Entre cámaras

Capítulo 2

Entré con mi padre al set de grabación y dios mío era enorme. Suerte que estaba él para guiarme porque si hubiese venido sola ya estaría perdida.

Seguí su paso ligero entre los pasillos, hasta que pasamos por un letrero que ponía "camerinos" con una flecha que señalaba la dirección hacia ellos.

— T/n, tengo que ir a buscar a los actores para grabar unas tomas, si quieres acompáñame para ir familiarizándote con el entorno. — dijo despreocupado. Hice un gesto con la cabeza de aprobación y seguimos el camino.

Salimos por una puerta que daba al exterior y desde ahí se podían apreciar los pequeños módulos blancos dónde estaban los actores preparándose.

Mi padre seguía su camino y yo iba siguiéndole. Él me iba presentando a la gente que pasaba. Hasta que nos topamos con un chico. Era un chico algo alto, con el pelo rizado, bastante guapo. Pero lo más notable eran sus grandes ojos azulados.

— Bayona te estaba buscando. ¿Empezamos ya las tomas? — Dijo el chico. Se notaba que era argentino por su acento.

— Sí, a eso venía a buscaros. Por cierto Juani, esta es t/n, mi hija. Y bueno t/n, este es Juani. — Dijo sonriente mi padre.

— Encantado t/n. Bayona me tenias que haber avisado que venía tu hija así me hubiese arreglado un poquito más. ¿Entonces te tengo que hacer una reverencia o algo por ser la hija del director? — Dijo Juani con algo de gracia. Parecía un chico muy majo y alegre. Tenía el presentimiento de que nos llevaríamos muy bien, si ya me estaba hasta haciendo reír.

— Juani siempre tu y tus bromas. T/n vete acostumbrando.— Dijo mirándome sonriente.

De golpe apareció alguien de producción y se puso a hablar con mi padre.

Al parecer le llamaban por algo de la grabación y tuvo que irse con Juani. Antes de marcharse me dijo que tenía que avisar a un chico llamado Enzo, para que fuera a grabar una escena. La única indicación para encontrarle era que podría estar en alguno de los últimos camerinos.

Genial, ni siquiera sabía cómo era el chico para poder encontrarlo.

Caminé hacia los últimos camerinos, como me había indicado mi padre. Piqué a la puerta de uno de ellos, a ver si había suerte. Me abrió la puerta un chico. Era delgado, alto, con ojos marrones y pelo castaño.

— ¿Quién sos? - dijo confuso.

— Perdona, estoy buscando a un tal Enzo. ¿Eres tú? - Dije sin responder a su pregunta.

— No, yo soy Matías, pero si querés te acompaño a buscarle. - Me dijo con una sonrisa. Él también me parecía bastante majo.

— Vale, me han dicho que seguramente estaría en su camerino. — Dije.

— Sí, está por acá. — Salió de su camerino cerrando la puerta y comencé a seguirle.

— Todavía no me dijiste como te llamas. — Dijo curioso.

— Ah cierto, me llamo t/n, t/n Bayona, encantada.

— ¿Sos la hija de Bayona? Wow. — Dijo Matías sorprendido. De golpe paró de andar. — Mira, ¿ves ese camerino? — Dijo señalando a uno de los módulos. — Enzo se encontrará allá.

— ¿No me acompañas? - le pregunté.

— Perdona, tengo que irme, pero si querés seguimos hablando en otro momento. — Asentí y me dirigí hacia donde me señaló él.

De un momento a otro, estaba en la puerta del camerino de ese tal Enzo.

Piqué a la puerta, pero nadie respondió, de golpe al picar se abrió un poco, dejándola entreabierta. Me asomé un poco y al final acabé entrando en el camerino. Vi a un chico tumbado en una especie de sofá al fondo de la habitación.

No sé por qué pero me quedé un rato observandole. La verdad no me lo esperaba así, era más guapo de lo que imaginaba. Tenía el pelo algo largo, una mandíbula bastante marcada y su nariz romana era digna de apreciar.

De la nada se escuchó una voz. Era él.

— ¿Vas a quedarte allá parada mirándome todo el día? — Dijo arrogante abriendo los ojos y girándose hacia mí — ¿Ahora no vas a decir nada?

— Yo... esto... — Dije sin saber qué decir, parecía estúpida.

— ¿Qué haces en mi camerino? — Dijo con voz algo molesto. ¿Pero a este que le pasa? Encima que vengo a buscarle.

— He venido a buscarte, quieren que vayas a plató.

— Mi único momento de descanso y me traen a una espía que ni hablar sabe. — Obviamente refiriéndose a mi. Se levantó del sofá y se acercó a donde yo estaba.

— Mira yo paso, ya iras tu solito, yo ya te he avisado. — Dije algo molesta. Este chico ¿quien se cree?

— Era una broma, no te enfades — me dijo — Ahora iré para allá.

Pasó por mi lado para llegar a la puerta y antes de salir añadió:

— Ya nos veremos linda. — Dijo dedicándome una sonrisa. Con eso se marchó dejándome ahí plantada. 

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Aquí está la segunda parte <3

Ya se van conociendo todos... JEJEJEJE