Capítulo 220: Pesadilla

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"Aurora me atacó".

Las palabras resonaron en los oídos de Lumian, atravesando su mente como una presa rota. Una oleada de recuerdos lo inundó, lavando los horrores ocultos enterrados bajo la superficie. Eran espantosos, dolorosos y lo calaban hasta los huesos.

Una a una, las escenas se sucedieron ante los ojos de Lumian. Guillaume Bénet, el padre, rodeado por una horda de muertos vivientes en el desierto. Madame Pualis surcando los aires con las alas desplegadas. Y allí, en sus ojos, Lumian vislumbró una figura rubia que le resultaba familiar.

¡Era Aurora!

La mirada de Lumian se desvió hacia las paredes del tercer piso del castillo, cubiertas de caras translúcidas de un tono blanco azulado. Fue testigo del parto de Louis Lund, del renacimiento de Sybil Berry en el cuerpo de una doncella, de Guillaume Bénet, Pierre Berry, Pons Bénet y de un grupo de creyentes en la Inevitabilidad envueltos en una feroz batalla contra la comadrona, el administrador Béost, y sus compañeros.

Todo esto se desarrollaba dentro de las propias visiones de Lumian, que emanaban de una pequeña burbuja que flotaba en el aire.

White Paper...

¡White Paper!

La cara de Lumian se contorsionó en agonía mientras se tambaleaba hacia atrás.

De su cuerpo sobresalían venas de color púrpura azulado, densamente pobladas, cada una de las cuales representaba un vaso sanguíneo.

Mientras tanto, las palabras de la psiquiatra Susie pasaban por su mente: "Recuérdese siempre no reaccionar de forma exagerada. Cada vez que sienta una oleada similar de emociones, respire hondo y encuentre la calma..."

Lumian jadeó con fuerza, sintiendo como si el mundo a su alrededor se hubiera convertido en un vacío.

En un acto de simpatía, Madame Pualis habló: "Ciertamente has olvidado muchas cosas. No, los has enterrado en lo más profundo de tu corazón, temeroso de enfrentarte a ellos.

"Yo también sufrí. No fue agradable para mí. Después de convertirme en Banshee, fue la primera vez que me encontré con una mujer que realmente me llegó al corazón. Poseía encanto, amabilidad, gentileza y un espíritu vibrante. Nunca imaginé que ella, como seguidora del dios maligno, se volvería contra mí.

"Incluso entonces, ella ya era una Apropiadora del Destino, favorecida por la Inevitabilidad más que Guillaume Bénet".

Lumian no pudo evitar llevarse las manos a la cabeza, como si fuera a estallar por la intensa presión interior.

Respirando hondo, recordó a Aurora, quien pasó por alto sus preocupaciones sobre las peculiaridades del pueblo. Recordó que ella le advertía que no pusiera los ojos en cosas prohibidas. Pensó en Aurora, que a menudo se sentaba en el tejado por la noche, contemplando la inmensidad del cosmos. El sueño del "lagarto" transparente que salía de la boca de Aurora resurgió en su mente. Recordó cómo Nazélie y los otros, los iniciadores de la herejía del horóscopo, tenían estrechos vínculos con Aurora.

En medio de estos recuerdos, Lumian también recordó su fracaso a la hora de vengar las muertes de Reimund y Ava, descubriéndose a sí mismo capturado por Pons Bénet en su lugar. Soportó el tormento antes de ser finalmente liberado. Recordó a Aurora, que había cortado el livre bleu y reunido con él una petición de ayuda. Recordaba a Aurora explicándole los conocimientos místicos que poseía. Y, sobre todo, recordaba a Aurora empujándolo fuera del altar durante el ritual, sus ojos parpadeando con una nueva vivacidad...

Huff...Huff... Lumian jadeaba pesadamente, como si siguiera atrapado en las garras de una pesadilla interminable.

Un suave suspiro escapó de los labios de Madame Pualis.

LOTM 2: Círculo de Inevitabilidad Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora