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Los penetrantes y calientes rayos de sol empezaban a presentarse a través de la única ventana que se encontraba en la habitación de la pelirroja, molestando así a la morena, que se encontraba plácidamente dormida.
No tardó en despertarse completamente, pues un agudo dolor de cabeza se hacía sentir poco a poco.
—Coño. —apretó sus ojos desesperadamente en un intento de que el dolor desapareciera, pero claro, en vano, pues el dolor siguió ahí.
Al abrir sus ojos dio un vistazo hacia la izquierda. Grave error, pues lo que vio la dejó atónita. ¿Qué vio?
A su mejor amiga desnuda.
—¡Puñeta, Rai! —gritó inconscientemente, pero rápidamente tapó su boca, pues su amiga hizo un pequeño aguaje de querer despertar, gracias a Dios no lo hizo.
Velozmente la morocha se volteó hacia el otro lado; no quería seguir observando a su hermana sin ropa. Verán, Rai se encontraba a su lado sin absolutamente nada puesto. Ni siquiera la cálida manta tapaba su cuerpo, pues al parecer en medio de la noche el calor se había apoderado de la habitación, haciendo que la chica se deshiciera del único ropaje que rodeaba su organismo.
Como si de un filme se tratara, los recuerdos de la noche pasada llegaban de apoco a la mente de Alondra en cortos pero calientes flashbacks.
Maldita sea la madre.
¿Que carajo estaban pensando? Claramente, no mucho, hasta se podría decir que nada. Aquel maldito vino las descolocó, haciendo que esa noche en vez de negra se tornara en roja por toda la lujuria que las abrazó. Por el cerebro de Alondra solo rondaba una frase:
Lo arruiné todo.
Todos sus años de amistad y cariño tirados al basurero por un momento de calentura. No tenía ni puta idea de cómo iba a ser capaz de volver a ver a la cara a su amiga, no estaba segura de si le podría volver a sostener la mirada sin recordar lo sucedido entre ellas.
No quería que su amiga despertara, no estaba lista para enfrentar su nueva realidad. Así que, en silencio se puso de pie, gracias a Dios tenía ropa puesta, pues a ella no había sido a la que le habían dado duro como cajón que no cierra.
Se dio un vistazo rápido en el espejo asegurándose de que todo estuviera en su debido lugar. Antes de salir también le dio una pequeña ojeada a su celular, dándose cuenta de que eran las 7:40 de la mañana, así que, probablemente los padres de la pelirroja todavía se encontraban en casa y aún no salían a trabajar.
Con cautela salió de la habitación, cerrando silenciosamente su puerta. Conocía aquella casa como a la suya ya que había estado varias veces en el lugar. Se dirigió hacia la puerta trasera y salió. Ya en su carro, se fue.
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Aturdida, la pelirroja comenzó a despertarse al fin. Al instante notó su falta de ropa, lo que la hizo recordar todo lo que había sucedido entre su mejor amiga y ella la noche pasada. ¿Se arrepentía? Para nada. Esa sin duda había sido la mejor noche de su vida, sin embargo, sabía que habrían consecuencias graves y que su amistad con la morena se vería afectada. Le echó un vistazo a su teléfono celular dándose cuenta de que eran las tres de la tarde ya. En ese momento, una llamada entró. Era Alex, así que contestó.
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Amigas con derecho |Railo|
RomanceAlondra era una chica suertuda, y de eso estaba consiente. Se había ganado la lotería con su mejor amiga, una chica sensata y hermosa por fuera y por dentro. La morena se sentía afortunada por tenerla en su vida y por poder trabajar día a día junto...