La Inusual Familia Del Infierno[Alastor X Lucifer]

DOLOR

Me desperté lentamente en los brazos reconfortantes de Ángel, sintiendo su calor envolverme como una manta protectora. Las suaves luces del ambiente pintaban sombras danzantes sobre las paredes, mientras mi mente se esforzaba por comprender cómo había terminado así. Ángel debió de darse cuenta que me quedé dormida llorando y, en lugar de despertarme bruscamente, se había acomodado conmigo  en el sillón.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando Ángel se estiró con un suspiro, sacudiendo suavemente mi descanso. Me miró con ojos somnolientos antes de soltarme, permitiéndome enderezarme en el sillón. Mi rostro se coloreó de un ligero rubor al darme cuenta de lo cerca que habíamos estado.

"¿Te encuentras bien, pequeña?" preguntó Ángel con voz ronca por el sueño, sus ojos aún entrecerrados por el descanso.

Asentí, sintiendo cómo el nudo en mi garganta se aflojaba un poco. "Sí, estoy bien. Gracias por cuidar de mí angel", respondí tímidamente.

Ángel se enderezó completamente, sus músculos se flexionaron con gracia mientras se estiraba. "No hay problema, pequeña te lo dije no que siempre estoy para ti ,al igual que todos los demás. ¿Dime Tienes hambre?", preguntó con una sonrisa amable.

Asentí con entusiasmo, agradecida por su consideración. "Sí, un poco", respondí, sintiendo en  el estómago un gruñido en acuerdo, lo que me provocó un sonrojó.

Ángel se puso de pie con un movimiento fluido y se acercó a la  cocina del hotel. Mientras preparaba la comida, me miró por encima del hombro con una mirada cálida. "Husk ha salido y Niffty está ocupada limpiando, así que seremos solo tú y yo por un rato", explicó, ofreciéndome una sonrisa reconfortante.

Una vez más, me sentí un poco avergonzada por toda la atención que estaba recibiendo no estaba acostumbrada pero se sentía bien en mi corazón me hacía un sentimiento calido,  Ángel pareció entender lo que pensaba. Con un gesto gentil, se acercó y me ofreció la comida recién preparada. "Aquí tienes, cariño. Come todo lo que quieras es pasta Alfredo con camarones", dijo con suavidad, tocando mi cabeza con ternura,me gustaba cuando tocaba mi cabeza.

Agradecí con una sonrisa, sintiéndome un poco más cómoda en su presencia. Tomé la comida entre mis manos y comencé a comer, disfrutando no solo del sabor delicioso, sino también de la compañía tranquilizadora de Ángel mientras compartíamos aquel momento de calidez ángel dijo si le podía explicar el dibujo a lo que yo resignada asenti.

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La mansión cobraba vida con el bullicio de los sirvientes mientras se apresuraban a prepararme para la llegada de mi padre. La luz del sol se filtraba a través de las ventanas, iluminando los pasillos con destellos dorados y creando un ambiente de expectación en el aire.

Tenía 3 años y aunque, no entendía completamente la importancia de la ocasión sabía que no debería desobedecer los si no quería un castigo. Los sirvientes me bañaron con suavidad, cuidando cada gesto para no causarme molestias eso era raro no sabía si era una trampa así que no me relaje. Me envolvieron en una suave toalla y me secaron con mimo, eliminando cualquier rastro de suciedad o desorden.

Al cubrir con maquillaje los pequeños moretones que adornaban mi piel, los sirvientes intercambiaban miradas preocupadas. Me recordaron en tono serio que debía comportarme y no hacer enfadar a mi padre, o tendría que enfrentar las consecuencias. Aunque apenas entendía el significado de sus palabras, asentí con solemnidad, decidida a hacer lo correcto para no tener problemas después.

Cuando llegó el momento de recibir a mi padre en la puerta principal, me preparé con cuidado. Me puse mi vestido más bonito, adornado con encajes y lazos, y me cepillaron el cabello con delicadeza, dejándolo suelto y brillante alrededor de mis hombros.