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Advertencia. Los siguientes capítulos no serán tolerables para todo tipo de gente, discreción al leer y evitar los malos comentarios.
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Una semana después.

Ari se acostumbro mucho al lugar, su primera impresión fue lo pequeño y sucio que era, por lo que ya tener más de una semana viviendo ahí, no podia dejarlo como está.

A los tres días, Ari pagó una remodelación al gusto de los padres de Andrés, ambos se emocionaron y empezaron a ordenar muchos muebles y reconstruir los baños que ya no servían. Víctor, que había llegado dos días después de haber sido invitado a un evento, no se quedó atrás, pregunto si era excesivo lo que gastaban pero Ari solo negó con la cabeza sonriendo.

...Descuida, déjalos que gasten lo que quieran, el dinero no importa...

Al final, la casa parecía como nueva, las paredes tenían un papel tapiz floreado y los cuartos extendieron su tamaño.

— No sabía que tenía un excelente gusto, señora.

— Nada de eso, mi esposo escucha mucho a los vecinos hablar sobre cosas de decoración del hogar y por eso tiene experiencia, yo solo se cocinar y plantar bien los coliflores.

— Veo que es muy dedicada a lo suyo, es muy fuerte y perseverante.

— Me halagas muchacho~

— Mamá, la casa quedó muy bonita, pero por fuera sigue sin pintar.

— No se preocupen, llamé a alguien que se encargue del exterior y la entrada del portón será destruida y reconstruida por una más resistente para que ya no necesiten cerrarla con un...palo. —la última palabra fue dicha con un casi carcajeó de burla, no podía reír cada que hablaba o miraba ese portón con un palo, era otro nivel.

— Ari, no debiste, no tenemos como compensar eso..—ambos padres incluido si hijo menor, Victor, hicieron un puchero y unos ojos brillantes frente a Ari.

— He trabajado por mucho tiempo, el dinero es algo que ya me sobra, es un honor gastarlo en ustedes, Como si fueramos una familia.

— ¿Familia? ¡Pues claro! Eres como un hijo para mí.

Ari soltó una sonrisa, curviendo una de las esquinas de sus labios. Mientras tanto, Andrés estaba afuera de la casa trayendo las canasta de maíz que quedaban de la cosecha de ayer. Después de lo que pasó hace una semana, Ari y Andrés han estado en una pequeña relación no intima. Andrés aún tenía miedo, por lo que pidió tiempo antes de pasar otro paso, por ahora, las cosas entre ellos se habían arreglado, y sentía que ya no tenía ganas de vomitar cada que pensaba en ese día, pero algo que lo perturbaba era que si no había sido Ari el del ese día, y solo mató a los otros cuatro.

¿Quien era el quinto hombre?

Eso aún lo ponía un poco nervioso, pero no debía preocuparse, era imposible que se lo llegase a topar algún día.

— Escuché que será un fiesta cerca de aquí.

— Dicen que habrá todo tipo de bebidas, sin duda iré allí.

¿Una fiesta? Parece que el hijo del señor Bernal volverá a hacer una de sus épicas fiestas de cumpleaños.

André sentía curiosidad e intriga, jamás fue a una fiesta de ese chico por su bajo estatus, solo iba gente de su nivel y con los que se llevaba bien, y él no cumplía con ninguna. Siguió su paso hasta quedar frente a una casa elegante con una decoración de flores en arco encima del portón, y ni hablar al entrar, el camino de tierra fue cambiado por una de rocas ligeras y la casa tenia una gran variedad de hombres llevando tierra y ladrillos a las paredes destruidas para crecer el cuarto.

Nunca podre odiarte. Te amo [spartor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora