PEQUEÑA LUZ

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El trono del Infierno no era precisamente una tarea sencilla, pero comparado con la crianza de un pequeño demonio de cinco años, casi parecía un descanso. Mi reino estaba lleno de caos y desafíos constantes, pero nada se comparaba con la energía incontrolable de mi pequeña hija la  princesa, Charlie.

Un día, mientras trabajaba desde mi trono oi como los sirvientes hablablan sobre atrapar a la princesa me acerque y les pregunte que que pasaba , y asi fue como me llegó la noticia de que Charlie estaba causando estragos en las profundidades de la mansion   denuevo era todavia pequeña pero vaya que si tenia mucha energía era todo un reto, si en definitiva un retoa dorable.
Mis sirvientes, acostumbrados a lidiar con las criaturas más aterradoras, se veían superados por la agilidad y velocidad de la pequeña. La perseguían, pero ella se deslizaba entre sus dedos como humo oscuro, aunque me daba diversion seria mejor la atrapara antes de que se lastimara.

Finalmente, me decidí intervenir. Me acerqué a la escena, y ahí estaba ella, corriendo hacia mí con una risa traviesa. "¡Papi!", gritó, ignorando por completo a los sirvicientes .

La abracé con fuerza, sintiendo el calor de su pequeño cuerpo. "¿Cómo te has portado, Manzanita?", pregunté con una mezcla de diversión y preocupación. Me miró con ojos chispeantes y respondió con la inocencia propia de su edad, "¡Muy bien, papa! ¡Estoy explorando el Infierno voy a atrapar a todos los demonios  malos !"

Los sirvientes, que se acercaron intentando mantener la compostura pues casi acababan agotados debido ala persecución, se ofrecieron a cuidar de ella. "Majestad, por favor, no se preocupe. Nosotros podemos ocuparnos de la princesa Charlie", dijeron con respeto mientras hacian una reverencia.

Me negué con una sonrisa, sintiendo cómo el caos y la oscuridad de mi reino se disipaban por un momento. "No importa cuán cansado y deprimido me sienta, Charlie es mi pequeña luz en este infierno", pensé para mí mismo mientras acariciaba su cabello demoníaco de color rubio. Era mi deber como rey del Infierno, pero también mi dicha como padre era un pequeño consuelo ami dolor.

Después de abrazar a Charlie, la llevé de vuelta al trono, donde nos sentamos juntos mientras los sirvientes observaban con curiosidad y respeto. La pequeña demonio no mostraba signos de agotamiento, y su entusiasmo por  se veia en sumento.

"Majestad, ¿no teme que la princesa se meta en problemas?", preguntó uno de los sirvientes, con una mezcla de preocupación.

Después de abrazar a Charlie, me dirigí hacia los sirvientes y les recordé mi posición como el Lucifer, el rey del Infierno. Mi tono fue amenazador mientras afirmaba que cualquier intento de hacerle daño a mi pequeña princesa resultaría en consecuencias mortales al instante. La expresión en sus rostros cambiaba de la confusión al miedo, y en ese momento, quedó claro quién gobernaba este reino.

Charlie, al notar mi enfoque serio, tocó mi mejilla con preocupación. "¿Estás enojado conmigo, papi?" preguntó con sus ojos llenos de inocencia. Mi semblante se suavizó al instante, y le sonreí, acariciándole la cabeza. "Por supuesto que no, manzanita. Solo quiero asegurarme de que estés a salvo", respondí con ternura, lo cual pareció tranquilizarla.

Mientras yo me sumergía en la tarea de papeleo infernal, Charlie se acomodó en un rincón con papel y crayones. Su risa resonaba mientras se sumergía en su propio mundo creativo. Me giré hacia ella, intrigado por su dibujo mientras acomodaba los ultimos papeles. "¿Qué estás dibujando, pequeña?", pregunté, curioso.

Charlie levantó la cabeza con una sonrisa traviesa. "Estoy dibujando a papa y yo  en un corazon", dijo señalando a las personas el el dibujo que adornaban su papel.

Sonreí con cariño mientras observaba las figuras peculiares que Charlie dibujaba en su papel

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Sonreí con cariño mientras observaba las figuras peculiares que Charlie dibujaba en su papel. Entre risas, le pregunté con curiosidad: "¿Dónde está tu mamá, cariño?"

Charlie levantó la mirada hacia mí, sus ojos brillando con sinceridad e inocencia. Ante mi pregunta, se quedó pensativa por un momento y luego preguntó con ingenuidad: "¿Tengo una mamá, papi?

Me sorprendí por la pregunta directa de Charlie sobre su mamá. La miré con un destello de tristeza en mis ojos mientras acariciaba su cabello . "Sí, cariño, tenías una mamá", comencé a explicar en voz baja. "Pero, lamentablemente, ella falleció."

Charlie me miró con curiosidad, procesando la información. Podía sentir la tristeza de aquellos recuerdos,u pero también la fuerza que encontré en ella después de la pérdida de su madre. "Después de su muerte, tú fuiste mi única salvación, mi luz en la oscuridad mi pequeña manzanita", le dije con sinceridad, buscando reconfortarla.

Ante mis palabras, Charlie me abrazó con fuerza. "Papi, siempre estaré contigo", aseguró con determinación. Sus palabras fueron como un bálsamo para mi alma, recordándome que, a pesar de las dificultades y el dolor, teníamos el uno al otro.

Al notar la preocupación en su expresión, le sonreí y respondí a su pregunta no formulada. "Ella está en un lugar especial, cariño, cuidándonos desde donde quiera que esté". Charlie asintió con comprensión, y juntos continuamos con nuestro dia aunque por su parete fue mas comer y jugar si en definitiva  esto era el cielo en el infierno.

CONTINUARA....JSJSJS NO SE SI HACERLOS SUFRIR O DARLES ALGO DULCE😈😈🔥👌

La Inusual Familia Del Infierno[Alastor X Lucifer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora