El presente es el camino forjado por el pasado, ¿cierto?
Aunque el futuro sea emocionante y el presente sea el reto, el pasado es historia sobre cómo hemos llegado hasta hoy. ¡Aprende más sobre los personajes viendo fragmentos de su pasado!
Cada per...
Lo primero que salta a la vista es el sol. Un día caluroso donde no hay ninguna nube dispuesta a prestarle un poco de sombra a nadie que busque cubrirse de la intensidad de los rayos solares. Las personas que caminan por la calle van con gorra, algunos pocos con paraguas y la mayoría con ropas frescas. Sin embargo, mientras que la mayoría está simplemente de paso por la calle, hay una persona en particular que ha permanecido más de una hora ahí: Se trata de Foxy, un niño que a la edad de once años está recién terminando de podar un jardín.
El niño se pasa la mano por la frente y se limpia el sudor, su rostro está rojo por el calor, y su ropa, aunque sea una franelilla fresca y unos shorts, de igual manera estaban mojados por el sudor, sin embargo, lejos de sentirse mal por ésto, se le dibujó una sonrisa en el rostro cuando finalmente terminó su trabajo. -Ahhhh... ¡Por fin!
Foxy dejó las tijeras de jardín en el suelo y tocó la puerta de la casa. Quien salió fué una anciana que miró al niño y luego miró el jardín. -¡Trabajo terminado, señora! -Foxy sonrió satisfecho. -Ah, muy bien hecho. Ten, lo que acordamos.
La señora le entregó unos billetes al niño, éste los revisó unos segundos. -Te ves cansado, hijo, ¿no quieres pasar y tomar limonada? -Ahora no, un amigo me está esperando para que le arregle la bici, me pagó por adelantado, así que debo ir ya mismo -Contestó Foxy, guardandose el dinero en el bolsillo- Pero agradezco el gesto. -Ya veo, tienes el día ocupado. -La anciana le sonrió. -Y luego de la bici, debo pintar una cerca, definitivamente si, tengo el día ocupado. -Se rió un poco. -No malgastas tu juventud, ¿Eh? Ya me gustaría que mi nieto fuese como tú, tiene más o menos tu edad, quizá podrían hacerse amigos. -Puede ser... -Foxy tomó un bolso del suelo y se lo puso, era suyo.- Pero eso será otro día. ¡Feliz tarde, señora! -Feliz tarde, hijo.
Foxy finalmente caminó hacia una bicicleta que estaba apoyada a un poste de luz cercano y se subió a ella para posteriormente abandonar el sitio.
El día pasa, el sol se va ocultando en el horizonte hasta que el Crepúsculo reina en la ciudad, y seguido de él, el acogedor anochecer. Las calles ahora están oscureciendo y se están comenzando a enfriar. Una niña de cabello blanco puede ver todo ésto a través de una ventana, como si fuese un gato curioso, parecía estar esperando a alguien, y poco tiempo después, lo avistó, Foxy estaba llegando en su bicicleta y la niña no esperó más, corrió a la puerta para abrirla. -¡Foxy! -Hola Meg. No me abraces, créeme, no quieres hacerlo.
Foxy se veía agotado, su mirada estaba cansada, aunque con una sonrisa muy baja de energía. Estaba sucio, con el cuerpo y el rostro manchados tanto de grasa de bicicleta como de pintura azul. Meg se apartó y Foxy metió la bicicleta al sitio y la dejó apoyada de una pared. Caminó directo a la habitación y se dejó caer a la cama boca abajo. Meg se le sentó a un lado. -Oye Fox, la cena está servida. -Mmmghhh... No tengo hambre... -Balbuceó con el rostro enterrado en una almohada. -... Te ves bastante sucio, deberías tomar un baño. -Lo hago mañana en la mañana, estoy cansado... -Dijo sin sacar el rostro aún.
Meg lo miró unos instantes y luego se levantó para acostarse en otra cama que quedaba paralela a la de Foxy, separadas por una mesita. Hubo un silencio tranquilo hasta que de pronto Foxy volvió a hablar. -¿Y qué tal tu día? -A mi me fué muy bien, el evento musical salió tan genial que Tod ahora quiere formar una banda en serio. -Meg sonrió. -¿De verdad? -Foxy finalmente asomó el rostro, aún somnoliento- Oye, eso no suena nada mal. -Es muy genial, a todos nos gustó la idea.
Ambos volvieron a quedar en silencio unos segundos. Foxy la miró y la sonrisa se le fué borrando poco a poco. -¿Te pasa algo, Meg? -¿Uh? ¿Por que lo dices? -Te noto... Como si estuvieses preocupada por algo... -Ah, no es nada importante. -Dime. -Foxy se sentó en la cama.
Aún parecía estar a punto de quedarse dormido, pero se estaba esforzando por fingir que estaba siendo firme y serio. Meg no pudo evitar sonreír de medio lado al ver eso. -Bueno... Es que he estado pensando desde hace tiempo y... Me preocupa el mañana... -¿El mañana? -Foxy abrió los ojos confundido- Uhm... Bueno, mañana tengo pendiente limpiar el baño de la escuela, ya el estropajo lleva cubriendome el trabajo comunitario varias semanas seguidas. -No, no literalmente mañana -Meg se rió. -¿Ah no? ¿Y entonces? -Me refiero más al futuro. -Meg miró seria a Foxy- ¿Qué será de nosotros? ¿Crees que cuando seamos más grandes vayamos a seguir viviendo así?... Me puse a pensarlo, y... Me di cuenta de que ninguno de nosotros tiene un plan para ver qué seremos en el futuro... -Hummm...
Foxy lo pensó un poco. Meg tenía razón, nunca habían parado a preguntarse nada sobre lo que ocurriría mucho después. Con once y diez años, ellos no lo sabían, pero resultaba raro que no tuviesen alguna ambición establecida como el querer ser de alguna profesión al crecer.
De pronto, Foxy se levantó de la cama y caminó hacia una mesa, abrió las gavetas y se puso a buscar algo. -¿Que haces, Fox? -Preguntó Meg desde su cama. -Tienes razón, necesitamos un plan.
Foxy sacó su cuarderno y un lápiz, y se sentó en su cama frente a Meg. -En el futuro tenemos que ser alguien, pero no me quiero conformar, quiero que sea algo muy genial -Foxy sonrió con ambición, Meg se sorprendió. -Ah, ¿y qué tienes en mente? -Humm... ¿Astronautas? -Fox, ambos odiamos matemáticas. -Cierto. ¿Cientificos? -Mismo problema. -Claro, claro, ¿Y qué tal deportistas? -No soy muy fanática de los deportes. -Es verdad... ¿Y qué tal músicos? -Oh... -Meg abrió los ojos y se puso un dedo en el mentón- ... Puede ser... -Bien. -Foxy lo anotó- Siguiente opción... ¡Cazadores de Dinosaurios! -¿Que? -Meg se rió- Pero los dinosaurios ya se extinguieron. -Grrr... El meteorito tiene el monopolio en ese negocio desde aquella vez...
Meg siguió riéndose y Foxy continuó dando más y más ideas, algunas absurdas y otras no tanto. Fué un momento corto y quizás algo trivial, pero ambos lo recordarán luego como un fragmento nostálgico de tiempo.
Voz: Doom
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