Era un día soleado, sin una sola nube, con una calor insoportable. Cualquier persona que se comprara un helado, se derretiría en cuestión de minutos. Una chica trabajaba en comisaria, con una sonrisa en la cara, animando a todo aquel que tuviera un problema. Ella llevaba un precioso pantalón largo, a pesar del calor,conjunto a su camiseta de manga corta, de color negro, como su pantalón. Todo el mundo le hacia la misma pregunta:" ¿ No tienes calor, Erin?" Ella siempre respondía con un "No". No le gustaba hablar con los demás, pero cuando hablaba, no había nadie que le parara. Ella no tenia secretos, porque ya se los había contado a todo el mundo. Siempre tomaba un café con leche, siempre a la misma hora: a las 12:43. Sus investigaciones siempre eran resueltas, por eso la consideraban una de las mejores investigadoras, y a ella eso le llenaba. A las 20:00 de la tarde Erin volvía a casa, cenaba con su marido y su hija, y sobre las 23:00 de la noche se iba a dormir. Así es la rutina de Erin.
Ella tiene un fuerte carácter, pero a la vez tiene un gran sentido del humor. Su pelo castaño, ondulado y sus grandes ojos verdes, brillantes y preciosos hacían de esta dura mujer una chica algo más... dulce. Su marido es médico, y su hija va a la escuela. Una de las mejores estudiantes, con solo 6 años. Su nombre es Nerissa, y es igual que su querida madre, pero se podría decir que no tiene ese carácter tan... fuerte. Su marido tiene el pelo corto, de color negro, y sus ojos marrones, que brillaban en cualquier momento. Es un hombre fuerte, cariñoso y con un carácter dulce. Era el mejor hombre para una mujer.
Continuemos. Ese día tan soleado y caluroso había terminado en un día nublado, con lluvias inexplicables. Erin volvió a casa. Tardó más de lo normal. La lluvia siempre fue un obstáculo para ella, igual que la noche. Nunca le gustó la oscuridad de la noche, que se desvanece cuando la luna brilla. Ella llegó a su humilde hogar.
-¡Ya estoy aquí!-dijo Erin, mientras abría la puerta.
-¡Hola mamá! Has llegado un poco tarde...-dijo Nerissa,algo extrañada por la tardanza de su madre.
-Lo se, amor. Esta lluvia... ojalá parara.
Erin miró a su alrededor, buscando a su marido.
- Cariño...¿dónde está papá? - Preguntó Erin- ¿Ha vuelto del trabajo?
-Si, ha vuelto. Lleva un montón de rato en el lavabo.- respondió Nerissa.- Creo que está el pestillo puesto.
-¿Has intentado abrir la puerta, Nerissa?
- Puede...
-¿Enserio?- dijo Erin, aguantándose la risa.
-¡No te rías!
Erin miró en la cocina, para ver si la cena estaba lista. No había ningún plato de comida. Era demasiado raro... Normalmente la cena esta hecha cuando Erin llega a casa.
-¿Cuánto rato lleva en el lavabo?- preguntó ella.
-Pues llevará unas...¿3 horas?- respondió Nerissa.
-¡¿3 horas?! Con razón querías entrar...
Erin se acercó a la puerta del lavabo, y empezó a picar.
-¡Amor! ¡¿Estás ahí?!- gritó Erin, mientras picaba a la puerta.
El pestillo estaba puesto. Erin miró a Nerissa, para ver si le estaba gastando una broma. Ella no tenía cara de estar haciendo una broma. Erin volvió a mirar hacia la puerta. Suspiró y volvió a preguntar.
-¡Amor, si estas ahí contesta!
Nadie contestó. Erin empezaba a preocuparse. Se estaba imaginando lo peor. Siempre fue una chica muy mal pensada.
- Nerissa, voy a tirar la puerta abajo. Si algo pasa ahí dentro, si grito, no dudes en llamar a la policía.¿Entendido? - dijo Erin.
-¿Qué pasa ahí dentro? ¿Porqué tendrías que gritar?- preguntó Nerissa- Creo que exageras.
-Ya conoces a mamá... siempre he sido así.
-Pues haz lo que quieras. Yo estoy lista por si tengo que llamar.
Erin miró la puerta, y, sin pensarlo dos veces, le dio una patada. Erin estaba alterada. Miró hacia ambos lados, buscando a su marido. La cortina de la bañera estaba cerrada. Erin, algo nerviosa, abrió la cortina.
-Nerissa...- dijo Erin, con voz temblorosa
-¡Dime mamá!- respondió Nerissa.
-Llama a la policía y diles... diles que...
-¿Qué pasa?
- Diles que algo muy grave ha pasado.
- Mamá explícamelo. Porfii
-No... entres en el lavabo.
-¿Está bien papá?
- Sabes lo que es un cuerpo descuartizado...¿verdad? - dijo Erin, llorando como una loca.
- Mamá, no me asu...
-¡Llama a la policía, ahora!
-¡S-Si!
Supongo que sabes lo que es un cuerpo descuartizado...¿verdad?