solo

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No estaba acostumbrado a ser el centro de atención cuando su familia entera se sentaba en la mesa para tratar ciertos asuntos importantes. La primera vez que sucedió eso, tenía unos diez años y estaba en la escuela. Su hermano mayor se había juntado con el estúpido gran amor de Gloria Santa Fe.
Nadie se esperaba eso. Era la historia de amor más bonita, parecía sacada de una telenovela. Pero su hermano, un don nadie se topo con Miguel Juan, en una de esas raras ocasiones. Gracias a eso tuvo que vivir una experiencia rara, escuchando a sus padres hablarle fuerte a su hermano mayor y ver al tipo más querido del pueblo desayunando en la mesa después de dos días.
Nadie hablaba de eso, de esa unión. Ya que, su hermana fue la que trajo el verdadero problema.
Esa conversación sucedió cuando el tenía 15 años, unos días antes de su gran rechazo. Había pasado un feriado, muchos turistas arrrivaron al pueblo, lo que era normal, lo raro era ver a uno de esos extranjeros sentado en la mesa en una conversación que era netamente familiar.
Charles era un alfa europeo, de buenos modales y buena apariencia
Ahora, Axel veía a sus cuñados tomar su lugar en la mesa. Charles jugaba con la menor de las niñas. No aparecía Nina para llevarla al cuarto para que jugará con los demás.
Su madre preparaba el desayuno con la ayuda de Miguel Juan, que se movía por la cocina con un velo de preocupación cubriendo su rostro.
Axel, por su parte, ya tenía una taza con chocolate caliente frente a él y dos panes de dulce. Ya no podía parecer más desvergonzado frente a sus padres, saliendo de la casa a toda prisa el día anterior siendo muy obvio lo que había pasado. No pudo lavarse la cara ni peinar su cabello.

-Sabe como son las cosas!! Niño estúpido- murmuró su madre-. Movilizando al pobre decano a una casa desconocida, el Omega está muy en la superficie para soportar tanto.

-Te preocupas demasiado- le rebatió Axel-No podía quedarme más tiempo donde el decano. Si ya me estabas retando por no llegar a la casa a la hora que prometí.

Su madre le pidió a Miguel que fuera a la mesa.

-La situación del país está difícil- ella puso unas tostadas calientes sobre un plato.- ¿ Cómo no preocuparme por el menor de mis hijos?

Axel se movilizaba todos los fines de semana a su casa en un transporte desde la terminal terrestre. Ciertamente cada vez que pasaba por lugares peligrosos, al paso de los semestres se hizo más a la idea de viajar solo, las personas eran más conocidas y siempre avisaba a su madre cuando estaba cerca de la casa.

-Incluso con tu hermano, es igual de protectora- Miguel abrazó a William- No te enojes con ella, Tommy.

-Me habla como si fuera bobo-dijo antes de pasarle el café-. Y el decano estuvo de acuerdo con venir.

Ahora Miguel Juan le miraba como si fuera un imbécil. Axel se hundió en su silla.

-Tommy, no puedes pretender que Omega te deje partir así de fácil.

-Por eso debes pensar las cosas. -fue el turno de su hermano para retarlo-. Piensa bien antes de hacer cualquier tontería.

-Tu cállate que también hiciste tu chistesito.

Axel se pegó una buena carcajada cuando su mamá le dió un empujón a su hermano mayor. En verdad, estando en casa se sentía más tranquilo, como si el mundo exterior no afectara en nada las situaciones típicas familiares. Ver a su hermano desayunando vestido con bermudas y su camisa de fútbol favorita, Miguel siempre sereno comiendo con tranquilidad. Charles ordenando con eficacia cada alimento en su plato y Nina abriendo el periódico para el disgusto de su mamá.

-Nina, cuando vas a dejar esa mala manía de leer el periódico mientras desayunas.

Y Nina siempre le decía la misma respuesta.

Caída en desgracia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora