Las cosas cambian, el camino comienza a torcerse y el perfecto mundo de Draco Malfoy cambia radicalmente cuando se presenta como un omega a los 12 años. Y se dará cuenta de que no solo cargará con ser el único omega en su familia, si no también recu...
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Soltó un claro suspiro de resignación, soltando su cuaderno y cruzando los brazos. En las hojas doradas se encontraban pequeñas líneas en formas de flechas, las cuales llevaban a su nombre y al de Isabella, aunque las de Isabella eran más bien flechas que iban a los cuadros vacíos. Hasta ahora, solo estaba unido al nombre de Phineas Nigellus Black, pero al lado de este se encontraban dos signos de interrogación.
"¿No puedes ayudarme un poco?" Pensó, levantando la mirada para observar como Isabella se encontraba deambulando por las estanterías, por la forma en que la mujer sonrió, supo que no lo podía ayudar. Volvió a leer el libro que se encontraba a un lado del cuaderno, buscando entre los antiguos magos el nombre de Isabella Malfoy, o algún indicio de ella.
"Lo siento." Respondió ella con una suave sonrisa, cuando su atención disminuyó un poco, el fantasma de Isabella se disolvió al intentar tocarlo. Él no se preocupó, tarde o temprano se volverían a ver.
Cuando estaba por cerrar el libro, otro libro cayó a su lado, y escuchó como la silla era removida con fuerza. Levantó la cabeza para ver a Hermione mirándolo con ojos indecisos, esperando el rechazo hacía ella, con el pasar de los segundos se tornó un poco incómodo pero ella luego sonrió cuando vio que Draco hacía a un lado su libro para darle espacio.
Se sentó a su lado, sin saber cómo empezar a hablar.
"Perdón si te incomoda mi presencia." La joven beta se disculpó, pero no pareció levantarse de su lugar.
Él levantó los hombros para restarle importancia. "No me molesta, cuando te dije lo que dije el año pasado, fui sincero." Aclaró Draco, tomando nuevamente su pluma para escribir en su pequeño cuaderno una información sobre la misteriosa mujer que veía, colocando dos cuadritos sin nombres, pero sobre ellos escribió Relación amorosa. "Además, somos los mejores de todo Hogwarts, somos algo así como enemigos, pero podemos ayudarnos para ser mejores." Le sonrió.
Ella soltó un suspiro resignado, tomando el pergamino y abriendo el libro de Pociones, justo en la parte de poción herbovitalizantes.
"Pensé que Weasley y Potter estarían contigo." Hermione seguía escribiendo lo que encontraba sobre los ingredientes, al parecer tenía un punto a favor con conocer casi todo sobre pociones. "¿Pociones?¿Puedo?" Hizo un ademán de querer tomar el libro, la castaña asintió mientras él tomaba el libro.
"Bueno, solamente si el fin del mundo se acerca encontrarás a Harry y a Ron en la biblioteca." Ambos rieron ante lo comentado por ella. "En la parte de los ingredientes, en verdad es un fastidio, tengo que estudiar sola, ellos son más de estar por los jardines y haciendo otra cosa que no sea los deberes."
"A Snape le gusta que hagan una pequeña introducción de lo que sería la poción, luego puedes ir poniendo los ingredientes, y explicar dónde encontrar cada uno, luego las instrucciones correctas sobre cómo prepararlo." Draco le explicó tal cual su padrino le había dicho a los nueve años, cuando empezaban a repasar algunas de las pociones que vería en el colegio. Hermione lució un poco sorprendida, pero decidió anotar las instrucciones tal cual el rubio le dijo.
