capitulo 2

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Ya era lunes y Soobin se preparó para su primera clase de cocina en sus vacaciones. Llegó justo a tiempo, lo cual era extraño, ya que no suele llegar a tiempo a ningún lugar. Entró y se encontró con algunas personas. El maestro indicó que se sentaran y todos lo hicieron. El salón de clases es amplio, con espacio para albergar a unas 20 personas. Se distribuyen 10 mesas, cada una diseñada para dos personas, creando un ambiente íntimo y propicio para la colaboración. Soobin eligió un asiento algo adelante, mostrando su interés por participar activamente en la clase.

Nara observó que el profesor, al parecer menor de 30 años y de aspecto profesional, ingresó. Todos saludaron y él dijo:

---Okay, yo soy su maestro Kim Sooho y hoy aprenderemos...--- Se fijó en su libreta encima de su escritorio.

Soobin, intrigado por el murmullo proveniente de la mesa de atrás, pausó por un momento lo que está haciendo. Gira con curiosidad para intentar descifrar la conversación que ocurre detrás de él. Mientras escucha las instrucciones del profesor Kim Sooho sobre la preparación del Bibimbap de Bulgogi, percibe un murmullo proveniente de la mesa de atrás. Parece ser una conversación susurrada que captura su atención, y se pregunta qué podría estar sucediendo en esa parte del salón.

Soobin, con la intriga marcada en su rostro, decide mirar hacia los chicos de atrás. Se da cuenta de que están riendo entre ellos y, de repente, los chicos lo notan y lo miran directamente. La mirada de Soobin se cruza con la de ellos, creando un breve pero curioso momento en medio de la clase de cocina.

Soobin, al recibir la mirada de los chicos de atrás, observa primero al de la izquierda y luego al de la derecha. Sorprendentemente, el chico de la derecha le dice: "Mira para adelante". Soobin, un poco desconcertado, vuelve su atención hacia adelante, preguntándose sobre la razón detrás de esa interacción inesperada.

Soobin, con una leve expresión de incredulidad, gira los ojos ante la respuesta del chico y vuelve su atención al maestro Kim Sooho. Opta por dejar de lado la breve interacción con los chicos de atrás y se concentra nuevamente en las instrucciones del maestro sobre la preparación del Bibimbap de Bulgogi.

Al concluir la clase, todos guardan sus cosas y Soobin, al recoger sus pertenencias, vuelve a cruzar miradas con el chico que le indicó que mirara hacia adelante. Hay un breve momento de conexión visual que deja a Soobin preguntándose sobre la naturaleza de esta interacción. Soobin, al notar la actitud hipócrita del chico, lo mira con un gesto de desprecio. La breve interacción deja un matiz de tensión en el aire, mientras Soobin se cuestiona sobre la dinámica entre él y este chico en particular. El chico, al notar la mirada de desprecio de Soobin, se muestra algo desconcertado pero continúa guardando sus cosas.

En la salida del lugar, Soobin siente una mirada sobre él y se percibe algo extraño. Voltea para ver quién lo está mirando y se encuentra nuevamente con la mirada del mismo chico. "Qué molestia", piensa Soobin, pero de repente, el chico se acerca hacia él.

Este chico se acerca y los latidos del corazón de Soobin se aceleran ante la intriga. "¿Qué le sucede?", se pregunta Soobin. Sin decirle nada, el chico pasa bruscamente a su lado y se dirige a alguien detrás de Soobin. La situación deja a Soobin con una mezcla de desconcierto y curiosidad sobre la interacción entre estos personajes.

Después de un paseo por el lugar, Soobin regresa a su casa y decide poner en práctica lo que aprendió en la clase de cocina. Con entusiasmo, comienza a preparar su propia versión del Bibimbap de Bulgogi, recordando las instrucciones del profesor Kim Sooho.

Al siguiente día, Soobin no nota la presencia de los chicos de ayer en clase, aunque asistieron. Se siente aliviado de que no hayan causado ninguna molestia en esta ocasión. La ausencia de su intervención le permite disfrutar más de la clase y concentrarse en aprender.

Ese día resulta muy tranquilizante para Soobin. La clase y las experiencias posteriores le brindan una sensación de paz y calma. Sin embargo, en su tercer día de clases, vuelve a escuchar murmullos provenientes de la mesa detrás de él. La repetición de este patrón deja a Soobin preguntándose sobre la naturaleza de estas conversaciones susurradas.

Después de la clase, los murmullos persistentes detrás de él comienzan a dolerle la cabeza a Soobin, causándole molestias y enfadándolo. La situación le genera una sensación incómoda y afecta su experiencia en la clase.

Decidido a detener el murmullo molesto, Soobin opta por confrontar a los chicos de la mesa detrás de él. Se acerca con determinación, buscando poner fin a la situación que le está causando molestias. Sin embargo, la respuesta de los chicos revela una actitud desafiante y poco receptiva.

Soobin, tras el tono grosero de los chicos, suspira y deja de lado la cortesía. Les dice:

---Miren, mi asunto es que sus murmullos de ardillas son más molestos que cualquier otra cosa, así que siéranla boca, por favor---. Soobin expresa su frustración de manera directa, buscando que comprendan el impacto de sus acciones.

---Oh, ¿qué te pasa, princesa? ¿Te molestan los ruidos? Mira, yo soy Choi Yeonjun, y si quieres problemas, ese nombre nunca saldrá de tu cara después de la paliza que te daré--- responde de manera desafiante el chico Yeonjun, revelando su nombre y dejando claro su tono amenazante.

Con un suspiro más tenso, Soobin responde:

---Mira, cara de sapo, deja de buscar problemas. Yo solo quiero que te calles y ya--- cruzándose de brazos. Soobin intenta mantener la compostura a pesar de la tensión creciente.

Yeonjun, mientras se gira para irse, le saca la lengua a Soobin con un tono infantil. Soobin simplemente lo mira con resignación ante la actitud inmadura de Yeonjun. La situación parece haberse calmado, al menos por ahora.

Soobin regresa a su casa después del enfrentamiento con Yeonjun, pero no puede quitarse de la cabeza la molestia que le causa ese nombre repetitivo: "Choi Yeonjun, Choi Yeonjun, Choi Yeonjun". La presencia constante de Yeonjun en sus pensamientos lo perturba, y Soobin se siente frustrado por la tensión creada entre ellos.

Después de poner en práctica lo aprendido en la clase de cocina, Soobin regresa a su hogar y se recuesta en su cama. El cansancio y la satisfacción se mezclan en sus pensamientos mientras cierra los ojos. Con el suave murmullo de el lugar como acompañante, Soobin se sume en un reparador sueño, listo para enfrentar un nuevo día lleno de descubrimientos en Gyeongil.

anti-romantic|•yeonbin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora