Nunca podre odiarte. Te amo [spartor]

19. ...

ADVERTENCIA. El siguiente contenido puede parecer molesto y algo difícil de comprender.

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Ram permanecía inconsciente, su cara totalmente golpeada, sus mejillas rojizas e hinchadas. Su cuerpo estaba del todo pálido y desnutrido, había permanecido atado a esa silla por cinco días desde que habían descubierto la verdad sobre Sebastián. Felipe entró al cuarto donde permanecía encerrado Ram, con una sonrisa maliciosa, se acercó a él y jalo de su cabello hacia atras, obligándolo a verlo a los ojos, — Ram, te ves tan~... vulnerable.

Sus ojos cafes miraban cada movimiento, analizando si cuerpo desnudo. Mientras, Ram no tenía energías ni para abrir del todo sus ojos, sus labios completamente secos y rotos se abrieron, tratando de soltar una sola palabra.

— Fran...déjenlo...

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— Tú condición ha mejorado, y ya no pareces tener miedo.

— Si, señor, todo es gracias a usted..

Felipe salió de aquel cuarto con sus manos ensangrentadas, al verlo, Carlos le acerca un pañuelo para que lograra limpiarse, este no dudo en aceptarla y solo se sento en el sofa al costado del pobre chico que había terminado de comer. Carlos soltó una pequeña risita y hablo, — ¿Acaso no te da asco hacerlo con alguien en ese estado?

— Ram al fin de cuentas es una figura única, su cuerpo aun es mi tipo, y dudo mucho que Francisco haya aprovechado a Ram en sus años de relación, pero yo le estoy dando un buen uso.

— Eres un enfermo. — rió.

Felipe miro aquella puerta que minutos antes había salido, en su mente imaginaba a un pobre Ram tirado en el suelo con sus piernas y muñecas atadas y al mismo tiempo, sentía la desgarradora expresión que tendría. Ram, por otro lado, había quedado medio inconsciente, su parte baja estaba demasiado golpeada y podía sentir el semen saliendo de él, sus ojos seguían soltando lagrimas, pero sus ojos no mostraban vida alguna.

— Saldremos en unas horas, nuestro primer objetivo será Andrés.

— ¿Piensas usarlo como carnada?

— Estoy seguro que Sebastián aún siente algo por él, si vamos por Andrés, es probable que Sebastián y Ari vayan a su rescate, sera donde ambos quedaran muertos, tal vez hecho cenizas.

— Sebastián irá con nosotros. —Reprocho Carlos—, Los únicos muertos serán Ari y Andrés.

— Lo que digas, ahora, debemos ocuparnos por algo más.

Ambos caminaron al cuarto del primer piso, donde estaba Ram, aquel joven que había sido salvado veía como entraban y cerraban la puerta, acto seguido, los gritos y llantos salían de aquel cuarto, cualquiera diría que le estarían arrancando sus pieles, pero había más que solo eso. No entres a esa puerta. Se decia muchas veces, sabía que él también pasó por eso y lo mucho que estaría sufriendo, pero si algo aprendió, es que si quieres vivir, debes irte con el grupo mas fuerte. Y así, continuaron por media hora de gritos, y luego lamentos y súplicas seguidas, aquel que lo escuchará podría traumarse, con solo unos gritos era suficiente para que sientas el dolor que ahora estaba sintiendo. Era denigrante.

Los gritos pararon, y se volvieron un quejido agonizante, el cuarto se silencio de repente.

Ya era hora de irse.