25-La semana

14.7K 566 29
                                    

*Gavi*

Esta semana había sido rara, pero no me arrepentía de nada, ni siquiera de la lesión, porque en parte gracias a ella había tenido a Dani toda la semana conmigo pendiente de mi.

Los chicos se iban hoy a Granada que jugábamos partido de liga, pero yo seguía con el abductor un poco inflamado, y tendría que esperar al siguiente para reincorporarme en los entrenos.

La morena había estado toda la semana conmigo, pendiente de mi, cuidándome, y ayer por la noche que me encontraba algo mejor decidí sorprenderla con una cena.

Madre mia, yo, Pablo Gavi queriendo sorprender a una chica. Definitivamente no me reconocía, y más si esa chica era Dani, eso sí que siempre había sido impensable para mí.

Estuve haciendo los ejercicios que me mandaba el fisio después de que viniese a darme recuperación, así Dani estudiaba arriba mientras, porque para eso sí era muy suya, ella necesitaba su tiempo a solas y yo lo respetaba como el que más.

Cuando terminé subí a darme una ducha, y vi a Dani estudiar en el escritorio del despacho, con su pijama de invierno y su moño desenfadado.

Alzó la vista hasta mi y le sonreí desde el marco de la puerta.

-¿Cómo va eso?-le pregunté.

-Va, que no es poco-me contestó cerrando el libro-ya no puedo más hoy-me dijo echándose para tras en la silla.

Se había levantando temprano para ir a clase y se había pasado casi toda la tarde estudiando, normal que estuviera agotada.

-Yo voy a darme una ducha y ahora te preparo algo rico de comer-le propuse y ella sonrió asintiendo.

La hubiese invitado a ducharse conmigo, pero la conocía demasiado bien y sabía que hubiese rechazado la oferta, además de que no es que mis piernas estuviesen como para follar en la ducha, asique tuve que descartar esa idea.

Cuando bajé ya duchado estaba ella acabando el pollo con verduras que era lo que indicaba mi dieta que tenía que cenar hoy, asique la abracé por detrás besando su mejilla.

-Te he dicho que la hacia yo, guapa-le dije y ella le quitó importancia.

-Cocinar me relaja, y así desconecto un poco de la contabilidad-me dijo y yo sonreí hundiendo la cabeza en su cuello haciéndole cosquillitas con la nariz.

-Yo conozco otras técnicas de relajación-le susurré provocativo pasando los labios por su cuello.

-Tendrás que enseñarmelos cuando estés bien-me dijo con los ojos cerrados y yo asentí en su cuello.

Era increíble como me había calentado sin siquiera tener que tocarme, esta mujer era todo lo que yo necesitaba y no me había dado cuenta nunca.

Puse la mesa mientras ella acababa de apartar la comida, y me senté a su lado a cenar mientras ella me contaba su día de clase.

Creo que esa eran una de las cosas que mejor se nos iba a dar dentro de todo este caos que estábamos viviendo, siempre habíamos compartido todo con el otro, asique si ahora eramos pareja no tenía que ser diferente porque la confianza seguía ahí.

-¿Vemos el partido de los chicos?-me preguntó mientras me ponía a colocar el lavavajillas y yo asentí-Vale, pues voy a ducharme antes de que empiece-me dijo antes de dejar un pico en mis labios que me dejó con ganas de más.

La seguí con la vista hasta que se perdió escaleras arriba y mordí mi labio con ganas de subir y comérmela a besos.

Terminé de recoger la cocina y puse la tele en el salón sacando una manta para que estuviéramos más calentitos viendo el partido.

Dani era muy friolera desde siempre, y sabia que saldría muerta de frío de la ducha.

-Que frio hace en esta casa-me dijo mientras le recorría el cuerpo un escalofrio y yo sonreí mirándola, sabía que diría eso.

Abrí los brazos para que se hiciera hueco bajo la manta en mis brazos y ella no tardó en acurrucarse dirigiendo la vista a la pantalla donde los chicos ya salían a calentar.

Lleve la mano a su pelo dejando suaves caricias mientras mirábamos la tele, hasta que ella se incorporó un poco quedándose frente a mi.

-¿Qué pasa?-Le pregunté dulce.

-Como sigas dándome caricias en el pelo me voy a quedar dormida antes de que empiece el partido-murmuró adormilada y reí por lo bajo.

-Duérmete, no pasa nada-le dije dejando un beso en su frente y ella acabó abrazándose a mi cuerpo y quedándose dormida al poco rato de empezar el partido.

Podía acostumbrarme a esta nueva faceta nuestra tan fácilmente que en el fondo seguía sintiendo miedo.

Dani era fácil, era perfecta y cada día me gustaba más, y me daba muchísimo miedo cagarla, aunque tenía claro que si dependía de mi no pensaba hacerlo por nada del mundo.

Cuando acabó el partido hice el amago de cogerla para subirla hasta la habitación, pero ella se despertó al levantarnos del sofá y se bajó de mis brazos haciendo que yo la mirase extrañado.

-El abductor-me dijo adormilada y yo sonreí abrazandola por detrás mientras andábamos hasta la escaleras.

-¿Te he dicho ya que eres perfecta?-le pregunté y ella sonrió con los ojos cerrados.

Nos metimos en la cama y me hice hueco entre sus piernas apoyando la cabeza en su abdomen, mientras ella enrredaba los dedos en mi pelo.

-Te quiero, enana-murmuré antes de dormirme, y ella no contestó, seguramente porque estaría dormida.

                              *****

-¡Pablo!-rió mientras yo le hacía cosquillas en la cama, y su risa me parecía el mejor sonido.

-Venga, quédate-le pedí y ella chasqueo la lengua sonriendo.

-Tu ya estás mucho mejor, y yo tengo casa te recuerdo-me dijo alzando las cejas y yo hice una mueca.

Era sábado, y nos acabamos de levantar, ella ahora se iría a trabajar y quería que se quedase en casa esta noche, pero la realidad es que yo ya había entrenado ayer y ya estaba bien, ya no había "excusa" para que ella se quedara aquí.

-Puedo volver a lesionarme otra vez entonces-le dije encogiendome de hombros y ella rió.

-Si, claro-me dijo con ironía mientras negaba con la cabeza-se me echa la hora encima-murmuró levantándose de la cama y yo asentí mientras me sentaba en el borde de la cama mirándola.

-Bueno, avisame cuando llegues a casa luego entonces-le pedí y ella asintió sonriendome mientras dejaba un pico en mis labios.

Sonreí viendo como elegía su ropa y se metía en el baño a cambiarse, y me eché para atrás posando mis manos debajo de mi cabeza mirando al techo mientras llenaba mi pecho de aire y no podía borrar la sonrisa.

Que coño me había hecho Dani que estaba completamente feliz...

(CONTINUARÁ...)

Os he hecho este mini capi para no dejaron sin nada, mañana que tengo más tiempo os haré uno mucho mejor, hoy tenía mucho que estudiar y me ha costado acabar este como he podido.

¡Os leo y os quiero con locura lectores!❤️

JURAMENTO ETERNO DE SAL-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora