III

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— Levantense, holgazanes de mierda! A entrenar!

Kaido fue el que los despertó y levantó “cálidamente” de sus camas.
Apenas estaba amaneciendo en el lugar, eran las 5 de la mañana.

— Todos al río! Dense un baño para despertarse y luego comenzarán con el entrenamiento! El último deberá entrenar el doble que los demás!

Así todos se levantaron rápidamente de sus camas. Corrieron al río fuera del establecimiento donde dormían, comían y hacían su nueva vida diaria. El último en llegar fue Usopp, así que debía hacer 1000 lagartijas.
Se quitaron sus ropas y se metieron al agua, aunque estaba totalmente helada.

— J-joder!

— Jajaja, si de por si tienen huevos pequeños, ahora serán de codorniz.

Se burló Big Mom, viendo cómo hasta los soldados veteranos se venían a bañar al río también. Eran un gran grupo, entre ellos se unieron Kaido, Shanks y Barbablanca.

— Las mujeres también se bañan aquí?

— No, ellas tienen otra parte del río, del otro lado de esas piedras.

Shanks señaló el lugar donde se solían bañar y dónde parecía que Big Mom se dirigía.
Algunos hombres se miraron, sonriendo con malicia.

— No podemos dejar escapar ésta deliciosa tentación...

Vamos, vamos.

Varios de ellos fueron sigilosamente tras la Teniente General de división, buscando una oportunidad para verlas bañarse. Shanks y los otros dos superiores negaron con sus cabezas, riendo divertidos. No sabían dónde se estaban metiendo.

— Esos tipos van a volver castrados jajaja.

Ni que lo digas jajaja.

Luffy se bañaba junto a sus hermanos y los demás soldados, hundido en sus pensamientos, hasta que cierto pelinegro también apareció en la escena.
El menor de los tres fijó su mirada en él, notando su presencia y cómo poco a poco comenzó a desnudarse. Luego se metió al agua con tranquilidad.

— Buenos días, querido médico.

— Buenos días, Law.

— Buenos días.

Respondió a secas, hundiéndose por completo en el agua.
Luffy lo observó detenidamente, notando todos esos tatuajes que antes estaban completamente cubiertos por el uniforme. Y vaya que le quedaban bien en su piel morena; ese pelinegro de ojos grises se le hacía cada vez más interesante.

— Wow, tienes muchos tatuajes, Torao.

— Torao? Ja! Ya te puso un apodo de mierda.

— Jajaja Torao... Hazme un examen de próstata, mi querido Torao.

— Callense, viejos de mierda.

Los tres se burlaron del pelinegro, quien hizo una mueca molesta y les enseñó el dedo del medio.
Shanks, Kaido y Barbablanca se carcajearon aún más.

— Law es muy bueno tatuando. Todos los que tenemos tatuajes, fuimos tatuados por el.

Luffy observó los tatuajes que portaban Kaido, Barbablanca y algunos soldados más. Estaban muy bien hechos y muchos eran muy artísticos.

No te enamores | LawluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora