero les guste, lo preparé yo mismo ─El señor Park señaló el pescado crudo.

Tragué saliva con asco sintiendo que las náuseas se acumulaban en mi garganta.

─De hecho a Jungkook no le gusta...

─Comer sushi comprado ─interrumpí antes de que Jimin hundiera el concepto que su padre tenía de mí aún más─. Me gusta más casero.

Entonces Seojoon señaló el plato y no tuve otra opción más que llevar una porción a mi boca con ayuda de los palillos. Jimin hizo lo mismo sólo que él de verdad lo disfrutó.

─¿Está rico, hijo?

─Delicioso, señor Park ─. Respondí aún sin conseguir tragar el pequeño bocado en mi boca.

¿Por qué a la gente le gustaba esto? ¿Acaso no tenían sentido del gusto?

Jimin me cedió un vaso de Soju que me ayudó a disipar el mal sabor.

─¿Las luces del jardín son nuevas?

Jimin señaló la ventana y, cuando su padre se giró, sirvió toda la porción de mi plato en el suyo. Le sonreí en agradecimiento y él me guiñó un ojo.

─De hecho, sí ─Por primera vez ví al señor Park sonreír─. Sabía que lo notarías.

La velada continuó mientras yo comentaba sobre cómo me iba en la universidad, detalles sobre mi familia, mi trabajo en el restaurante de mariscos y otras cosas triviales. Al tiempo, los Park se dedicaban a escucharme con atención.

─¿Y a ti Jimin cómo te va en la universidad? ─El señor Park tuvo que inclinarse, ya que Jimin estaba sentado junto a mí.

─Le va de maravilla ─respondí de manera efusiva─. Consiguió las pasantías que deseaba gracias a sus calificaciones impecables.

─Me da gusto, ¿y en el básquetbol?

─Dijo que no es lo suyo ─Indiqué a Jimin con la cabeza─. A pesar de todo el talento que tiene, ¿puede creerlo?

─No, la verdad que no ─Seojoon me sonrió─ ¿Y a ti te han dicho que tienes talento como intérprete?

Solté una risilla y Jimin se puso de pie.

─Bueno, se está haciendo tarde ─anunció─. Iré por el postre y luego nos vamos.

Jimin se fue a la cocina y me dejó a solas con su padre. Con su padre. ¿Por qué no mejor simplemente me sepultó vivo? Porque estaba seguro de que eso estaba haciendo en su mente el señor Park.

─M-me encanta el diseño del mantel, muy original.

─¿En serio? No le había prestado atención.

Apreté mis labios y guardé silencio. Esto era tan incómodo, ¿por qué Jimin tardaba tanto? ¿Se lo había tragado el horno?

─N-no tuve oportunidad de agradecerle por habernos invitado a ambos a s-su casa ─balbuceé llevando el vaso de Soju a mis labios.

─¿A ambos? ─. Seojoon frunció el ceño─. Que yo recuerde en mi invitación tu nombre era algo ajeno.

Casi me ahogo con la bebida al oír aquello y sentí que el sushi que había comido hace un rato subía por la boca de mi estómago. Quería vomitar.

Lo miré con mi boca entreabierta. Ahora todo tenía sentido.

Él no me quería aquí, jamás me quiso conocer. Mis ojos picaban al borde del llanto.

Y como si le echara sal a la herida siguió hablando.

─Pero supongo que si quiero tener una relación con mi hijo debo respetar sus decisiones aún si una de las mismas sea estar con un oportunista que sólo lo quiere por su dinero y el mío.

Eso era todo. No más yernito tierno.

Sin pensarlo mucho, le lancé lo que quedaba de mi bebida en la cara.

─Escuché bien. Realmente hice todo lo que estuvo a mi alcance para por fin obtener su aceptación, pero ya me cansé. Entendí que no sirve de nada intentar que me quiera cuando usted no se quiere ni a sí mismo ─Apreté mis puños─. Y créame cuando le digo que si no fuera por mí, Jimin ni siquiera le hubiera contestado un maldito mensaje. ¡Y ahora entiendo el porqué!

Jimin que recién salía de la cocina con unas copas de mousse desvió su mirada en dirección de ambos sin entender ni mierda de lo que sucedía.

Negué con la cabeza decepcionado de mi novio y Ilevé mis pasos apresurados hacia la salida. Jimin leyendo la rabia en mi expresión tomó nuestras cosas y me siguió al exterior de la casa.

─Cariño... ─Lo oí llamarme.

─¿Por qué carajos no me dijiste que la invitación había sido solo para ti? ─Lo enfrenté, sentía que mi voz estaba cortada con vidrios.

Jimin pareció caer en cuenta de lo que hablaba.

─Es que intenté decírtelo, pero te veías tan ilusionado con la idea que no tuve el valor ─Jimin contrajo su rostro en una mueca de tristeza que me rompió el corazón─. Lo siento, bebé.

─Hubiera preferido la decepción ─Me crucé de brazos.

Jimin al verme temblar por el frío colocó su chaqueta sobre mis hombros.

─Perdón, supongo que en el fondo yo también quería que lo aceptara ─. Agachó su cabeza.

Por un segundo, me dejé llevar por mi frágil corazón y le dí un pequeño, casi diminuto abrazo.

─Ya, ya. Si que eres un niño llorón.

─¿Me perdonas? ─Hizo un puchero.

─Aún no. Deberás recompensarme con algo grande ─dije apoyando mi mejilla contra su pecho.

─Se me ocurren algunas ideas ─. Juré que lo vi sonreír. Puse mis ojos en blanco y lo golpeé en el brazo─ ¡Auch! Bueno, supongo que no hay acción para mí esta noche.

─La única acción que tendrás será lavar la ropa ─Me burlé.

Jimin hizo un puchero que no dudé en besar.

Sí, tal vez las cosas no habían resultado como esperaba, pero seguía teniéndolo a él y eso... era todo lo que necesitaba para que mi felicidad estuviera completa.














boobs › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora