Capítulo 20: Desalojo.

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El pueblucho era pequeño, habrá quien diga lo contrario, que el terreno era muy basto, las casas muy grandes, que incluso había granjas y hospitales, pero para Nagisa era como estar encerrado en un vaso con agua. Porque no importa que tan a fondo nade en ese recipiente, no hay ni un maldito sitio en el que pueda llegar y que Karma no le diga...

—Muy lindo todo pero ya estuve aquí—Agregó el pelí rojo con una sonrisa de suficiencia.

—Uff... yo creí que esta vez sí...

La voz de Lyon resonó en su cabeza, Nagisa sólo chasqueó la lengua con frustración mientras la risa de Karma le sabía ácida. Le había llevado a un diminuto estanque de patos profundo en uno de los bosques de la aldea, el sitio estaba tan bien resguardado que creyó que nadie lo conocería.

—Qué pena Nagisa kun... ya es tu intento número... no sé ¿Treinta y dos? Sea lo que sea ese poder que tienes, no es muy bueno para encontrar sitios escondidos, pero debo reconocer tú perseverancia—Palmeó la cabeza azulada antes de adelantársele silbando una tonada.

—¡En serio tengo poderes!—No se contuvo de decirle.

—Ummm... no puedo calcular el número de veces que me has dicho eso—Dijo, y le vio de reojo—tranquilo, sin duda eres especial.

¡Ring Ring! ¡Alerta de sarcasmo!—Maldito Lyon y sus ocurrencias.

Nagisa gruñó y mordió los labios en frustración, maldijo para sus adentros hasta el punto de hacer eco en su cabeza y taladrar en Lyon.

Ah vamos chico, tú ya sabes que hacer para que te crea. Invócale un chupacabras en sus pantalones y vas a ver cómo te creerá.

Pero Nagisa se negaba, porque maldición ¡El era un brujo! Tiene orgullo, cumplirá la petición por muy estúpida que sea, y luego presumirá de lo fácil que fue aunque haya sido todo lo contrario.

—¿Qué tanto te has escapado del templo?—Pregunta, más por interrumpir las burlas de Karma y el sarcasmo de Lyon en su cabeza, el peli rojo se quedó meditativo un momento.

—Vaya... desde que tengo uso de razón creo—Respondió vagamente mientras pateaba una piedra y esta caía en un charco—si no salgo de vez en cuando podría enloquecer.

—Pues con los compañeros de casa que tienes no te culpo—Comenta con ironía y Karma suelta una risa.

—Aunque no lo creas, los creyentes son bastante agradables una vez se acostumbran a tu presencia. El problema es que no pueden manifestarse las veinticuatro horas del día, incluso los "no vivos" se cansan y parece que el mundo terrenal gasta mucha energía—suspira y se encoje de hombros con decepción mientras continúa hablando—así que suelo darme una escapadita cuando me canso de esperarlos.

—Y... ¿No te siente sólo?—Nagisa camina a su lado y le ve de reojo, la expresión de Karma es pensativa mientras mira el cielo anaranjado del atardecer.

—Soledad uh... esa sensación es tan cotidiana que ya no la encuentro triste—La mirada de Karma tantea la de Nagisa quien le ve con suma pena y tristeza, sonríe con burla antes de rodear sus pequeños hombros en un apretado abrazo—¡No me mires así Nagisa! No es tan lamentable como suena.

—¡Gah me asfixias!—Tose mientras forcejea en vano antes la risas del más alto.

—Mis escapadas suelen terminar con divertidos enfrentamientos con bribones tontos, y el resto del tiempo puedo estar con los creyentes y además te cuento un secreto...—Sonriendo de forma mal intencionada pellizca una mejilla de Nagisa escuchando su quejido de dolor—últimamente mis días han sido más entretenidos y fuera de lo cotidiano de lo que han sido en mucho tiempo.

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⏰ Última actualización: Feb 18 ⏰

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El Brujo de la Montaña. (KarmaxNagisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora