愛 lemon scent ━ zosan

#10.

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「༻CAPÍTULO DIEZ.༺」

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Un duelo directo. Así lo sentía.

Luego de su llegada, Sora insistió que ambos se quedasen a comer algo, diciendo que después ella sería quien se ocuparía de regresar a los estudiantes a la institución y, del mismo modo, respondería también ante el director; tanto por su hijo, como por su compañero; quién se había saltado la obligación de solicitar un permiso de salida. Zoro no tuvo más remedio que aceptar. Y, en realidad, no le molestaba, no si con eso continuaba pasando tiempo con el rubio.

Sin embargo, debía de admitir que el sentimiento de tensión que se generó en la mesa le estaba tocando la punta de las pelotas. No era un idiota, por más de que la mayoría del tiempo tuviese la cabeza en las nubes, la mirada tenaz de aquellos tres Alfas desconocidos sobre él no lograba pasar desapercibido. Y, no solo era eso. Había algo más. Bastaba con sólo mirar el rostro del pequeño Omega sentado a su lado para darse cuenta de que quería que la tierra lo tragase ahí mismo.

¿Por qué? ¿Cuál era el motivo?

— Cariño, supongo que ahora que estás aquí; ya te has dado cuenta de la noticia.— Murmuró la mujer, limpiando con delicadeza sus labios.

El rubio asintió, acomodándose sobre su asiento.- ¿Pero era realmente necesario que viniera hasta aquí por esto?- Inquirió el rubio entre dientes.- Pudiste decírmelo a través de una llamada o un mensaje.- Murmuró con la mirada clavada sobre su plato. Roronoa centró sus orbes cuando lo vió juguetear con la comida.

¿Es que acaso no se atrevía a mirarlos? No lo comprendía.

—¿Cuál es el problema?— Ésta vez habló el muchacho que se encontraba frente a Roronoa. El estudiante antes mencionado tomó la pequeña copa de vidrio frente a él, sin inmutarse, bebiendo de ella, pese a sentir como aquél hombre, detrás de sus gafas oscuras, mantenía su mirada clavada sobre él.— ¿Acaso no querías ver a tus hermanos, Sanji? ¿No te agrada tenernos aquí de regreso?— Cuestionó, esta vez dirigiéndose al rubio, ocasionando que Zoro entrecerrara sus orbes.

¿Hermanos?

Buscó la mirada del rubio pero no la consiguió, puesto que éste aún mantenía su ceño fruncido y la mirada sobre un punto bajo. Ante la obviedad, decidió asumir que no se llevaban bien entre ellos. Lo hizo casi al instante pero, por alguna extraña razón, pensar aquello no le dejaba conforme. Es decir, si analizaba fríamente, Sanji no parecía estar molesto con sus hermanos, sino con la situación en sí. Procuró analizar también el rostro de la mujer a su lado, la madre de los muchachos allí presentes, pero ésta simplemente mantenía una sonrisa intacta en su rostro. Seguía sin comprender una mierda. ¿Acaso ella no era consciente del problema entre ellos? Bueno, quizás no estaba al tanto del asunto. Aún así, le resultaba imposible, es decir, dudaba que el rubio se hubiese guardado algo con el pésimo carácter que se traía.

— No creo que vaya por ese lado, Ichiji.— Ésta vez habló el otro, acomodando su mejilla sobre la palma de su mano, mientras su codo descansaba sobre la mesa.