II

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Fue un viaje un poco largo, de varias horas.

Habían varias personas junto a ellos, y también varios vehículos de guerra como en el que ellos iban. Podían ver qué todos llevaban hombres de varias edades, para cumplir su deber de defender el país y a su gente.

Luffy miraba el cielo a la vez que viajaba.
Pensaba en que lo que siempre quiso hacer, se estaba volviendo realidad. Por fin iba a poder buscar a su padre.
Había una persona sentada a su lado, que lo observó casi todo el viaje. Tenía una gran duda, una que no pudo guardarse más.

— Por qué quisiste venir? Podrías haberte quedado con tu familia y proteger tu vida. Lo normal es que los hombres no quieran ir a la guerra... De hecho, eres el primero que conozco que quiere ir.

El menor miró a aquel soltado, lo supo reconocer al instante. Era el médico que los había revisado a él y a sus hermanos.

— Donde vayan mis hermanos, yo voy. Nosotros no nos separamos, donde sea que vamos... Además... Yo... No conozco a mi padre, él era un soldado como tú. Puede que esté muerto, pero el abuelo nunca recibió esa noticia... Así que, tengo esperanzas de encontrarlo.

Law suspiró, mirando por la ventana también.
Podía notar que el menor era muy inocente, y que realmente no era consiente de a dónde iba. Pero no dijo nada más, simplemente lo dejó en paz.

— Yo me llamo Luffy, Monkey D. Luffy. Tu cómo que llamas?

Preguntó el menor curioso, observando al médico delante suyo. Era bastante fornido, y tenía grandes ojeras bajo sus ojos. Podía deducir que dormía poco y que estaba agotado, estaba en la guerra, después de todo.

— Law, Trafalgar Law.

— Pues... Es un placer... Ta... To... Torao?

El mayor lo miró con una ceja levantada, para soltar una pequeña risita divertida y burlona.

— Trafalgar Law, idiota.

— Cómo sea... Te diré Torao, es más fácil para mí.

— Tks, da igual. Pero soy tu superior ahora, así que ten algo de respeto, mocoso.

Luffy soltó una risita divertida, rascando un poco su nuca. Eran los únicos dos que estaban hablando, los demás estaban completamente callados y aterrados. Sólo tenían en su mente el tormento y la duda de saber si iban a sobrevivir a algo de tan terrorífico como la guerra.

— Shishishi, lo siento.

Despues de una o dos horas más, por fin se podía ver el gran campamento. Habían muchos vehículos, aviones y soldados equipados ya listos para un ataque.
El primero en bajar fue Shanks, quien fue reconocido al instante.

— Señor, bienvenido de vuelta.

— Algo interesante para reportar?

— Todo va según lo planeado, señor. Según los cálculos, hay 500 nuevos jóvenes y hombres para unirse a la armada.

— Wow, eso suena genial. Preparen la reunión y el inicio de la capacitación para ellos.

— Si, señor.

Parecía que el pelirrojo era alguien muy importante, así que todos los nuevos pensaron que debían tratarlo con más respeto, menos Luffy. A él no le importaban esas cosas.

No te enamores | LawluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora