Nuestra voluntad

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Ante el exquisito sonido del batir de los árboles de bambú se encontraban dos personas mirándose fijamente mientras sujetaban unas espadas de práctica, uno no parecía expresar ni el más mínimo atisbo de emoción en su ser mientras que la otra estaba claramente nerviosa.

— Entonces, ¿cuál será el entrenamiento? — indago Kanao con curiosidad

Al escuchar esa pregunta Giyuu dilato un poco las pupilas, nunca había tenido un alumno, sinceramente nunca creyó ser lo suficientemente bueno para poder enseñarle algo a alguien. No obstante, el entrenamiento pilar requería de ello y no podía faltar a su palabra, por desgracia no sabía que enseñarle ni que entrenar, así que hizo lo que hacía siempre, ir a entrenar a aquel bosque de bambú que estaba cerca de su finca.

— Por ahora, un duelo de practica — indico Giyuu sin mas

— Bien

Se cercioro de que su postura era buena, mas no estable, diría incluso que notaba claro terror en ella, ciertamente el que Kanao no pudiera percibir nada de Giyuu le estaba incomodando. Uno podría tener idea del estilo de combate de su oponente si es capaz de percibir sus emociones, sin embargo, de él no percibía nada, era una tranquilidad absoluta, pero cada vez que lo miraba a los ojos sentía como si suaves olas la empujaran, cada vez más fuerte, cada vez había más presión ¿qué sucedía?

— ¿Por qué tiemblas? — cuestiono Giyuu con irritación

— Per—perdón

Giyuu se enojó al escuchar aquello, rápidamente desenvaino su espada atacando a Kanao, ella al ver esto solo pudo retroceder, el pilar prosiguió persiguiéndola con el fin de atacarla y ella solo era capaz de esquivar y correr de él. Si bien había peleado con los demás pilares, el parecía ir totalmente enserio, nunca había sentido un miedo como este, no estaba decidiendo luchar, su instinto la estaba forzando a huir de él.

— ¡Deja de huir! — exclamo Giyuu asestándole una patada

Si bien logra cubrirse del golpe igual es lanzada hacia los árboles de bambú chocando con ellos. Kanao lo miraba consternada este tipo no estaba jugando, nunca en una batalla había sido lastimada, sentía dolor en su brazo derecho por la patada y su hombro izquierdo le ardía por el choque que tuvo contra algún árbol, no podía pensar si quiera que hacer, ¿esto es luchar en verdad?

— ¡¿Por qué te disculpaste?! ¡¿No decías que querías ser pilar?! ¡¿Que querías proteger sus sonrisas?! ¡Sin voluntad solo eres inútil! — dijo antes asestarle un golpe con su espada

Voluntad, esa palabra volvió a recobrarle la serenidad, pues era verdad solo estaba pensando en cumplir con los entrenamientos, cuando el objetivo era hacerse fuerte para proteger a los demás. Ahora estaba pensando en sus heridas, en el dolor, en lo abrumador que se siente, pero ni siquiera estaba peleando por sobrevivir, si no fuera por sus palabras hubiera dejado que le diera el ataque rogando lo mejor.

— ¡No! — grito Kanao con coraje

Choco su espada contra la suya, el solo mantener el choque era una locura para ella, pues el parecía tener una gran fuerza. El en cambio era impresionante, sus ojos azules estaban llenos de determinación, seguía sintiendo miedo de solo verlo, pero sabía que no podía rendirse, había recordado porque escogió este camino, porque había decidido llegar tan lejos.

— ¡Yo voy a proteger sus sonrisas! ¡Yo voy a protegerlas a ellas!

El choque de espadas era demasiado, sentía dolor en piernas y brazos solo por mantenerlo, cada vez parecía que el aplicaba más fuerza, pero jamás se rendiría, todo este camino fue para protegerlas, porque no quería perderlas. Quizás fue la única decisión que tomo de manera independiente porque era lo único que quería, nadie le quitaría ello, nadie les quitaría a sus hermanas.

El deseo de una pequeña florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora