𓍝 𝕵𝐮𝐝ğ̵̻͓͆̽͆𝖒𝐞𝐧𝐭 𝖂𝐚𝐭⏱𝐡 𓍝 ↳ℝ𝕖𝕖𝕕𝟡𝟘𝟘

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Advertencia de temas que aparecerán en la historia: relaciones abusivas, genocidio, secuestro, manipulación, terrorismo, etc.

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Su pesado cuerpo se negó a ir a trabajar los próximos días. La sensación de vacío era persistente tras aquella noche. Perder a su novia y... a su único amigo, era algo que no sabía manejar.

La vida le había sonreído unos segundos, para luego arrebatarle todo lo que alguna vez le hizo feliz.

Solo.

Había intentado ir al trabajo, pero la ausencia del androide le causaba un picor en los ojos que no podía controlar, tuvo que irse a su hogar antes de quedar en ridículo frente al resto de sus compañeros, quienes probablemente se reirían de él.

El aire se había vuelto espeso, difícil de atravesar su sistema respiratorio. Su cuerpo presenciaba más frío de lo normal, siendo él una persona cálida.

Su corazón... lo sentía estrujado, apretado, latiendo desesperado, como si estuviera su vida en riesgo.

Cambios en su apetito, sus horarios de sueño, ya que no podía cerrar los ojos sin ver la cabeza del androide llena de Thirium en el suelo.

Muerto.

También veía a su novia, estar con si nada en el trabajo, charlando con aquel hombre Robert, se veía feliz de haber terminado, al contrario de él, que estuvo encerrado en su hogar todas las vacaciones sintiéndose mal en vez de descansar.

Actualmente, estaba en su jodido trabajo, rodeado de jodidas personas felices, parecía como si a todo el mundo le estuviera yendo bien, y el único que recibía una miseria era él.

Cómo si la vida lo detestase, como si le incitase a acabar esta pesadilla.

Pero no podía, debía seguir, el porqué no lo sabía, pero pronto encontraría una razón para seguir vivo, por muy complicado que sonase.

Oculto entre sus brazos, apoyado en el escritorio, intentaba dormir ya que en su hogar no le fue posible.

Sentía miradas por todos lados, y ni siquiera sabía si de verdad estaban mirándolo o no.

Pero... su cuerpo se ponía tenso, sintiendo esa mirada.

Ella lo estaba viendo, lo sabía. Una leve esperanza en él se prendió, diciéndole que ella estaba preocupada por él, y que aún le quería.

Al alzar la cabeza y ver en su dirección, la vió voltear hacia otro lado y seguir sonriendo, hablando con otros compañeros.

Quizá solo se estaba ilusionando, de todas formas: no se merecía su cariño ni su presencia.

Ver a alguien sentarse en el escritorio de enfrente lo hizo alzar rápidamente su cabeza, para mirar mejor, esperando que sea su compañero.

Pero no, era el Teniente Hank Anderson.

¿Qué quería el viejo ahora?

Oculto su rostro de nuevo, intentando encontrar una excusa para que no le diga nada obvio sobre su estado deplorable.

- A mí me ocurrió lo mismo.

Apenas oyó aquello, movió un poco su rostro, dejando sus ojos descubiertos del escondite que eran sus brazos. El Detective estaba confundido.

- Connor ha fallecido muchas veces, por si no sabías, pero... Quería que sepas que ellos siempre vuelven. Puede que no con memoria pero... vuelven, y son los mismos de siempre.