LOVE AND MEMORIES | (JENNIE KIM Y TU)

𝟎𝟏𝟏

"Dos corazones pueden entenderse mejor que uno, pero a pesar de ello, siempre debemos conservar una mitad para nosotros mismos, mientras que la otra restante, puede buscar en otro ser humano, un pedazo de corazón que lo iguale."  

POV T/N

Me encontraba corriendo junto a Jennie con dirección a la universidad.

El trayecto era entre risas, las dos estábamos empapadas de pies a cabeza.

Personal que trabaja dentro del parque decidieron que nuestra estadía por el lugar, fue el momento exacto para aprovechar y regar todas las especies de plantas existentes.

Al principio nos sorprendimos, incluso nos preocupamos, llegar en este estado a dar la exposición, no era la mejor alternativa, pero después de todo, ya no estaba en nuestras manos.

Solo atinamos a reírnos, tomando la decisión de dejar los momentos incómodos que pasamos esta mañana de lado y comenzar a disfrutar del momento. 

Posterior a obsequiarle aquel tulipán, comenzamos una caminata por todo aquel hermoso parque, ella se disculpó conmigo por haberse alterado momentos antes, contándome que aquellas flores le trajeron a la mente un recuerdo y eso la sorprendió bastante.

Agradeció el detalle, yo le respondí que no debía preocuparse, que en la vida hay momentos que pueden surgir en nuestra mente de algo que ya vivimos tiempo atrás y que podían ser nostálgicos.

Todo estaba bien. 

— ¡Al fin llegamos! — exclama Jennie con la respiración agitada.

— Menos mal, faltan 30 minutos para que inicie la siguiente clase — le respondo recargándome sobre los casilleros del pasillo dentro de la universidad, respirando con dificultad.

— Deberíamos ir a los vestidores para secarnos un poco el cabello — sugiere, mientras con su mano se limpia una gota de agua que resbaló por su mejilla — Seguramente hay toallas ahí para los alumnos que van a nadar un rato en la piscina.

— Tienes razón — le sonrió — Creo que en mi casillero tengo ropa extra, vayamos primero. 

Ella asiente. 

— ¡Espera! — me freno en seco. 

— ¿Qué ocurre? — pregunta preocupada. 

— Olvidamos las mochilas, ahí tengo la llave de mi casillero. 

— ¡Ah! Cierto — responde.

Después de regresar a mi automóvil por nuestras pertenencias, pasamos a mi casillero a tomar las prendas que deje el otro día.

Eran dos cárdigan de botones del mismo modelo, uno era color beige y el otro café claro. 

Llegamos a los vestidores, afortunadamente no había nadie en el lugar. 

— Puedes usar el que tú desees — le comento, mientras estiro ambos suéteres. 

— Creo que elegiré el beige, combina mejor con las prendas inferiores que traigo puestas — lo sujeta y me sonríe — A ti se te verá muy bien el café, se coordina apropiadamente con los colores que portas. 

Repito la acción, pero entrando al que se encuentra a su lado, me retiro el suéter y la blusa que se encuentran mojadas, me seco con ellas la zona del pecho, luego la espalda, doblo con cuidado las prendas y rápidamente me coloco el cárdigan para cerrar botón por botón.