愛 lemon scent ━ zosan

#03.

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「༻CAPÍTULO TRES༺」

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— Entonces, cielo. ¿Te ha ido bien? ¿Cómo te encuentras?

— Sí. Estoy bien, mamá.

— ¿Estás seguro? ¿No ha pasado nada malo el primer día? ¿Qué tal tus compañeros?

— No, no ha pasado nada, puedes estar tranquila.— Suspiró. Su madre había preguntado eso más de una vez desde que su llamada comenzó.— ¿Mis compañeros?— Cuestionó un tanto extrañado, poco después de que ella se lo preguntase.— Ellos están bien también, supongo. Todos son muy amables conmigo.— Admitió en un tono bajo.

Todos a excepción de uno.
Murmuró en su cabeza, con una sonrisa irónica sobre sus labios, al recordar como uno de ellos le hacía dar vueltas por los pasillos con libros pesados sobre sus brazos, sin siquiera ayudarlo.

— ¡Me alegra oír eso, cariño!— Exclamó y el rubio pudo sentir su tono aliviado y entusiasmado.— ¿Ya te han asignado tu habitación? ¿Crees poder con ello o prefieres regresar a casa? ¿Necesitas que te lleve algo más?

— Estaré bien, no necesito un trato especial.— Se adelantó, causando que su madre detuviera su pequeño cuestionario.— Ahora mismo iré a que me asignen el cuarto.

— Espera, espera un segundo.— Le detuvo, antes de que el omega pudiera despedirse y cortar.— Tu... ¿estás bien?

— ¿No me has preguntado eso unas ocho veces ya?, recuerda que no soy un niño...— Inquirió, un tanto cansado.

— No, no. No me refiero a eso, Sanji.— Comentó, carraspeando. El menor ladeó su cabeza, un tanto confundido.— Tu... ¿no te has quedado a solas con un alfa? ¿No te has sentido extraño con alguno de tus nuevos compañeros?

El rubio guardó silencio, sintiéndole el sudor recorriéndole la nuca cuando finalmente comprendió qué trataba de decirle.

"— ¿Realmente me creías tan idiota como para no notarlo?— Preguntó con curiosidad sobre su oído, alejándose su rostro para verlo nuevamente.— Dime, San-

Pero no le escuchó continuar.

Su cabeza era un completo desastre y no podía pensar con claridad. Su razón se había nublado por completo cuando el aroma que sintió por primera vez regresó y, esta vez, con más intensidad, sin intención alguna de esconderse.

Su mano, por más que cubriera sus labios y parte de su nariz con fuerza, no podía evitar el buscar envolverse y deleitarse aún más con su fragancia, como si ya hubiese tomado cierta adicción a él.