Me desperté con un susurro suave y una caricia diminuta en la mejilla, trayéndome de vuelta al mundo consciente. Mis párpados se abrieron con la lentitud mientras enfocaba la vista, y mi mirada se posó en la figura diminuta enfrente de mi mi hermosa hija Charlie, que me observaba con ojos curiosos. El día había comenzado sin que me diera cuenta, pero con el toque de mi hija, parecía un comienzo más prometedor.
-¿Qué desea mi pequeña princesa para desayunar? -pregunté con una sonrisa, ya anticipando su respuesta.
La sonrisa inocente que iluminó su rostro fue respuesta suficiente antes de que pronunciara las palabras:
-Hot cakes, por favor.
La levanté en mis brazos, disfrutando del cálido peso de su pequeño cuerpo, y la entregué a los sirvientes con una indicación para que la prepararan mientras yo me encargaba del desayuno. Con Charlie a salvo en manos confiables, me dirigí a la cocina, con el propósito de hacerle su deseo realidad. La imagen de su rostro, radiante de alegría, se grabó en mi mente, dándome fuerzas para enfrentar el día con renovada determinación y amor.
Mientras estaba en la cocina, concentrado en cocinar los hot cakes, no pude evitar que mi mente divagara hacia el demonio misterioso de ayer que había salvado a mi hija. Su voz seductora, su físico imponente... Me sentí un poco avergonzado al darme cuenta de en qué estaba pensando. "Lucifer, eres un pervertido", me regañé a mí mismo en silencio, tratando de sacudir esos pensamientos.
De repente, noté humo saliendo del sartén. "¡Mierda!", exclamé, intentando concentrarme en la tarea en lugar de ese demonio.
"Concéntrate, Lucifer, eres el rey del infierno", me repetí mentalmente, tratando de enfocarme en la cocina.
En ese momento, sentí que alguien tiraba de mi ropa. Miré hacia abajo y vi a mi hija Charlie, con esos grandes ojos inocentes y una sonrisa tierna en su rostro. Le acaricié la cabeza con cariño y le dije que el desayuno estaba casi listo.
Charlie me preguntó si podía colorear mientras esperaba, y me di cuenta de que tendría que hacer nuevos hot cakes, ya que algunos se habían quemado debido a mis distracciones. "Por supuesto, cariño", le respondí con una sonrisa forzada, tratando de no dejar que mis pensamientos divagaran de nuevo hacia el demonio misteriosamente sexy.
Pero su voz... definitivamente no la olvidaría por un buen tiempo.
Después de una larga mañana en la cocina, finalmente terminé de cocinar los nuevos hot cakes. Los serví en la mesa, adornados con formas de animalitos hechas con frutas frescas. Charlie, mi pequeña hija , se iluminó su rostro al ver los platos. Siempre le encantaban esas creaciones.
"¡Mira, Charlie! ¿Qué te parecen estos hot cakes?" le pregunté con una sonrisa mientras colocaba su plato delante de ella.
Sus ojos se abrieron como platos y una sonrisa amplia se extendió por su rostro. "¡Son geniales, papá!" exclamó, emocionada.
Antes de que pudiera tomar un bocado, le pedí un pequeño favor. "Charlie, ¿podrías limpiar el lugar donde estabas dibujando para que podamos tener más espacio en la mesa?"
Ella asintió con entusiasmo y corrió hacia su rincón de dibujo. Mientras recogía sus crayones y papeles, me llamó. "¡Papá, papá! ¡Ven a ver mi dibujo!"
Me uní a ella con una sonrisa, listo para admirar su obra maestra.
Con una expresión llena de orgullo, me mostró dos dibujos. Uno representaba los hot cakes con los animales hechos de frutas, y el otro mostraba a un demonio salvando a un personaje que se parecía a ella.
Intrigado, le pregunté: "¿Por qué dibujaste esto, cariño?"Charlie, con su cara aún llena de emoción, explicó: "Porque el demonio me salvó a mí. Mira, ese soy yo", señalando al personaje que se parecía a ella en el dibujo. "Es genial cómo me rescató. Me gustaría poder darle las gracias."
Me conmovió su perspectiva inocente y su deseo de gratitud. Le di un abrazo y le dije: "Es un dibujo maravilloso, Charlie. A veces, incluso las personas extrañas inesperadamente pueden convertirse en nuestros héroes."
Ella asintió y se dispuso a comer mientras terminábamos el desayuno. Noté que se veía un poco preocupada, así que decidí abordar el tema con sinceridad.
- Ella, cariño, necesito arreglar algunas cosas en el trabajo, y voy a tener que dejarte sola por un tiempo. Serán dos semanas. ¿Está bien? - le dije con calma, observando su reacción.
Ella bajó la mirada por un momento, pero luego levantó la cabeza con una pequeña sonrisa.
- Está bien, papi. Entiendo que tienes que hacerlo. ¿Vas a volver, verdad? - me preguntó con ojos llenos de curiosidad y preocupación.
La abracé con ternura y le di un beso en la frente.
- Por supuesto, mi amor. Siempre vuelvo a casa. No tienes que preocuparte, porque eres la única luz que necesito para siempre regresar - le aseguré sinceramente.
Ella pareció sentirse reconfortada con mis palabras y me abrazó aún más fuerte.
- ¿Y por qué tendrías que volver siempre, papi? - preguntó con inocencia.
Sonreí y la cargué en mis brazos.
- Porque tú eres mi razón para volver. Eres mi luz y mi hogar. Ahora, disfruta de estos días sola y cuida bien de la casa, ¿de acuerdo?
Ella asintió con determinación, y mientras la dejaba en el suelo, me despedí con un último beso en la mejilla antes de dirigirme al trabajo.
CONTINUARA......PEQUEÑOS DIABILLOS ESTO VA PONERSE MEJOR EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO 👌🤘🖕😈
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La Inusual Familia Del Infierno[Alastor X Lucifer]
FanfictionLucifer Morningstar, el soberano del infierno, se encuentra a sí mismo en una encrucijada tras la muerte de su esposa y la crianza solitaria de su hija, Charlie. La llegada de Alastor, un encantador demonio con un pasado misterioso, altera el equili...