- Maldito destino, te odio - Gritó, tirando un cojín al aire.
- Solo te pido un novio, no ser millonario. ¿Qué tan difícil es eso? - Se quejó, rodando los ojos.
De repente, escuchó un estruendo. Algo había caído en su casa y había hecho un agujero e...
Después de unos minutos, Jungwon recobró el conocimiento, aún algo confundido. Se encontraba recostado en su sofá, con una manta sobre él.
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Tal vez todo lo que vio fue un sueño, pero el agujero en su techo aún seguía presente, recordándole que algo extraño había pasado. O había dos posibilidades:
1. Se imaginó a un chico porque había perdido completamente la cordura.
2. En realidad no fue un chico sino algo más.
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En ese momento, la puerta de su casa se abrió y detrás de ella venía el mismo chico que vio antes de desmayarse. Jungwon abrió los ojos en grande, ya que se esperaba de todo menos eso. El chico llevaba una camiseta blanca y unos jeans azules, y tenía una bolsa de papel en la mano. Parecía que había ido a comprar algo.
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Jay, que así recordó Jungwon que se llamaba, solo le sonrió y le dijo:
- Al fin despertaste, cariño. Me preocupé por ti cuando te desmayaste al verme. Te traje algo de comer, espero que te guste - Se fue acercando lentamente a Jungwon, quien solo retrocedió sin motivo alguno.
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