Parte 3

586 42 3
                                    


Estaba vestida tal y como la había visto hacía unas horas en el metro de Madrid, de brazos cruzados y mirándome fijamente, pero esta vez no pude quitarle la mirada comenzando una batalla por ver quien era la que aguantaba más la mirada a la otra y por poco pierdo yo cuando la vi sonreírme desde la altura en la que estaba. A los pocos segundos sentí un tirón en el brazo que me hizo salir del bucle en el que había entrado.

- Tía, ¿estas bien? –Me preguntó Bea –Alex te reclama

Sin responder me fui a buscar al susodicho encontrándolo con Lucas y un chico que no reconocía.

- Kiki, por fin, llevo un rato buscándote –Alex me pasó el brazo por los hombros riendo claramente afectado por el alcohol –Te quiero presentar a un amigo, Cris, esta es Chiara –El nombrado infló el pecho haciéndose un poco mas grande provocando que yo alzase una ceja y soltase una carcajada

- Un placer, Chiara, por lo que puedo notar eres una omega sin alfa –Dijo con aires de grandeza

- Pero tu de que vas, amigo –Di un paso para atrás intentando coger distancia –Creo que eso no te importa y no te va a importar nunca.

- Bueno, eso será hasta que llegué tu celo –Dio varios pasos hasta quedarse demasiado cerca de mi –Entonces vendrás a suplicarme –Le di un empujón en el pecho

- Ni se te ocurra, volver a acercarte a mí, pesado. –Alex estaba tan borracho que no parecía enterarse mucho de lo que estaba pasando y no notaba mi incomodidad, mucho menos cuando Cris me tomó de la cintura y me pegó completamente a él empezando a soltar feromonas de alfa.

- Vamos, preciosa, no puedes resistirte mucho más –Intenté empujarle, pero la posición no me dejaba maniobrar mucho y, además me tenía con mucha fuerza. Me estaba empezando a agobiar cuando alguien me dio varios toques en el hombro.

-Señorita, ¿está usted bien? –Giré la cabeza para encontrar a un hombre enorme vestido totalmente de negro –Necesito saber si todo está bien y si usted está cómoda con esta situación.

- Si, estamos perfectamente, gracias por preguntar –Respondió Cris antes de que yo pudiese hacerlo

- No hablo con usted caballero, señorita, necesito que me diga que usted está consintiendo esto –Mi mirada fue a parar a la cristalera, en ella estaba Violeta de brazos cruzados observando la situación con el ceño fruncido. –¿Señorita?

- No –Respondí rápido –Me ha agarrado sin que yo lo quisiese

- Caballero, me va usted a tener que acompañar a la salida, por favor, colabore si no quiere mas problemas. –Le puso una mano en la espalda a Cris, que me soltó y se enfrentó al guardia

- Tú de qué coño vas, tu quien te crees para tocarme –Se escuchaba su voz rabiosa –Si digo que esta omega y yo estamos bien, esque estamos bien

- Caballero a las buenas o a las malas –Recalcó el de seguridad

- Quiero hablar con su encargado –Dijo Cris haciéndose el chulo, el hombre no pudo más que suspirar.

- Caballero, ¿ve usted a esa mujer? –Dijo señalando hacia arriba, hacia la cristalera por lo que subí la mirada encontrándome a la misma chica en el mismo lugar, pero con los brazos cruzados y el ceño fruncido observando toda la situación.

- ¿Qué pasa con ella? –Dijo Cris con altanería

- Es Violeta Hódar, la dueña de este local y es la que me ha pedido personalmente que lo expulse asique da igual que traiga a mi encargado cuando son ordenes directas de la señorita Hódar, asique por las buenas o por las malas

El chico al ver que no tenía forma humana de ganar decidió hacer caso e irse con el de seguridad que me deseó buena noche y se fue a escoltarle hasta la salida. Yo no sabía mucho que hacer asique me fui a pedir una copa para despejarme hasta que aparecieron mis dos amigas en la barra más borrachas que nunca riéndose de a saber que tontería.

- Kiki, por fin te encontramos, llevamos mucho buscándote –Dijo Ruslana poniendo las manos en la barra –No me digas que encontraste a algún alfa y has estado haciendo cosas impuras e indebidas –Bea empezó a reírse hasta el punto de casi ahogarse

- Que tonterías dices, Rusli, ya sabes no me interesa ningún alfa, yo solo tengo ojos para ti –Bromeé mientras pestañeando exageradamente rápido provocando la risa de mis amigas

- Si no existiese mi rubia ya sabes que me iría contigo hasta el fin del mundo

- Deberíais, os shippeo –Dijo Bea con la voz temblorosa

- Shut up! –Exclamé riéndome a carcajada limpia –Rusli es como mi hermana, no podría

- En tiempos de guerra todo agujero es trinchera

- Eh? –No había entendido ni una palabra de lo que había dicho –¿Que agujero de qué? No entiendo

- Nada cariño –Dijo Bea riéndose –Que a ver si hay surte y alguien te elige su omega

Decidí coger mi copa y volver a la pista de baile para evadir totalmente esa conversación. Bailar con mis amigos era de las mejores cosas que tenía, me lo pasaba de miedo ya que podía hacer todo lo que se me pasase por la cabeza que nunca nadie me juzgaría y eso era lo más valioso que yo tenía ni tendré nunca.

Martin acabó sin camiseta en medio del corro que habíamos formado refregándose contra su novio que le pasaba las manos por todo el cuerpo mientras el resto silbábamos y alentábamos a que fuesen más guarros todavía hasta que, de un momento a otro, Juanjo se salió de la pista de baile y Martin tiró de mi mano para empezar a bailar juntos. El baile era todo lo sensual que sabía y a la gente parecía gustarle el show que Martin y yo estábamos dando.

En uno de los giros no pude evitar subir la mirada a esa cristalera para descubrir que Violeta seguía ahí, con una mano apoyada en el cristal mirándome por lo que empecé a ser exageradamente más sensual

- ¡Jesús, Kiki! ¡Donde has aprendido esto! –Dijo Martin

Yo no pude evitar reírme ante su comentario y seguir con mi danza sensual sin quitarle el ojo a Violeta, que tampoco me lo quitaba a mí, de hecho, parecía que me quería comer con la mirada, pero no me esperaba que la otra chica del metro apareciese en su espalda de manera muy cariñosa.

De repente la desconocida  le dio la vuelta a Violeta, la cogió de la cara y la besó intensamente.

---------

Hola! Aquí os traigo nuevo capítulo.

En teoría actualizaré a diario, si no tengo ningún imprevisto

Leo vuestras opiniones que siempre son bienvenidas!

Sin miedo a nada - Violeta y ChiaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora